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Qué son las empresas de “cheque en blanco” y por qué están de récord

La incertidumbre por la crisis del coronavirus ha llevado a muchas compañías a buscar nuevas fórmulas para crecer

Una mujer con mascarilla pasea por Wall Street, donde tiene su sede la bolsa de Nueva York
Una mujer con mascarilla pasea por Wall Street, donde tiene su sede la bolsa de Nueva YorkMark LennihanAP

Las empresas de propósito adquisitivo especial (SPAC, en inglés), conocidas como firmas de “cheque en blanco”, viven un año récord en un Wall Street dominado por la incertidumbre, un auge que no da señales de frenar mientras grandes figuras de los negocios alimentan su popularidad, que hace décadas estaba en mínimos. Sin más objetivo que salir a bolsa y después fusionarse con “start-ups” o negocios con potencial de crecimiento, más de 70 SPACS ya han recaudado conjuntamente unos 28.600 millones de dólares brutos en EE UU, más del doble de lo que lograron en todo 2019 (13.600 millones), y aún tienen margen para superarse, señalan dos expertos en entrevistas con Efe.

“Hay una posibilidad real de que las SPACs terminen 2020 habiendo recaudado en el rango de 40.000 a 50.000 millones de dólares en ganancias de las ofertas iniciales de acciones (IPO)”, vaticina en un correo Kristi Marvin, fundadora de SPACInsider, una plataforma que analiza estas empresas que finalmente adoptan la identidad de la adquirida o fusionada. El 2020 es ya el año con más debuts bursátiles realizados a través de SPACs y a esta alternativa han recurrido dos compañías consideradas “unicornios” por su valoración superior a 1.000 millones de dólares: la fabricante de vehículos eléctricos Nikola y el portal de apuestas deportivas DraftKings, que gozan hoy de una alta capitalización de mercado tras sortear el laborioso proceso tradicional con autoridades e inversores.

Más simple, menos riesgos

Las empresas de propósito adquisitivo especial “permiten a compañías de alto crecimiento salir al mercado en una transacción con más certidumbre, con una valoración conocida y una PIPE (inversión privada en capital cotizado) que da apoyo técnico” a esa operación, declara a Efe el fundador de SPACResearch, otra plataforma especializada en las SPAC, Benjamin Kwasnik. La salida a bolsa tradicional es “arriesgada, ya que una compañía no sabe cuánto dinero va a recaudar, incluso si será capaz de recaudar algo (WeWork no lo hizo); o si Trump tuitea algo el día que quieres poner un precio, el mercado se cae y te toca desechar la IPO”, sostiene por su parte Marvin, con 15 años de experiencia en la banca de inversores, la mitad de ellos centrados en las SPAC.

“Con las SPAC, hay certidumbre sobre el capital porque es una cantidad fija y el ‘vehículo’ ya está cotizando. Solo hay una negociación de valor entre la SPAC y la compañía en venta. Así que es ‘más fácil’ en el sentido en que elimina los riesgos tradicionales de una salida a bolsa”, agrega la experta. La crisis de la COVID-19 y el año electoral en EE UU han sumido a Wall Street en la incertidumbre, a lo que se suma que la financiación del mercado privado se ha ido agotado, razones que han llevado a muchas firmas a buscar capital de manera más simple y elevado el atractivo de estas compañías que ofrecen un “cheque en blanco”.

Gurús inversores a bordo

El proceso de salida a bolsa a través de una SPAC ganó atención el año pasado con la firma de turismo espacial Virgin Galactic, propiedad del empresario y filántropo británico Richard Branson, que se fusionó con una SPAC del inversor Chamath Palihapitiya, exejecutivo de Facebook, aunque este tipo de operaciones se veían desde hacía años en Estados Unidos. La Bolsa de Nueva York volvió a acoger en 2017 esta alternativa, que nació en la década de 1980 y se asociaba a actividades fraudulentas o cotizadas muy pequeñas, pero desde entonces se han endurecido las regulaciones que protegen a los inversores, quienes ahora pueden comprar títulos generalmente por unos 10 dólares con la expectativa de una fusión o adquisición en aproximadamente dos años.

Debido al éxito de las últimas salidas a bolsa a través de SPACs, no es raro ver a figuras conocidas de los negocios entre los creadores de estas empresas, que necesitan un “equipo bueno en negociaciones” y experiencia, algo que Marvin ejemplifica: “Chamath (Palihapitiya) puede hacer una llamada y diez de cada diez veces una empresa en venta responderá al teléfono”. Precisamente la mayor recaudación este año se la ha llevado la empresa de “cheque en blanco” Pershing Square Tontine Holdings, fundada por el gurú inversor Bill Ackman, que generó unos 4.000 millones de dólares cuando empezó a cotizar a mitad de julio, más que ninguna otra SPAC hasta el momento, y ahora busca una empresa con “potencial” para patrocinarla.

“En un proceso típico de salida a bolsa, no sabes hasta el último día si va a ocurrir, el precio de la acción, cuánto dinero se recaudará (...). Nuestra tesis es que, teniendo una pila de dinero de varios miles de millones en una empresa ya cotizada, esto es nuestra propia versión de un ‘unicornio’. Y buscamos casarnos con otro ‘unicornio’, el socio más atractivo”, dijo Ackman en el canal Yahoo Finance.