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El PSOE y Podemos piden al BCE que condone 300.000 millones de deuda a España

La presidenta socialista, Cristina Narbona, y el responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez, se adhieren a un manifiesto de varios economistas que piden el eurobanco que condone lo que deben los socios de la Eurozona

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto a la presidenta, Cristina Narbona (izquierda) en una reunión ejecutiva del PSOE
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto a la presidenta, Cristina Narbona (izquierda) en una reunión ejecutiva del PSOEEVA ERCOLANESEEFE

Que el Banco Central Europeo (BCE) le condone 300.000 millones de deuda. Esa es la solución que la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y el responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez, han encontrado para reiniciar la economía española tras la crisis provocada por el coronavirus. Ambos se han adherido a un manifiesto de economistas europeos en el que reclaman que el BCE cancele lo que le deben los socios de la Eurozona, incluida España. El eurobanco mantiene en su balance bonos y obligaciones del Tesoro español por valor de 300.000 millones, equivalentes a una cuarta parte de la deuda pública del Estado y un 30% del PIB español.

“Nuestra propuesta es sencilla, hagamos un contrato entre los Estados europeos y el BCE. Este último se compromete a condonar las deudas públicas que posee ( o a transformarlas en deudas perpetuas sin intereses), mientras que los estados se comprometen a invertir las mismas cantidades en la reconstrucción ecológica y social. Estas cantidades alcanzan ya casi 2.500.000 millones de euros para toda Europa. Esta cantidad es suficiente para satisfacer las expectativas del Parlamento Europeo y, sobre todo, para salvaguardar el interés general», afirma el manifiesto “Anular la deuda pública mantenida por el BCE para que nuestro destino vuelva a estar en nuestras manos”, publicado por “El País” y que encabeza el economista francés Thomas Piketty. Entre los firmantes están también José Moisés Martín Carretero, Jordi Sevilla o Jorge Fabra Utray. Además, lo han rubricado decenas de economistas de otros países, principalmente de Francia pero también de Italia, Alemania, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Suecia, Portugal y Grecia.

Se lo puede permitir

Los firmantes de la carta aseguran que el BCE es «un acreedor que no teme perder su dinero», por lo que «puede permitírselo». «Como reconoce un gran número de economistas, incluso entre los que se oponen a esta solución, un banco central puede operar con capital propio negativo sin dificultad. Puede incluso crear dinero para compensar estas pérdidas», recuerdan citando al Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Los firmantes creen que no está claro que los tipos de interés bajos o negativos empujen a los Estados a endeudarse para invertir. En este nivel se encuentran en la zona euro desde hace años y desde 2015 «muchos Estados han reducido su nivel de endeudamiento en lugar de pedir préstamos para invertir». En su opinión, esto no sucedería si se impulsara el pacto que proponen, pues este «impedirá esta estrategia de escape de responsabilidad». Eso sí, creen que la medida debe ir acompañada de reformas en los criterios de deuda y déficit, de proteccionismo ecológico y solidario o de reformas fiscales destinadas a reducir el nivel de desigualdad. «También hay que implementar una nueva gobernanza europea, en particular mediante la transición al voto por mayoría cualificada en asuntos fiscales», añaden.

Los firmantes consideran que Europa no se puede ver «sistemáticamente bloqueada por sus propias normas» mientras países como China, Japón o Estados Unidos «utilizan al máximo su política monetaria».

No es la primera vez que se proponen iniciativas de este tipo, aunque siempre han sido rechazadas. “Considerar la cancelación de la deuda sería un senda muy peligrosa”, afirmó el pasado noviembre el gobernador del Banco de Francia, François de Villeroy, recordando que cuando se introdujo el euro, todos los Estados, se comprometieron a reembolsar siempre al BCE: “Es un pacto de confianza absolutamente imprescindible”. También el consejero del BCE, Fabio Panetta, advirtió de que “contravendría los tratados”.