España, campeona de Europa
La otra cara de Luis de la Fuente
El seleccionador se ha ganado el corazón de los futbolistas con la misma naturalidad con la que se expresa en público
Hace 20 años España fracasó en la Eurocopa de Portugal y todo volvía a empezar. Iñaki Sáez dejó su puesto como seleccionador absoluto y volvió a centrarse en la dirección de las categorías inferiores de la selección junto a Ginés Meléndez, que había sido su ayudante en la Eurocopa, y Juan Santisteban. Ese año 2004 fue un salto en el tiempo que hizo que encajara todo. España perdió su costumbre de llegar a la final de la Eurocopa cada 20 años que ha retomado ahora. La ganó en 1964, fue subcampeona en el 84 y otra vez campeona en 2024. En 2004 no pasó de la primera fase y Sáez, que ya había sido campeón del mundo sub’20 con la generación de Casillas y de Xavi y subcampeón olímpico retomó su trabajo con los chavales para seguir ganando títulos. España los ha ganado todos a partir del trabajo de Sáez, de Meléndez y de Santisteban, excepto el Mundial sub’17, que todavía se resiste.
Y esta Eurocopa es hija de aquel trabajo. De la Fuente llegó a la Federación de la mano de Ginés Meléndez y recomendado por Iñaki Sáez y salió ileso del terremoto provocado por Rubiales en las categorías inferiores. Al lado de De la Fuente siguen Miguel Ángel España, entrenador de porteros, y Juanjo, uno de los analistas del cuerpo técnico, supervivientes de aquella época. Otros, como el preparador físico Juan Carlos Gómez Perlado, fueron despedidos de mala manera, igual que el propio Ginés.
El triunfo de De la Fuente y de su equipo es el triunfo de la normalidad. «No hago inventos», decía el seleccionador ante la baja de Carvajal en la semifinal. Al lateral derecho lo sustituyó otro lateral derecho, Jesús Navas. Igual que a Rodri lo reemplazó en el descanso de la final el otro mediocentro del equipo, Zubimendi. «Es un futbolista con unas características muy parecidas a las que tiene Rodri», explicaba De la Fuente después de la final.
Con la misma naturalidad con la que habla en las conferencias de prensa, el seleccionador se ha ganado el corazón de los futbolistas, aunque el de muchos ya lo tenía ganado desde hace tiempo. «Yo siempre he dicho que si tenía una ventaja era que conocía muy bien a estos futbolistas. Sé lo que pueden dar, sé lo que les puedo pedir y sé que no van a fallar nunca», admite De la Fuente.
Con varios de ellos ganó el Europeo sub’19, el Europeo sub’21 y la plata olímpica antes de cerrar con la Eurocopa absoluta. El ejemplo es Oyarzabal, el autor del segundo gol. «Mikel es un valor seguro. Llevamos juntos nueve años y hemos ganado todo. Mikel no falla nunca. Puede jugar en las bandas, puede jugar por dentro. Hoy ha jugado de delantero centro, ha conseguido gol, pero siempre hace cosas», reconocía De la Fuente después de ganar la cuarta Eurocopa para España.
«Es una maravilla la gestión del equipo, la cercanía con el jugador tanto él como su staff y la propuesta de juego. Creo que España ha dado un cambio. Ofensivamente es una maravilla, tiene la pelota, presiona alto, es valiente y eso ha dado premio», decía en la Cope Álex Remiro, el único futbolista que no jugó ni un minuto en el torneo.
«Hay mucho trabajo detrás de este éxito. Hay muchos años trabajando en la Federación con un cuerpo técnico maravilloso y un grupo de chavales que nos hace el trabajo más fácil, pero aquí nada es gratis», admite el seleccionador. Hasta la suerte se trabaja. Como en el gol que evitó Dani Olmo sobre la línea. «Es una jugada ensayada porque el hombre del palo lo metemos siempre dentro, pero se ha acordado de que se tenía que meter, otras veces no se acuerda, y ha sido increíble», explicaba Unai Simón tras la final.
Pero De la Fuente también tiene otra cara, menos seria. «Es un fenómeno. Simpático, cachondo, agradable. Ha sido muy buen jugador. Yo le tuve seis o siete años. Era extremo, nosotros le pusimos de lateral», cuenta Javier Clemente, el hombre con el que ganó dos Ligas y una Copa con el Athletic. Aunque fue Iñaki Sáez el que le hizo debutar en el primer equipo. El mismo que se lo recomendó a Ginés Meléndez para dirigir la sub’19. Todo vuelve al principio.
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