Cumbre
La UE discute cómo y cuándo cerrar el grifo al gas ruso: “Se debe reducir nuestra dependencia lo antes posible”
Los líderes de los 27 se conjuran en Versalles para hacer frente a Putin pero descartan una adhesión exprés de Ucrania. España insiste en poner en marcha las interconexiones desde la península
En la historia existen momentos de inflexión decisivos y los líderes de los 27 están convencidos de que estamos ante uno de ellos para el futuro de la Unión Europea. Una sensación que flotaba sobre la atmósfera del majestuoso Palacio de Versalles, exactamente el mismo lugar, paradojas de la historia, en el que Macron agasajó a Putin al principio de su quinquenio. Aquello parece tan lejano, cuando de lo que se trata ahora es de conjurar la unidad de los jefes de estado del bloque comunitario en la respuesta a la invasión rusa de Ucrania a sabiendas que las consecuencias para Europa de esta guerra serán pesadas y afectarán a diferentes planos como la seguridad, la energía, la gestión de los refugiados o la ampliación de la UE. «Europa tiene que estar preparada para todos los escenarios», ha señalado el anfitrión, Emmanuel Macron, que se mostraba pesimista tras hablar minutos antes con Putin por videoconferencia.
La agenda de la cumbre informal que entre ayer y hoy se desarrolla en Versalles es lo suficientemente amplia y flexible como para seguir calibrando la respuesta europea a la crisis. Sin líneas rojas pero con la máxima de seguir con la unión de los 27. Así las cosas y al cierre de esta edición, los jefes de Estado seguían discutiendo en una cena en el Palacio de Versalles un eventual cierre del grifo del gas ruso. Macron pretende consensuar una fecha durante la cumbre tal y como ha subrayado el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, en la emisora France Inter, añadiendo que «se deben reducir nuestras dependencias lo antes posible» pero admitiendo, al mismo tiempo, que esto será más complicado para socios más dependientes como Alemania, Austria o Italia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pretende apuntalar la posición española para que «el gas no contamine el precio de la electricidad», según ha señalado en la apertura de esta cumbre informal de Versalles. En este sentido, fuentes del Ejecutivo español han apuntado que la posición de nuestro país «por fin está siendo escuchada». España quiere contribuir activamente, según Sánchez, a la soberanía energética europea profundizando en las interconexiones «para que la península ibérica no sea una isla energética» y haciendo frente con Portugal en el impulso del hidrógeno verde. A corto plazo, los líderes quieren pedir a Bruselas que diseñe un plan concreto para afrontar los elevados precios de la energía y su impacto sobre empresas y ciudadanos, especialmente los más vulnerables, que pueda ser debatido en el Consejo Europeo ordinario del 24 y 25 de marzo.
La cumbre de Versalles se celebra justo dos semanas después de que Moscú iniciara la invasión y desde entonces la Unión Europea ha dado una respuesta mucho más firme de la esperada por el propio Kremlin, con fuertes sanciones económicas que han puesto contra las cuerdas la economía rusa. En Versalles, más que nuevas sanciones, se quiere poner el acento en que se apliquen de forma efectiva las que ya existen y al mismo tiempo ponerse al día sobre la decisión de activar el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para destinar hasta 500 millones de euros de material militar letal y no letal a Ucrania. Un fondo que incluso podrían comprometerse a ampliar en el encuentro.
El otro gran asunto que se está tratando en Versalles es la cuestión de la adhesión de Ucrania a la UE. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, envió la solicitud el pasado lunes, y una semana después el Consejo, en el que están representados los Estados miembros, solicitaba a la Comisión Europea su opinión sobre la solicitud, pero también de las de Moldavia y Georgia, otros dos países que aprovecharon el impulso de Kiev para poner sobre la mesa su petición. Lo que se discute es más bien si Ucrania debe obtener de manera rápida el estatus de país candidato, más que si debe entrar rápidamente en el bloque europeo, asunto que arrastra serias divergencias. Un frente de ocho países liderados por Polonia piden que se acelere el proceso, frente a otro amplio grupo liderado por Países Bajos, que se opone.
Puerta cerrada a la vía rápida
En este sentido, varios de los líderes de la Unión Europea ha afirmado este jueves que no puede haber atajos en la política de adhesión, cerrando así cualquier opción a una tramitación ‘exprés’ de la solicitud de adhesión de Ucrania al bloque europeo en plena guerra con Rusia. Varios dirigentes europeos han cerrado la puerta, recordando que no es posible acelerar el proceso y recordando las dificultades que representa la invasión rusa sobre Ucrania para una eventual adhesión. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha cerrado el debate al descartar de plano que la Unión Europea inicie el proceso formal para la adhesión de Ucrania mientras este país siga en guerra con Rusia.
“Hay que mandar un mensaje fuerte a los ucranianos, pero debemos de tener cuidado: ¿Podemos abrir un proceso de adhesión con un país en guerra? No lo creo”, ha indicado Macron, si bien ha dicho que sería “injusto” decir que nunca sucederá. Su homólogo neerlandés, Mark Rutte, ha rechazado cualquier opción de una vía rápida. “No debe haber dudas de que Países Bajos y Ucrania están codo con codo, pero no existe una vía rápida para acceder”, ha indicado, sobre agilizar los trámites para la entrada de Kiev en el club comunitario
Según el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, no se puede dar la sensación a Ucrania de que la adhesión será “de la noche a la mañana”, aunque ha apuntado a que los líderes pueden dar con una fórmula “creativa” para reafirmar la perspectiva comunitaria de Ucrania. En la misma línea, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado que la adhesión no se puede utilizar como “política” y ha defendido que es un “instrumento” que debe garantizar la estabilidad de la propia Unión.
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