MMA

Rubén Rondón derriba una nueva barrera

El luchador vallisoletano es el nuevo campeón internacional en la modalidad de K1

Rubén Rondón posa con el cinturón y con su mánager y entrenador, Antonio Ricobaldi
Rubén Rondón posa con el cinturón y con su mánager y entrenador, Antonio RicobaldiWKN

Han pasado unos días desde el combate y Rubén Rondón, siempre acompañado por su mánager y entrenador Antonio Ricobaldi, luce todavía las secuelas de un golpe en el ojo izquierdo. Nada que no pueda curar en unos días. Nada que le impida continuar con su carrera de modelo de publicidad que corre en paralelo de la que se trabaja en la jaula. En Fontanar, provincia de Guadalajara, subió un peldaño más en su aspiración por llegar a lo más alto de las artes marciales y se convirtió en campeón del mundo de K1 por la WKN (World Kickboxing Network) al derrotar al italiano Samuele De Francesco en la velada Hombres de Honor 117 organizada por Chinto Mordillo, presidente de la Asociación Española de Artes Marciales Mixtas (AEMMA).

La velada era un enfrentamiento entre España e Italia en el que estaban en juego otros tres cinturones internacionales, que acabaron en las manos de la hispano-bosnia, Zejna Krantick, del hispano-marroquí Omar el Visir Bourba y de la italiana Annabruna Rados.

Rubén Rondón posa con sus cinturones
Rubén Rondón posa con sus cinturones Archivo Antonio Ricobaldi

«Momentos antes de salir a la jaula tienes miedo. No a que te hagan daño sino a defraudar a la gente que ha apostado por ti», dice Rubén Rondón. Pero «El Aniquilador», como conocen al luchador vallisoletano no defrauda. Y a pesar de las marrullerías del italiano, salió de la jaula con el cinturón de campeón internacional.

Las irregularidades del italiano se desataron en el segundo asalto, cuando De Francesco ya era consciente de su inferioridad ante Rondón. Paralizó el combate y llegó a dar un golpe en la nuca al peleador español, una maniobra prohibida que tuvo su reflejo en las puntuaciones.

En el tercer asalto ya no había tregua y Rubén Rondón, siempre bien dirigido por Antonio Ricobaldi, su desplegó todo su arsenal para liquidar al italiano, que fue dos veces a la lona. Los ánimos del público impulsaban a Rubén, que hizo todo lo que necesitaba para quedarse con el cinturón. «Claro que se nota el ánimo de la gente. Te da mucha fuerza cuando estás ahí dentro», admite el campeón.