"Caso Rubiales"

El TAD considera falta "grave" el beso de Rubiales y el CSD no podrá suspenderle pese a la solicitud del Gobierno

El Gobierno insta al TAD a suspender provisionalmente a Rubiales, aunque la sanción máxima con la que puede ser castigado son dos años de inhabilitación

El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) ha decidido calificar simplemente como falta grave el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en la entrega de medallas de la final del Mundial femenino de fútbol. Este hecho provoca que el Consejo Superior de Deportes no pueda suspender como presidente de la Real Federación Española de Fútbol a Rubiales, puesto que para poner en marcha dicho mecanismo se requería que el TAD considerase el acto como falta "muy grave". Con esta decisión, Luis Rubiales podría ser inhabilitado por un periodo entre un mes y dos años en lugar de los dos a quince años en el caso de que hubiera sido asumida como una falta "muy grave".

La decisión del TAD es un varapalo para el Gobierno porque impide al responsable del CSD, Víctor Francos, convocar en 48 horas la comisión directiva del organismo gubernamental para afrontar la sanción a Rubiales tal y como se apostaba desde el Ejecutivo. Como la nueva Ley del Deporte no está desarrollada totalmente, el CSD apeló a la Ley de 1990 y apuntó a un abuso de poder por parte de Rubiales en el beso a la futbolista para que fuera calificada como "muy grave", pero las actitudes indecorosas están consideradas sólo como "falta grave". En la nueva Ley del Deporte, los gestos en el palco de Rubiales, con la reina Letizia y la infanta Sofía muy próximas, sí son considerados como "muy graves".

De este modo, el TAD se ha limitado a iniciar un procedimiento de sanción por dos infracciones contra el decoro. Y es que a diferencia del Gobierno, el TAD no ve abuso de autoridad. La siguiente medida del CSD es instar al TAD a suspender provisionalmente a Rubiales. Cuando el tribunal resuelva sobre el fondo del asunto, la inhabilitación del presidente de la RFEF podría ser de entre un mes y dos años. Luis Rubiales ya está suspendido provisionalmente por la FIFA durante 90 días desde el pasado sábado 26 por su comportamiento tras la final del Mundial femenino en Sídney, en la que besó en la boca a Jenni Hermoso en la entrega de trofeos por el triunfo de España ante Inglaterra y realizó gestos obscenos desde el palco de autoridades. Ante esta suspensión, la presidencia de la RFEF la ocupa de forma interina Pedro Rocha, responsable de la Federación Extremeña.

El CSD trasladó "una petición razonada" al TAD por una posible vulneración de la Ley del Deporte y del Real Decreto sobre Disciplina Deportiva por parte de Luis Rubiales, en concreto de los artículos 76.1.a de la primera y 14.h del segundo, que hacen referencia, respectivamente, a los abusos de autoridad y a los actos notorios y públicos que atenten a la dignidad o decoro deportivos.

La reacción del Consejo Superior de Deportes a la decisión del TAD es instar al tribunal a suspender provisionalmente a Luis Rubiales. "Después de que este órgano, independiente del CSD en sus actuaciones, haya iniciado el procedimiento sancionador contra el mandatario por la presunta comisión de dos infracciones graves", asegura el CSD en un comunicado.

Visita a su madre en el hospital

Se ha confirmado que Luis Rubiales acudió el pasado miércoles al servicio de urgencias del hospital Santa Ana de Motril (Granada) para conocer el estado de salud de su madre, Ángeles Béjar, a donde fue trasladada tras sufrir diversas dolencias tras mantener un encierro y una huelga de hambre y sufrir distintas dolencias. Tras el traslado de su madre al centro hospitalario, Rubiales fue a verla horas después de ser ingresada, si bien pese a la gran cantidad de medios desplegados en las inmediaciones no se pudieron captar imágenes ni de su llegada ni de su salida.

Ángeles Béjar abandonó el servicio de urgencias pasadas las 23:30 horas del miércoles acompañada por su hijo tras sufrir una importante hinchazón en las piernas, posiblemente por acumulación de líquidos, además de vómitos, mareos y angustia, así como un fuerte malestar físico que motivó que el médico que la atendió en la iglesia, donde mantenía el encierro y la huelga de hambre, recomendara su traslado al centro sanitario. Rubiales permaneció dentro del centro hospitalario durante un par de horas hasta que los facultativos le dieron el alta a la madre.

Ángeles Béjar inició el pasado lunes un encierro en la iglesia Divina Pastora de Motril y se declaró en huelga de hambre hasta que se encontrase una solución a la "cacería inhumana y sangrienta que que están haciendo con mi hijo, con algo que no se merece", y al tercer día, sus problemas de salud motivaron que fuera trasladada al Hospital de Motril.