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El 2019 “horribilis” de Boeing: más cancelaciones que pedidos
La compañía cierra el ejercicio con la pérdida 87 pedidos y 380 entregas, menos de la mitad que un año antes
Coronado Airbus como rey del sector aeronáutico 2019, restaba por saber la distancia que el consorcio europeo había logrado sobre su máximo rival, Boeing. Y la brecha entre uno y otro es, ahora mismo, abismal en todos los terrenos. La compañía con sede en Chicago informó de que, por primera vez en 16 años, recibió más cancelaciones que pedidos. Concretamente, el fabricante recibió 246 pedidos, su nivel más bajo desde 2003. Sin embargo, después de sucesivas cancelaciones, tal número se redujo hasta las 54. Si a ello se le suman otra serie de pedidos que Boeing difícilmente mantendrá en su libro de pedidos, debido fundamentalmente a la quiebra de la aerolínea india Jet Airlines; el resultado final es que Boeing perdió 87 pedidos, lo que representa su primer saldo negativo en 30 años, según explicó un portavoz de la compañía a la cadena de televisión americana CNBC. Tras este “annus horribilis”, la cartera de pedidos de la compañía americana se situó a cierre de 2019 en 5.046 unidades, frente a las 7.482 que acumula Airbus.
Las entregas tampoco le fueron demasiado bien a la compañía. En total, entregó 380 aviones, la cifra más baja de los últimos 30 años, tras registrar un desplome del 53% por la paralización de las entregas del Boeing 737 MAX, origen de la crisis por la que atraviesa Boeing. En diciembre, por ejemplo, la multinacional no recibió ni un sólo pedido de este modelo, el que más rápidamente ha vendido el fabricante en su historia y cuya fabricación tiene ahora paralizada. Su registro contrasta con el récord que registró Airbus, que despachó 863 aparatos a sus clientes, el mejor dato de su historia.
La marcha de Boeing sigue, y parece que seguirá bastantes meses, lastrada por el 737 MAX. La compañía sigue trabajando en las mejoras que le permitan recertificar el aparato, en tierra desde que dos accidentes mortales a finales de 2018 y en marzo de 2019 le costasen la vida a 346 personas y llevasen a las autoridades aéreas mundiales a prohibir volar a estos aparatos. Pero, de momento, el horizonte para que el avión vuelva al cielo parece lejano. American Airlines, por ejemplo, ha eliminado de su programación los vuelos de los 737 MAX hasta al menos principios de junio, dos meses más tarde de lo que preveía hasta ahora. A la aerolínea, mantener estos aviones en tierra le ha costado ya 540 millones de dólares. Aunque ha llegado a un acuerdo con Boeing para que le indemnice por estas daños, el monto de la compensación no ha trascendido.
En las últimas semanas, diversas revelaciones han puesto todavía más cuesta arriba la vuelta del avión. La compañía ha detectado que la configuración del cableado de cola podría ocasionar nuevos problemas en el futuro. Además, la semana pasada hizo públicas cientos de comunicaciones internas en las que sus propios empleados ponían en entredicho al aparato incluso antes de los accidentes. Una de ellas llegaba a asegurar que el 737 MAX había sido “diseñado por payasos” que habían sido “supervisados por monos”. Otra desvelaba que se habrían ocultado al regulador americano (FAA) supuestos problemas con el simulador para obtener la certificación del aparato.
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