Atletismo

Bolt: El rey claudica

En su última carrera en los 100 antes de retirarse, el jamaicano es derrotado por su viejo rival, Justin Gatlin, y por la savia nueva del también estadounidense Coleman

Justin Gatlin se arrodilla ante Usain Bolt en el último 100 del jamaicano
Justin Gatlin se arrodilla ante Usain Bolt en el último 100 del jamaicanolarazon

En su última carrera en los 100 antes de retirarse, el jamaicano es derrotado por su viejo rival, Justin Gatlin, y por la savia nueva del también estadounidense Coleman.

Usain Bolt. Eterno... Y derrotado. Llegó a Londres diciendo que hoy quería que los titulares pusieran: «Bolt, imbatible». Por última vez, el jamaicano, el mejor velocista de la historia, quería la gloria, pero se la robaron de forma inesperada su viejo enemigo, Justin Gatlin, y el joven Coleman. El día de su adiós en una carrera individual el marciano se convirtió en humano. El relámpago se apagó a sus casi 31 años, con la espalda dolorida y la velocidad disminuida respecto a su mejor momento, cuando consiguió el récord del mundo de los 100 (9.58) y de los 200 (19.19). Eso fue en 2009, en Berlín. Nunca ha vuelto a ir tan rápido, pero siempre había sido el mejor...

...Hasta ayer.

Jamás había perdido una final de 100 en un campeonato importante, y en 200 sólo pudieron con él al comienzo, cuando tenía 21 años, en el Mundial de Osaka 2007. A partir de ahí, Bolt, Bolt y siempre Bolt. Le vencieron al principio y al final lo han vuelto a conseguir. Estaban los rivales de siempre: su compatriota Yohan Blake y Justin Gatlin. Y también osados y ambiciosos novatos como Christian Coleman, que en la semifinal ya le dio un susto superándolo. Pero con Usain siempre da la impresión de que puede hacer más. Los 10 metros finales se los pasó mirando a su oponente, desafiándolo, diciendo con los ojos: «No te pases».

A Bolt le gusta jugar. En sus últimas apariciones ha llegado a la cita con la sensación de que se le podía batir, pero la realidad era otra. Ayer era la verdad: le podían vencer y lo hicieron. Coleman estaba a su lado derecho, pero esta vez ni le miró. Bolt se centró en la cámara de televisión, como siempre, hizo su catálogo de gestos, la letra «A» con los dedos, la cara de sorpresa... Es el show por el que también será recordado. Gatlin estaba un poco más lejos y fue pitado por los aficionados. Es uno de los atletas más odiados por su pasado con el dopaje. Con 35 años, no se contaba con que pudiera hacer lo que hizo, y al poder con el héroe seguro que se le van a multiplicar los detractores.

Los corredores se colocan en los tacos y entonces tiene lugar uno de los momentos más espectaculares del mundo del deporte: el silencio. Calla el estadio, 66.000 personas, y no se oye nada. El disparo da paso a la locura, al griterío. Bolt salió regular y esta vez no pudo remontar. Coleman le tomó una ventaja que era insalvable, pero Gatlin apareció de repente para comérselos a los dos. Se confirmó: el viejo Bolt cedió. Pero lo asumió con una sonrisa. Gatlin le dedicó una reverencia y Usain le dio un abrazo. «Felicidades. Te lo mereces», le dijo. Fue grande en la derrota.

«Te aseguro que después de una carrera de 100 el cuerpo duele mucho», afirma Ángel David Rodríguez, ex plusmarquista español de la distancia. Bolt se levantará hoy por penúltima vez con esa sensación de dolor. Le queda el relevo. A lo que no está tan acostumbrado es a amanecer con el bronce y no con el oro. El atletismo tiene un nuevo-viejo villano: Gatlin.