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Impuestos

Montero insiste en acabar con la autonomía fiscal de las regiones

Defiende en el Senado que no pueden tener una independencia tributaria “ilimitada” y que hay que acabar con la “competencia desleal entre territorios”

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, durante una sesión plenaria en el Senado
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, durante una sesión plenaria en el SenadoEduardo ParraEuropa Press

Montero no ceja en su empeño de poner coto a la autonomía fiscal de las comunidades y ha vuelto a reivindicar en el Senado, durante su defensa del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021, que la independencia tributaria “no puede ser ilimitada” ni generar “agravios entre españoles o competencia desleal entre territorios”. Según ha defendido la ministra en la Cámara Alta, hay que hacer “un debate serio de la fiscalidad” pero “alejado de la demagogia y el cortoplacismo. No podemos consentir que se incentive una carrera fiscal a la baja que desfonde la financiación de servicios públicos esenciales”, ha aseverado.

En este sentido cree que no es aceptable “que se utilicen los impuestos como arma arrojadiza entre formaciones políticas” después de que el acuerdo entre el Gobierno y ERC para armonizar la fiscalidad autonómica, en particular el impuesto de patrimonio, haya derivado en un enfrentamiento con el PP y la Comunidad de Madrid. “No contribuyen los territorios, lo hace la ciudadanía”, ha recordado la ministra, para añadir que los contribuyentes “no entienden” por qué se tributa de forma diferente en las distintas comunidades autónomas ante una situación similar. “El Gobierno tiene una hoja de ruta para una reforma en profundidad” del sistema fiscal, que pasa por recuperar la progresividad y reducir la brecha con respecto a la recaudación europea, aunque la pandemia solo ha permitido incluir “algún ajuste fiscal” en el Presupuesto.

También ha recordado que la Constitución establece una contribución de todos los ciudadanos “de acuerdo con su capacidad económica” y unos principios de “igualdad y progresividad”, y ha subrayado que “no contribuyen los territorios, sino la ciudadanía”, apostillando que esta “no entiende por qué hay diferencia en los impuestos sustanciales si la situación de partida de cada uno de los contribuyentes podría ser similar”. Así, ha dicho que “no tiene ningún sentido” defender una armonización fiscal en el marco de la Unión Europea para impedir “situaciones de agravio” entre estados o “movilidad de empresas por razones fiscales que no estén justificadas” y que “en el discurso nacional” se recurra a ese argumento “para defender lo injustificable”.

Sin embargo, en lo que respecta a sus nuevos Presupuestos, ha dicho que las nuevas cuentas “conllevan algún ajuste”, posponiendo la “reforma en profundidad” del sistema fiscal, que cree que debe hacerse para “recuperar progresividad que se ha perdido”, reducir la brecha de recaudación respecto a la media europea y “modernizar el sistema tributario”.