Motor

El sablazo fiscal a los coches desploma las ventas y recauda 222 millones menos

La subida impositiva del Gobierno a las matriculaciones y los vaivenes legislativos han provocado la mayor caída de las ventas de vehículos en un mes de la historia. Un coche medio paga ahora unos 6.300 euros en concepto de IVA

Interior de uno de los concesionarios reabiertos en la Fase 1 de desescalada, tras el cierre temporal causado por la pandemia del coronavirus
Interior de uno de los concesionarios reabiertos en la Fase 1 de desescalada, tras el cierre temporal causado por la pandemia del coronavirusIñaki BerasaluceEuropa Press

Durante el pasado mes de enero se matricularon en España un total de 41.966 automóviles, lo que supone un derrumbe de las ventas del 51,5% si comparamos esta cifra con la registrada en enero del pasado año, que llegó a 86.442 unidades. Este hundimiento, advertido por todos los empresarios del sector, se veía venir y es consecuencia de las erróneas políticas económicas del Gobierno, que han perjudicado a esta industria de manera especial en los últimos tiempos. Y la consecuencia de ello, al margen de la ruina de las compañías, es además el descenso de los ingresos por impuestos.

En efecto, una de las decisiones más polémicas del Ejecutivo de Sánchez ha sido la de incrementar los impuestos de matriculación desde el 1 de enero, un aumento del 4,5% a los vehículos cuyas emisiones a la atmósfera superaran los 120 gramos con las nuevas mediciones WLTP. Mientras otros países que tienen esta tasa, como Francia o Portugal, decidieron establecer una moratoria a la norma, el Gobierno español se empeñó en aplicar la subida, que afecta aproximadamente a la mitad de los coches que se venden en nuestro país, pensando que así recaudaría más.

Decisiones erróneas

Cada automóvil tributa un 21% de IVA, más el impuesto de matriculación y otras tasas municipales. Es decir, un coche medio de 30.000 euros paga unos 6.300 solo en concepto de IVA. La subida de 4,5 puntos en el impuesto de matriculación supone un incremento de tasas de 1.350 euros. Por cada coche de menos que se vende, el Estado deja de ingresar solo por impuestos directos unos 5.000 euros que, multiplicados por los 44.446 vehículos menos vendidos en enero, sale una cifra de más de 222 millones de euros que han dejado de entrar en las arcas del Estado. Y la cantidad será mayor si el precio medio de los coches que han dejado de venderse es más elevado. A esta situación se ha llegado por la indecisa política del Gobierno frente al automóvil que, en estos momentos, es el primer sector industrial del país con más del 10% del PIB y el 9% en empleo. Porque no solo ha sido por un tema impositivo. Se han unido, además, el fracaso de los planes de ayudas para la compra de coches nuevos y la falta de programación para el desarrollo de la movilidad eléctrica.

Todo ello en un ambiente de crisis propiciado no solo por la pandemia, sino por las fuertes tormentas, que han dificultado las operaciones comerciales, a pesar de que este mes de enero ha tenido dos días hábiles más que el del año pasado.