Energía

¿Por qué surgen las lecturas estimadas de luz y gas y cómo evitarlas?

Suponen adelantar un pago que se regularizará cuando sea posible tener una factura con lectura real

Una factura de la luz y contadores
Una factura de la luz y contadoresJesus G. FeriaLa Razón

Las facturas estimadas surgen cuando la compañía eléctrica no sabe la energía que ha consumido el cliente. El Real Decreto 1718/2012, de 28 de diciembre, establece que “la facturación del acceso a las redes se realizará siempre basándose en lecturas reales”, lo que deriva en la posibilidad de estimarlas en el caso de los consumidores que no tengan contador inteligente y cuando no se pueda realizar la lectura en persona.

En el caso del suministro de luz, prácticamente todos los hogares tienen contadores inteligentes que permiten tomar la lectura a distancia, por lo que las facturas siempre se basarán consumos reales. El problema llega con el gas. En este caso, no todos los contadores son inteligentes y por eso es necesario tomar las lecturas del contador en persona. Lo normal es que la factura llegue de manera bimestral (es decir, cada dos meses) y esté basada en tu consumo real, ya que es el técnico de la empresa distribuidora el que suele pasar por los domicilios una vez cada dos meses, explica la comercializadora Zerclo Energía. Si el técnico ha ido a la vivienda pero no ha podido entrar a realizar la lectura o el contador estaba estropeado es cuando surge la lectura estimada.

Cuando el técnico no puede realizar la lectura

No obstante, este proceso no es inmediato. De hecho, el consumidor tiene otras vías y un margen de tiempo para proporcionar una lectura real. El decreto citado anteriormente establece que el empleado de la compañía energética “deberá dejar un aviso de imposible lectura en el que se indique un número de teléfono y una dirección web mediante la cual el usuario podrá facilitar la lectura de su equipo, así como el plazo para hacerlo”. En el aviso de imposible lectura se especificará la información que deberá indicar el usuario para poder facilitar dicha lectura. En el caso de que el usuario no facilite la información en el plazo de dos meses desde el aviso de imposible lectura, la compañía podrá emitir una factura con una estimación de consumo que será válida.

El decreto 1718/2012 también explica que, cuando existan tales estimaciones, “se realizará una regularización anual en base a lecturas reales” y, en caso de que el consumidor no facilite las lecturas, dicha regularización anual también “podrá realizarse en base a estimaciones”.

El problema que conlleva la lectura estimada es que supone adelantar un pago que se regularizará cuando sea posible tener una factura con lectura real, explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Si son a la baja, la factura cuando se regularice será bastante más elevada. Si es al alza, deberá adelantar un coste mayor del que pensaba, aunque una vez se disponga de la factura real se acabará pagando exactamente lo mismo que si no hubiera habido estimaciones. En cuanto al cálculo de las lecturas estimadas, este se realiza con un algoritmo en el cual se tiene en cuenta el consumo del mismo periodo del año anterior, los consumos previos a la estimación y la ubicación del punto de suministro.

Cómo evitarlas

Para no tener que adelantar dinero o pagar una deuda a posteriori, los consumidores deben prestar atención a las vías que ofrecen las empresas para conseguir las lecturas reales cuando sus empleados no lo consiguen. Por ejemplo, en algunas viviendas la comunidad de vecinos coloca una hoja, normalmente en la entrada, para apuntar la lectura mensual. Las comercializadoras también ofrecen otras alternativas, como teléfonos gratuitos donde el usuario puede comunicar su lectura directamente, enviando una fotografía del contador o a través de un formulario online. Las opciones dependerán de cada compañía.