
Tenis
El plan de Alcaraz en 15 días para pasar de la derrota en Wimbledon ante Sinner a ganarle en el US Open
Las claves de Alcaraz para conquistar su sexto Grand Slam: el saque, la capacidad de aprender, el balance ataque - defensa...

Terminó la final de Wimbledon, en la que Carlos Alcaraz perdió y se sintió inferior a Jannik Sinner, y la cabeza del tenista español ya se puso a pensar en qué podía hacer para el siguiente partido. No inmediatamente, porque necesitaba unos días de descanso después de unas giras de tierra y de hierba agotadoras, pero sí en cuanto volvió a coger la raqueta. El plan para derrotar de nuevo al italiano después del All England Club fue tomando forma.
Quien pega primero...
Con el respeto necesario para el resto de rivales, pero con la mente puesta en el número uno del mundo en ese momento (desde ayer, ya no) y en cómo hacerle daño. Revisaron el partido jugado en Londres y también en el de París, que, tampoco hay que engañarse, Carlos se lo llevó de forma milagrosa. «Y estuvimos 15 días practicando específicamente las cosas que teníamos que mejorar contra Jannik, sabiendo que en pista dura es muy difícil jugar contra él. Se dio cuenta de lo que tiene que mejorar», afirma Juan Carlos Ferrero, el pulidor del diamante que es el tenista de El Palmar. Se guarda muchos detalles. «Porque Simone [el técnico de Sinner] estará escuchando», dice mientras le sale una sonrisa pícara, pero sí desvela que una de las consignas era pegar primero. «Estos chicos golpean la pelota muy rápido, y quien pega primero aprovecha la ventaja», desvela el entrenador de Carlos. «Pero una cosa es decirlo y otra hacerlo, y él hizo todo lo que le pedimos al cien por cien», continúa Juanki. «Es camaleónico y le puedes pedir cualquier circunstancia en el partido, se adapta y al final lo consigue», añade. «Lo más increíble de Carlos es que sea tan bueno corrigiendo en muy poco tiempo los pequeños detalles que debe mejorar», concluye.
El mejor del US Open con el saque
«Eso siempre lo tuvo de niño», recuerda Kiko Navarro, quien fuera entrenador de Alcaraz de los 9 a los 17 años, combinando la labor al final con el propio Ferrero. «Una vez hablando con Toni Nadal me dijo que era una suerte tener un chaval así, que captara las cosas a la primera. El cambio más importante que hicimos en esa época fue en el saque, juntar los pies, y se acomodó», afirma Navarro. El servicio siempre ha sido uno de los puntos en los que más se ha centrado el equipo de Alcaraz. En la última pretemporada, hubo otra evolución: hacer el gesto más directo, sin una parada en medio.
Y mirar los detalles. «Carlos saca bien cuando se tira la pelota bien, como todo el mundo. A veces se descoordina en el lanzamiento de pelota, se la tira muy delante o muy a la izquierda, y es cuando el primer saque, sobre todo, no tiene la consistencia que debería», desvelaba Antonio Martínez Cascales, quien fuera el mentor de Juan Carlos Ferrero, y fundador de la Ferrero Tennis Academy, donde se prepara el murciano. «Decidimos cambiarlo en diciembre. Necesitábamos tiempo para concentrarnos en pista y ahora es cuando más ha mejorado, lo ha usado en cancha en los momentos importantes», analizó Ferrero. No era una cuestión de velocidad. «Federer servía entre 195 y 205, pero tenía una consistencia de saque y una colocación... Era capaz de sacar donde él quería, y por eso hacía tanto daño, por sus efectos y su colocación», opina Cascales. Es más, la velocidad media del saque de Carlos en Melbourne fue superior a la de Nueva York, tanto con el primero (190,8 en enero y 187,4 en septiembre) como con el segundo (155,6 por 153,8). Sí hubo diferencia en la eficacia, 84 por ciento de puntos ganados con el primero en el US Open, siendo el mejor de todo el torneo; y 78,4 en el Open de Australia. Con el segundo, al que el murciano ha añadido más variantes, más allá del efecto que logra con el liftado, la distancia es mayor: 63 por 53. Pero, sobre todo, la sensación fue que en momentos delicados, el saque acudía al rescate en la Arthur Ashe.
Espectacular ratio de Alcaraz entre ganadores y errores
El término «camaleónico» usado por Juan Carlos Ferrero no es una palabra cualquiera. Alcaraz es un jugador al que le gusta dominar, pero que también defiende como pocos. «Me divierte variar, subir a la red, jugar buenos tiros, dejadas, cortados a veces...», enumeró Alcaraz en Movistar. «Ahora está más fuerte físicamente y parece todavía más exagerado, pero lo de ir a todas las bolas siempre lo ha tenido. Incluso a veces, según el resultado del partido, parece que podía ahorrarse ese esfuerzo, para evitar alguna lesión, pero es verdad que es innato en él, sobre todo cuando está hipermotivado, como estaba ayer [en la final del US Open]», indica Kiko Navarro. Al Open de Australia de 2022, por ejemplo, Alcaraz no pudo acudir por una lesión muscular que se hizo en un entrenamiento por correr a una dejada. Esa variedad e imaginación hace que en ocasiones se le descontrolen los fallos, pero en la Arthur Ashe se ha mantenido firme siempre, excepto quizá el día de Djokovic, más nervioso. La ratio de ganadores (223) y errores no forzados (134) sumando los siete partidos: +89 fue impresionante. Solo el día de Nole (31 por 30) estuvo más parejo: +1.
Corre más que nadie
La derecha de Carlos manda en el circuito, pero en los partidos es habitual que el murciano haga más metros que su rival. En la final, por ejemplo, recorrió 2.419, por los 2.325 de Sinner; y en semifinales 1.903, por los 1.710 de Novak. En el resto de partidos, solo se movió menos que el contrario ante Rinderknech, por poco, y Darderi. En esta estadística le ayuda, aparte de defender cada punto, que también le gusta subir a la red.
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