Sin derogación
Yolanda Díaz no culminará su reforma laboral hasta después de la pandemia
La derogación no se hará hasta el final de la crisis y los cambios serán «quirúrgicos»
Ya lo había anunciado la ministra de Trabajo: «Cuando la ley de riders sea una realidad abordaremos la reforma laboral pendiente en el acuerdo de Gobierno PSOE-Podemos». Dicho y hecho. Yolanda Díaz aprovechó ayer la presentación oficial de la nueva normativa para los repartidores de las plataforma digitales para convocar a los agentes sociales –patronal y sindicatos– a una nueva mesa de negociación. Esta vez estará encima de la mesa uno de los puntos más espinosos en la hoja de ruta del Ministerio de Trabajo: derogar la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy o, al menos, suprimir los artículos que entieden son los más lesivos para los trabajadores.
Pero no lo va a tener fácil, o al menos no tendrán a la patronal –CEOE y Cepyme– dispuesta a ceder en lo que endienden será «un paso atrás que puede complicar aún más de lo que está la recuperación económica tras la crisis sanitaria». De su parte, al menos parcialmente, tienen a parte del equipo económico de Pedro Sánchez. La titular de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ya mostraron su recelo por abrir en estos momentos un melón que puede no estar todavía maduro. No hace demasiado tiempo, Calviño lanzó un órdago a la grande a Sánchez cuando este ya había dado luz verde a la derogación completa de la reforma a cambio del apoyo de EH Bildu en el estado de alarma. La ministra logró su objetivo y paralizó el movimiento, con el consiguiente enfado de Iglesias y Díaz, que aún no han olvidado.
Pero la titular de Trabajo persevera de nuevo y ya ha puesto fecha a las negociaciones: el 17 de marzo. Sin embargo, a tenor de sus palabras, no será una reforma íntegra ni completa. Ni siquiera se atrevió ayer a hablar de reforma laboral, y se refirió a ello como una «modernización del mercado laboral». Fuentes ministeriales explicaron a LA RAZÓN que la incertidumbre que marca todavía la pandemia hace «muy complicado» hacer una reforma íntegra, por lo que se va a optar por hacer unos «cortes quirúrgicos» que salven el acuerdo de Gobierno.
Estos «cortes» se centrarán básicamente en retomar la ultraactividad de los convenios, las cláusulas de descuelgue o la limitación de la subcontratación, aspectos de la negociación colectiva que ya se estaban viendo antes del estallido del coronavirus. A estos elementos –que son los más avanzados– se unirán otros que forman parte del programa enviado a Bruselas, como cambios en la contratación laboral o medidas para atajar el exceso de temporalidad.
De momento, las posturas están muy alejadas. Los sindicatos exigen su derogación inmediata y los empresarios no quieren ni oír hablar de ello hasta que pase la pandemia. Ante esto, Díaz ya ha advertido en varias ocasiones que la reforma laboral se legislará aunque no haya acuerdo de todas las partes.
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