Tenis

Un espontáneo salta a la pista en la final del Open de Australia entre Nadal y Medvedev

Fue, además, en un momento tensísimo, con 5-3 y bola de break en contra para el español

Los miembros de seguridad se llevan al espontáneo
Los miembros de seguridad se llevan al espontáneoSimon BakerAgencia AP

Más tensión no podía haber en el partido entre Rafa Nadal y Daniil Medvedev, la final del Open de Australia. El ruso se había impuesto en el primer set, siendo una amenaza al resto y sin dar tregua con el saque. Como siempre, el español fue buscando soluciones. Tiene una cabeza privilegiada para leer los partidos y saber adaptarse a las situaciones. Mejoró en el segundo set, jugando más largo con la derecha y con los cambios de ritmo y de altura con el revés cortado. Hizo un break, y el ruso respondió con otro. Hizo un segundo break y sacaba para cerrar el parcial con 5-3, pero su rival se resistía. Tenía pelota de rotura con 5-3... Y entonces una invitada sorpresa se coló en la fiesta. Una espontánea, una mujer con una gorra negra y, eso sí, mascarilla, saltó a la pista y alarmó a los dos jugadores. Rápidamente un montón de los miembros de seguridad salieron también para proteger a los dos tenistas y para derribar a la “intrusa”, que llevaba una pancarta a favor de los refugiados, tema que se ha destapado en Australia después de todo lo sucedido con Djokovic y su encierro en el hotel en el que están muchos personas sin papeles en el país oceánico.

Lo hicieron sin problema y mientras se la llevaban los dos tenistas seguían con la escolta. Rafa se marchó a por la toalla, a secarse el sudor, dejándola perfectamente extendida, su ritual habitual durante estas dos semanas en Melbourne. Pasado el susto, se dispuso a sacar y lo hizo, para recuperar esa pelota de break. Después no pudo con la siguiente y Medevedev volvió a igualar el parcial, que continuó. Fue un set disputadísimo, un espectáculo de muchas revoluciones que el número dos del mundo acabó llevándose en un tie break de mucha tensión. La revoluciones del encuentro se multiplican. La pregunta: ¿podrá Nadal hacer otro milagro y remontar un encuentro que tiene imposible?