Análisis
Nadal contra Djokovic, o cuando el número uno no lo marca el ranking
El récord de Grand Slams es lo que motiva ahora al español y al serbio en una pelea histórica de final incierto
«Quiero ser número uno del mundo». Es la frase que cualquier niño que aspira a ser tenista profesional repite. Lo dice ahora, por ejemplo, Carlos Alcaraz. Ser número uno es llegar a la cima, pero para Rafa Nadal y Novak Djokovic eso ya es pasado. Lo que les mueve a ellos para seguir peleando en la pista es acabar su carrera siendo el que más Grand Slams ha ganado. Y la lucha está muy apretada y con un desenlace incierto.
El ranking ha mostrado hoy algunos movimientos sorprendentes, porque en Wimbledon no se han repartido puntos por el veto del torneo inglés a los jugadores rusos por la guerra en Ucrania. Djokovic, el ganador, pierde 2.000 puntos sin poder sumar y cae al séptimo puesto. Nadal es el tres y apenas tiene que defender puntos (545), por lo que la posibilidad de volver a liderar la ATP de aquí a que acabe 2022 es posible. Pero el balear lo advirtió en febrero. «Eso pasó. No voy a perseguir ese objetivo, sería un error», reconoció. Si llegara, bien, pero no va a hacer ni un esfuerzo de más para lograrlo y la elección de donde juegue será pensando en su salud y en los grandes objetivos. El español siempre se ha mostrado respetuoso con todos los torneos a los que acude, pero este año, después de sufrir la fisura en una costilla que le alteró la preparación para la gira de tierra, sí admitió que todo lo anterior a Roland Garros se lo tomaba como una manera de probarse, de crecer para estar en París en plenas condiciones. El desarrollo no fue como él esperaba porque el dolor en el pie volvió con fuerza, pero sí la conclusión, ya que levantó su décimo cuarta Copa de los Mosqueteros. Ahora, una vez se recupere de su rotura abdominal, va a ir a Montreal y al US Open. Se salta Cincinnati.
No hace tanto tiempo, también los Masters 1.000 eran devorados por el «Big 3». En 2012, por ejemplo, ganaron ocho de nueve (sólo se coló Ferrer en París-Bercy); en 2013, entre Nole y Rafa se llevaron ocho (Murray en Miami, la excepción); en 2014, siete entre ellos dos y Federer; en 2015 sólo Djokovic sumó seis... En las últimas temporadas están dejando más espacio para el resto en esos torneos, los segundos en importancia, pero en los Grand Slam no ceden. Desde 2003, se han llevado 63 de los 78 totales. De los últimos 21 (desde 2017), han levantado 19 (8 Nadal, 8 Djokovic y 3 Federer): sólo han roto la dinámica Thiem en el US Open 2020, el de plena pandemia, cuando expulsaron a Djokovic por el pelotazo a la juez de línea; y Medvedev en el mismo escenario en 2021.
Nole también ha reconocido que lo de ser número uno ahora es secundario, una vez ha batido el récord de Federer de 310 semanas, para dejarlo en 373. «Rafa es mi rival más grande. Mientras él siga jugando, yo jugaré. No me siento cerca del final de mi carrera, la edad es solo un número», admitió Novak en mayo. Con Federer fuera de la lucha ya, aunque pretende volver, Nole tiene a su favor que es un año más joven que Nadal y está más sano, aunque su futuro a corto plazo se nubla por no estar vacunado contra el covid, y en principio, no puede ir al US Open ni a Australia 2023. Al español le preocupaba su lesión en el pie, pero el tratamiento ha funcionado y el nivel que ha mostrado este curso, en el que está siendo el mejor jugador del circuito, invita a pensar que la cosecha de «Grandes» podría no quedarse en 22.
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