España

Rehabilitación

El preso que recibió la carta de Ana Botín se mostró emocionado al tener la ocasión de pedir perdón

Había atracado una sucursal del Banco de Santander en Guipúzcoa y estaba arrepentido

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín-EFE

La primera sensación del preso de la cárcel de Burgos al recibir la carta de la presidenta del Banco de Santander fue de incredulidad, después de miedo y, al final de emoción y ansiedad ante el resto que suponía enfrentarse a quienes había perjudicado con el atraco a una sucursal en Guipúzcoa de esta entidad bancaria.

La directora del citado centro penitenciario, Elena Ramos, ha manifestado a LA RAZÓN que la iniciativa del recluso tenía como finalidad, dentro del programa de Reconexión y Justicia Restaurativa, ponerzed en contacto con las personas a las que había perjudicado durante el referido atraco.

Así se lo manifestó a Ana Botín en la carta que le envió al tiempo al tiempo que le mostraba su arrepentimiento por lo que daño causado. Lo que no esperaba es que fuera la propia presidenta del Banco la que se pusiera en contacto con él y le ofreciera las facilidades para llevar a cabo sus intenciones, en este caso con el director de la sucursal atracada.

El programa que ha seguido el recluso, con una duración de 21 meses, persigue que los reclusos asuman el mal que han causado con las acciones que les llevaron a prisión, dentro del objetivo general de rehabilitación.

En este caso concreto y tras algunos intentos fallidos por problemas técnicos (la entrevista se hizo por videoconferencia por la pandemia de COVID) el atracador  pudo hablar con el director de la sucursal, del que tuvo que escuchar las sensaciones que sufrió durante el asalto, sobre todo después de saber que el arma que portaba era e fuego real y no simulada.

El recluso aprovechó para mostrar su arrepentimiento, ante lo que el director “se mostró muy generoso, amable y comprensivo”.

El encuentro se realizó a finales de la semana pasada. El interno, de nombre Julio, participaba desde el pasado mes de noviembre en el programa de Justicia Restaurativa que cuenta, en la prisión burgalesa, con la mediación de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa.