Finanzas

¿Qué es el sistema SWIFT y qué significaría dejar fuera a Rusia?

Es la sociedad que administra las comunicaciones entre los bancos de todo el mundo. Aumenta la seguridad y la rapidez de las transferencias

Un hombre pasa junto al logo de la cooperativa SWIFT en Toronto
Un hombre pasa junto al logo de la cooperativa SWIFT en TorontoChris HelgrenREUTERS

Todo el mundo habla en las últimas horas se se debe expulsar a o no a Rusia del sistema SWIFT tras la invasión de Ucrania ordenada por su presidente, Vladimir Putin. Pero, ¿qué es exactamente el sistema Swift? Su significado proviene del acrónimo “Society for World Interbank Financial Telecommunication”, que hace referencia a la sociedad encargada de dirigir y administrar las comunicaciones entre los bancos de todo el mundo y que dirige desde el 1 de julio de 2019 el español Javier Pérez-Tasso.

Utilizada por más de 11.000 instituciones financieras en más de 200 países, es una cooperativa con sede en Bélgica dirigida por una junta de 25 miembros, incluido Eddie Astanin, presidente del Centro de Compensación de Contraparte Central (NCC) de Rusia.

El Código SWIFT se compone por una serie alfanumérica exclusiva, diferente para cada entidad y para cada zona, que los clientes de cada banco deben tener para poder realizar operaciones a escala internacional. Se podría definir también como una especie de protocolo que permite ampliar más el área de las transacciones a nivel internacional.

Se forma a partir de la unión de 4 grupos numéricos. Cada grupo tiene su significado y la suma de ellos hace que en total el código tenga entre 8 y 11 dígitos.

El primer grupo se forma por los cuatro primeros dígitos. Estos identifican a la entidad bancaria, la nombran. Por ejemplo, en la situación del banco BBVA sus cuatro dígitos corresponderían a esas mismas letras, para el banco ING sería INGD y para el Banco Santander BSCH.

El segundo grupo se forma por los dos dígitos siguientes, ocupando las posiciones 5 y 6 del código. Este grupo indica el país: ES identifica a España.

El tercer grupo lo forman el séptimo y octavo dígito. Estos indican la población en la que se encuentra el banco. Si la entidad se encuentra en Madrid, los dígitos serían MM, en el caso de Barcelona, los dígitos serían BB, etcétera.

Finalmente, el cuarto y último grupo lo forman los tres últimos dígitos, y que son completamente opcionales. Este grupo hace referencia a la oficina en la que está abierta la cuenta con la que se está trabajando.

¿Para que sirve?

El Código SWIFT, gracias a su nomenclatura directa, aumenta la seguridad en las transacciones internacionales y, a su vez, reduce el tiempo que se tarda en realizarlas y la cantidad de comisiones que hay que abonar.

Otro dato que es importante es que a este código también se le conoce como BIC (Bank Identifier Code), ya que muchos profesionales de la banca utilizan las dos denominaciones, aunque se refieran a lo mismo. Así que, si te piden el BIC, no te preocupes, te están pidiendo exactamente lo mismo.

¿Cuándo se utiliza?

Se debe incluir en todas las transferencias internacionales. Una vez incluido, el banco correspondiente se encargará de elaborar una prueba de la realización, la cual es denominada como mensaje SWIFT y contará con todos los datos relativos a la transferencia que se ha realizado con anterioridad.

Siempre debe incluirse en los términos de pago de las facturas, puesto que así los clientes no tendrán la necesidad de contactar con la persona exportadora para que les facilite dicho código.

Como breve resumen, siempre que se pague a un proveedor en un tercer país por transferencia (importación), se debe incluir el SWIFT y viceversa, es decir, un cliente que nos deba una factura nos va a solicitar ese código para incluirlo en la transferencia que, posteriormente, te realizará.

El precedente

En marzo de 2012, SWIFT desconectó los bancos iraníes a medida que se endurecían las sanciones internacionales contra Teherán por su programa nuclear, una medida que hizo que el país perdiera la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo y el 30% del comercio exterior, según el centro de estudios Carnegie Moscow Center.

Ahora,los países de la Unión Europea se guardan la posibilidad de excluir a Rusia del sistema, clave para aislar económicamente al país.

Se creó en 1973, cuando se estableció en Bruselas con más de 200 entidades; en 1976 ya tenía más de 500 miembros en más de quince países, pero todavía estaba en pruebas y no fue hasta 1977 cuando comenzaron a enviarse los primeros mensajes, recuerda BBVA en su web.

Diez años después tenía 2.161 clientes en 61 países y ya había enviado más de 192 millones de mensajes, y en la actualidad supera los 9.000 miembros a nivel mundial.

El principal motivo por el que Swift suele ser conocido es por ser un código internacional que presta a sus socios un servicio de mensajería cifrada que posibilita las transferencias internacionales de fondos.

Los peligros de la expulsión

Si las entidades financieras de Rusia quedaran fuera del sistema Swift, la operativa de su banca se vería seriamente complicada porque no podrían hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema.

A todos los efectos se produciría un bloqueo de las transferencias bancarias con el país, lo que tendría a su vez efectos colaterales, ya que cualquier empresa extranjera que necesite hacer pagos en Rusia no tendría opciones de hacerlo por esta vía.

El profesor de OBS Business School y experto en estrategia digital en Gartner, Martín Piqueras, advierte además de que Rusia intentaría buscar alternativas para que sus bancos puedan seguir haciendo transferencias internacionales si son expulsados de Swift.

Por ejemplo, apunta, Rusia podría recurrir al Sistema de Pagos Internacional de China, conocido como CIPS, que empezó a funcionar en 2015 con 19 bancos tanto chinos como extranjeros que se establecieron en China continental y 176 participantes indirectos que cubrían 6 continentes y 47 países y regiones.

Esta alternativa ofrece a sus participantes pagos y transferencias internacionales en yuanes.

De ahí que la decisión de expulsar a Rusia del sistema Swift no pueda tomarse a la ligera y aunque finalmente lo soliciten los países de la UE tendrá que ser el comité de esta sociedad el que lo decida, pues es quien tiene el derecho de expulsar o incorporar a sus socios.