Los talleres, desbordados por los accidentes provocados por Filomena

La resaca de la borrasca Filomena continúa. Las grandes nevadas de los últimos días han dejado zonas incomunicadas; árboles, farolas y parques destrozados; tejados derrumbados e innumerables daños y desperfectos en casi todo el territorio nacional. Tampoco se han salvado del temporal los coches, sobre todo aquellos que “duermen” a la intemperie cubiertos por un generoso manto de nieve. La preocupación de los conductores sobre el estado de su vehículo ha disparado las citas previas al taller, que se han duplicado el pasado fin de semana, según datos de Euromaster.

Y lo peor está por llegar. Se prevé que el colapso de los talleres sea aún mayor una vez se recupere la movilidad y los conductores evalúen los daños que han podido sufrir sus vehículos. Pero, ¿cuáles son las principales averías que puede sufrir un coche tras el temporal de frío y nieve?

La caída de las ramas de los árboles sobre los vehículos por el peso de la nieve no es el único desperfecto que se pueden encontrar los conductores. Con el frío extremo, varios componentes se pueden ver afectados, como es el caso de la batería, que pierde parte de su capacidad para suministrar corriente eléctrica.

Hay que tener especial precaución durante estos días a la hora de poner el marcha el coche, ya que el mal estado del aceite o del liquido refrigerante puede causar una rotura de motor, una avería que puede llegar a costar alrededor de 1.000 euros.

El uso de cadenas también daña el vehículo

En muchas carreteras es obligatorio circular con cadenas o fundas para la nieve. Las primeras son las más efectivas para conducir cuando hay placas de hielo en la calzada, pero acelera el desgaste de algunos elementos del coche como la transmisión y la suspensión. En el caso de las fundas, Euromaster recuerda que solo son aptas para conducir sobre nieve. Si la carretera ya está limpia, las fundas “se volatilizarán”.

Los talleres se enfrentan de nuevo a un pico de demanda en los servicios de reparación de vehículos. El último fue tras el estado de alarma, cuando las solicitudes de cita previa se triplicaron.