Consecuencias

La UE ataca las finanzas rusas con un bloqueo parcial del SWIFT, pero seguirá recibiendo gas y petróleo

Bruselas congelará los activos del Banco Central ruso, pondrá coto a los oligarcas y sacará del sistema de comunicación para transacciones financieras a algunos de sus bancos

Un hombre camina frente a un panel digital que muestra el tipo de cambio del euro en una oficina de cambio en San Petersburgo, Rusia,
Un hombre camina frente a un panel digital que muestra el tipo de cambio del euro en una oficina de cambio en San Petersburgo, Rusia,ANATOLY MALTSEVAgencia EFE

Una segunda ola de sanciones de la UE contra Rusia se han unido este fin de semana a las ya anunciadas por la comunidad internacional inmediatamente después de que el presidente ruso reconociera la independencia de los territorios controlados por los rebeldes en el Donbás. Estados Unidos anunció fuertes sanciones financieras y un gran paquete de medidas contra «las élites rusas». Por su parte, los líderes de la UE pactaron medidas «masivas» y «sin precedentes», que incluyeron unas primeras restricciones a bancos, energía, finanzas, exportaciones, transporte y política de visados, pero no contemplaron medidas como sacar a Rusia del sistema de comunicación para transacciones financieras Swift o bloquear el suministro energético o de materias primas.

Pero eso fue solo hasta ayer. La Comisión Europea, en boca de su presidenta, Ursula von der Leyen, anunció que va a proponer a los países miembros una nueva batería de sanciones contra Moscú, que incluirán paralizar los activos del Banco Central de Rusia, excluir varios bancos rusos del sistema Swift de pagos interbancarios y evitar que los oligarcas rusos usen sus activos en los mercados europeos.

De este modo, esas medidas «sin precedentes» llegaron a última hora de ayer en una comparecencia sorpresa en la que Von der Leyen quiso dejar claro que llegarán hasta las últimas consecuencias si fuera necesario aunque, de momento, optó por dejar fuera las sanciones comerciales que pudieran poner en peligro el suministro energético o de materias primas, decisión que, por otra parte, sí adoptó de primeras Estados Unidos. Los territorios europeos no son tan autosuficientes y no pueden poner en peligro sus propias economías. «Cortar de repente supondría un enorme impacto en los Estados miembros, un precio demasiado alto que puede volverse contra nosotros», reconocieron fuentes comunitarias, que recordaron la diferencia entre las relación comercial de Washington y la de Bruselas: «Estados Unidos tiene una posición más ventajosa. Su relación comercial con Rusia no pasa de 8.000 millones y la nuestra de 80.000 millones».

Tal vez por ello, los dirigentes comunitarios no se han atrevido a ir más lejos y aislar totalmente el comercio exterior ruso. Por ello, estas sanciones no incluyen –al menos de momento– la prohibición a la importación de energía, gas o petróleo, ni restricciones al comercio de minerales –ya sea oro, diamantes, metales nobles o piedras preciosas–, ni a materias primas esenciales en la industria europea, pero sí la citada desconexión de los bancos rusos del sistema de mensajería Swift, que dejará a algunos bancos rusos sin operatividad en el sistema financiero internacional. Esto es, que se les impedirá, por ejemplo, recibir divisas o realizar transferencias para sus transacciones comerciales, lo que bloquearía de inmediato su operatividad exterior y sería el primer paso de su posible colapso financiero.

Por tanto, se ha producido por ahora un cambio de estrategia y se han seguido las mismas respuestas que con otros países en conflicto, como Irán o Corea del Norte. Hasta ahora, la UE se había conformado con taponar los canales bancarios de financiación, bloquear el acceso a los mercados de capitales a las empresas controladas por el Estado y negar cualquier tipo de operatividad a los bancos rusos con las entidades occidentales. Ahora, tras las palabras de Von der Leyen, el bloqueo financiero será casi total.

Con este nuevo paquete, las autoridades comunitarias esperan que se dispare la inflación y se erosione la base industrial del país, y estiman que al menos el 90% del sistema bancario ruso y la mayoría de sus empresas exportadoras hayan quedado inoperativas fuera de territorio ruso.