Tenis
El físico de Djokovic ya no aguantó más: pierde en semifinales de Shanghái con el sorprendente Vacherot
El serbio fue tratado en el glúteo izquierdo en el primer set, aguantó en pista pero perdió con el monegasco (6-3 y 6-4), que sigue su sueño: llega a la final desde la previa, siendo 204 del mundo
Un puntazo de pura resistencia en el que Djokovic corrió para llegar a una volea cortita de Vacherot, para poner la bola al otro lado, fue como el último gran esfuerzo del serbio en el partido de semifinales del Masters 1.000 de Shanghái.
Se llevó la mano a la oreja, intentó poner al público de su lado, pero no tardó en volver a la realidad: en ese mismo juego, sufrió el break definitivo en el segundo set, que después su rival confirmó con problemas, lógicamente, por los nervios, pero logró poner el 6-3 y 6-4 definitivo, para completar una sorpresa increíble.
Fue un partido con dos historias personales potente. La de Novak Djokovic es la de la resistencia de la leyenda que nada tiene que demostrar en una semana en la que le ha pasado de todo. Terminó de pie, sin dar la mano al rival antes de tiempo, pero derrotado finalmente. La de Valentin Vacherot es la historia de un sueño cumplido. Comenzó el torneo como el 204 del mundo. Fue a Shanghái sin saber si iba a poder jugar el Masters 1.000, pero entró en la previa por las bajas, la pasó, y de ahí a ganar a tenistas como Djere, Bublik, Machac, Griekspoor, que había sido el verdugo de Sinner; Rune y Djokovic. Pegará un subidón, como mínimo, de 146 puesto, se colocará 58... O mejor, si es capaz de vencer en la final. Parece dispuesto a ello. La celebración del triunfo de su vida ante Djokovic fue comedida. Quiere más.
Vachelot, de 26 años, triunfó donde muchos otros tenistas con más experiencia en el circuito fracasan. Nole volvió a evidenciar problemas físicos, pero incluso estando lejos del cien por cien es capaz de ganar partidos. El monegasco no dudó cuando vio a un rival que cojeaba o que buscaba aliento tras un intercambio largo.
Siguió a lo suyo, sacando bien, tirando con el revés de maravilla, sin pensar lo que tenía delante. El problema del serbio esta vez fue el glúteo izquierdo. Le ha pasado de todo desde que arrancó el Masters 1.000, su primer torneo desde el US Open, y siempre había encontrado soluciones para sobrevivir. Lo empezó con tiras kinesiológicas en las lumbares. Después, el calor y la humedad han dejado momentos de pánico (en Nole y en otros tenistas): ha vomitado, le tuvieron que tomar la tensión porque se mareó en el duelo contra Jaume Munar... Precisamente contra el español fue tratado en la zona del gemelo izquierdo. Contra Vachelot el dolor era más arriba, en el glúteo. Se enfadó lanzando una pelota con fuerza contra la pared. En el primer set pidió la presencia del fisio, que le dio un masaje. También le dieron pastillas contra el dolor. Perdió ese parcial, iba cojo.
Al comienzo del segundo set, habló con su banquillo. Decidió continuar. Como otras veces, fue mejorando. Mantenía su saque y el resultado corto. Incluso tuvo un 0-30, una amenaza de rotura, con 2-2. El encuentro estaba peligrosísimo para Vacherot, que no se dejó intimidar hasta lograr el break en el noveno juego y confirmarlo después. Lo sentenció con dos saques a 220 kilómetros por hora.
Ahora espera rival en la final: puede ser Medvedev o Rinderknech, que es su primo. Ya lo dijo el francés: “El chat familiar está que arde”.