Tras las denuncias de Zelenski

La empresa de explosivos Maxam guarda silencio por sus lazos rusos

José Manuel Vargas, su consejero delegado, ordena cerrar la web sin emitir comunicado alguno

José Manuel Vargas, consejero delegado de Maxam
José Manuel Vargas, consejero delegado de Maxamalberto r. roldánLa Razón

El grupo industrial Maxam, fundado hace 150 años por Alfred Nobel, ha optado por la estrategia del avestruz –esconder la cabeza y desconectar por completo su página web– después de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski la señalara por seguir haciendo negocios con el régimen de Putin. Su principal responsable, José Manuel Vargas, desde que en mayo de 2020 asumiera el puesto de consejero en representación del máximo accionista, la estadounidense Rhône Capital, no ha dado la cara aún ni ha emitido comunicado alguno al respecto de las acusaciones de Zelenski.

El que fuera presidente de Aena, y consejero de Vocento y «Abc», se hizo cargo de la compañía de explosivos vasca en mayo de 2020 en representación del 71% de las acciones en poder de Rhône con el objetivo de reducir costes y optimizar los resultados de una compañía con más de 1.200 millones de facturación y presencia en 90 países, entre ellos Rusia y China, empresas subsidiarias en 50 países y unos 6.500 empleados.

El fabricante de explosivos y productos para la minería y la defensa, provee entre otros productos de un explosivo a granel de última generación llamado Rioflex que permite ajustar rápidamente la densidad explosiva para que coincida con un rango de condiciones de masa rocosa, muy útil en minería y voladuras, sectores en los que se ha centrado tras la venta de su negocio de cartuchería y pólvora para caza el pasado año.

Pero al margen de su actividad principal, Maxam cuenta con otras unidades, entre ellas una división en defensa y seguridad llamada Expal, centrada en municiones, sistemas de armas, mantenimiento de vehículos y aeronaves y servicios de desmilitarización y que cuenta con fábrica en Bielorrusia, aliado de Rusia.

Rhône Capital entró en Maxam en agosto de 2018, con la adquisición del 45% del accionariado en manos de Advent. El fondo estadounidense pagó unos 600 millones de euros, lo que supuso valorar el histórico fabricante español de explosivos, heredero de la Sociedad Española de Dinamita fundada por Nobel en 1872, en 1.300 millones. En 2020 se hizo con una participación adicional del 26%, propiedad de José Fernando Sánchez Junco, el hombre que dirigió la compañía en las últimas décadas, hasta llegar al 71%.

Justo antes de que Sánchez Junco dejara la presidencia y el control de la firma de voladura, denominada Unión Española de Explosivos (UEE) hasta 2006, Maxam inició su actividad comercial en China, tras la inauguración oficial de un centro de producción en Pingy, en la provincia de Shandong. Las nuevas instalaciones de Maxam en el gigante asiático cuentan con una capacidad de producción anual de 10.000 toneladas de hidrogel encartuchado y 60 millones de detonadores, producen explosivos civiles y sistemas de iniciación para los sectores de minería, canteras y construcción de infraestructuras en China. Con una superficie de 455.000 metros cuadrados, la planta incorpora procesos automatizados.

En enero la empresa española se vio envuelta en otra polémica, en Ghana, cuando un camión explotó y mató a 13 personas cuando se dirigía a una mina de oro en el oeste del país. Maxam fue condenada por infringir las leyes de almacenamiento y transporte de explosivos, por lo que fue multada con 6 millones de dólares, según informó el Ministerio de Tierras ghanés.

Fluidra, operativa en el país

El consejero delegado de Maxam forma parte también del Consejo de Administración de la multinacional de las piscinas Fluidra, que sigue operativa en Rusia, según reconoció ayer la propia empresa. La compañía explicó que estudia la mejor manera de cesar la actividad en el país y dar respuesta así a la petición de Zelenski para que las empresas dejen de operar allí. Fluidra no tiene activos en Rusia, donde opera con dos oficinas comerciales, y sus ventas sólo representan el 1 % de su facturación.