Ciclismo

Vingegaard revienta a Pogacar en el Tour

Saca 1:38 al esloveno la contrarreloj y afianza su liderato con menos de una semana por delante. Carlos Rodríguez pierde el tercer puesto

Combloux (France), 18/07/2023.- Danish rider Jonas Vingegaard of team Jumbo-Visma after the 16th stage of the Tour de France 2023, a 22.4kms individual time trial (ITT) from Passy to Combloux, France, 18 July 2023. (Ciclismo, Francia) EFE/EPA/ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / POOL
Vingegaard se refresca después de su victoriaANNE-CHRISTINE POUJOULAT / POOLAgencia EFE

Las heridas en el mundo del ciclismo se cierran. Pero nunca cicatrizan. El resquemor se queda. Ni olvido ni perdón. Han pasado tres años de la machada que Tadej Pogacar le asestó a Primoz Roglic en la Planche des Belles Filles, pero a su equipo, el Jumbo-Visma, todavía le dolía. Este martes le devolvieron el golpe en el mismo terreno, una crono, en la misma situación, jugándose un Tour de Francia.

Esas cosas se enquistan. Duelen. Desde 2020 el Jumbo-Visma esperaba una tarde como la de este martes. El pasado mes de mayo, Roglic resurgía en la cronoescalada final del Giro, final de infarto como él acostumbra con avería mecánica incluida, para ponerle emoción hasta el final y vestirse de rosa. Aquello, algo calmó y dejó en paz al ciclista esloveno y también a su equipo. Pero la sed de venganza persistía. Porque el Giro no es el Tour. El escenario, éste, el de ayer, era el esperado. El resultado, para nada. Ni siquiera el equipo holandés en sus mejores sueños podría haber imaginado una resolución así. Porque en las cronos da igual la sensación que trasmita un ciclista. De hecho, Pogacar enviaba mejor «feeling» al inicio de los 22 kilómetros, más acoplado, más constante en el pedalear que Vingegaard, totalmente atrancado. Pero eso no importa. Las cronos son como el algodón. No engañan. Sólo hay que mirar los números. Y éstos hablan de una exhibición de otro tiempo por parte de Vingegaard. Al alcance de muy pocos. 1:38 le metió a Pogacar en la meta de Combloux, lo que deja al esloveno a 1:48 del maillot amarillo cuando por la mañana estaba a apenas diez segundos.

El primero de los dos Tours que ganó Pogacar lo hizo descosiendo a un vacío Roglic en una cronoescalada. Ayer, le devolvieron el golpe de la misma manera, porque el esloveno del UAE no tuvo una mala prestación. Basta volver a los números. Metió un minuto a Wout Van Aert. Pero el que se salió ayer como la tarde que sembró esta venganza fue Vingegaard.

Sus directores ya le calentaron motores desde el pinganillo nada más se deslizó por la rampa de salida: «Hoy vas a demostrar a todos que eres el mejor ciclista del mundo», le decían. Apenas tardó unos minutos en hacerlo. En el kilómetro 10, Vingegaard ya le metía diez segundos a Pogacar. Estratosférico. El Jumbo, que todo lo mide y no deja nada al azar, había mandado a su bestia por delante a pulverizar los tiempos, asustar a Pogacar y marcar de paso referencias que le sirvieran de guía a su líder.

Van Aert lanzó también otro aviso. No cambió de bicicleta. Los 22 kilómetros de crono con la cabra. Era exactamente lo mismo que iba a hacer Vingegaard. No así Pogacar, que al inicio de la cota se bajó de la pesada bici de crono, ruedas de perfil y cuernos, para subirse a una más ligera. Lo que iba a ganar en el peso lo perdió en tiempo. Una docena de segundos se dejó ahí el esloveno. Tampoco fueron decisivos. 1:05 le metió en la cima. La exhibición de Vingegaard estaba ya muy por encima de esas mínimas diferencias en las que ambos se han movido durante todo este apasionante Tour, que a partir de hoy entra en otra dimensión, con los casi dos minutos que ahora Pogacar tiene de desventaja y que le dan a Vingegaard media carrera ya.

«¡Mátalo, mátalo!!!», se deshacía en gritos el director del Jumbo desde el coche en los metros finales. Toda la rabia contenida durante tres años, mascando esta venganza, preparando este golpe. Ya lo tienen. «Es la mejor crono que he hecho en mi vida. Estoy muy orgulloso de lo que acabo de hacer», se sinceraba, parco en palabras como siempre Vingegaard. «Me he sentido muy bien pero para ser honesto, no lo esperaba. Me he sorprendido a mí mismo por la crono que he hecho. Es la primera victoria de etapa del danés en la presente ronda gala. Se ha hecho de rogar, pero ha llegado en el momento justo. Para hacer el mayor daño posible. Pero fiel a su carácter frío, no echa las campanas al vuelo. «Aún queda mucho, todavía no está ganado y hay que seguir luchando».

Eso mismo deberá hacer Carlos Rodríguez tras el pequeño paso atrás que dio ayer. Empezó discreto y mejoró en el tramo de subida pero no pudo evitar el andaluz caer de su tercer puesto en el podio frente a Adam Yates. Por apenas cinco segundos, eso sí. Aún no hay nada perdido.