INE

La inflación vuelve a subir: los precios crecieron un 8,7% en mayo

El IPC acelera cuatro décimas respecto a abril por culpa de los alimentos y los carburantes. La inflación subyacente se dispara hasta el 4,9%, su tasa más alta desde octubre de 1995

El indicador adelantado del Índice de Precios al Consumo (IPC) publicado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) vuelve a traer malas noticias para los consumidores españoles. Según estos últimos datos, la inflación subió en mayo un 8,7% interanual, cuatro décimas más que en abril. En caso de confirmarse este avance el próximo 10 de junio, quedará constatado que la inflación vuelve a la senda alcista tras el descenso que se experimentó en abril, desde el 9,8% de marzo (su tasa más alta desde 1985) al 8,3%.

Aunque la tasa de mayo se mantendrá alejada del máximo histórico registrado el pasado mes de marzo (9,8%), el índice de este mes se sitúa entre los niveles más altos desde mediados de los ochenta. Este regreso de la tasa general a la senda alcista tras el respiro momentáneo de abril sigue el mismo patrón del pasado mes de enero, cuando la inflación se moderó por primera vez desde marzo de 2021 cuatro décimas hasta el 6,1% interanual, una bajada que no se consolidó en febrero.

La vuelta a las subidas se debió principalmente a los precios de los carburantes y los alimentos y bebidas no alcohólicas, que se encarecieron este mes más que en mayo de 2021, explica el INE. En sentido contrario, influyó la disminución de los precios de la electricidad, frente a la subida registrada en el mismo mes del año pasado. El Gobierno tiene todas sus esperanzas puestas en la entrada en vigor del tope al precio del gas natural en España y Portugal para frenar la espiral inflacionista, pero por el momento el ligero descenso del precio del megavatio hora en el mes de mayo no ha sido suficiente para consolidar el respiro que dio la inflación en abril. Los combustibles, por su parte, han presionado aún más el alza de los precios.

La semana pasada, el precio medio de la gasolina en España tocó un nuevo máximo histórico al situarse en 1,94 euros por litro, alcanzando cifras inéditas por segunda semana consecutiva. La escalada imparable de los carburantes en las últimas semanas se ha ‘comido’ más de la mitad del descuento obligatorio de 20 céntimos que aprobó el Gobierno, si se compara con los precios que pagaban los consumidores antes de esta ayuda, que está vigente desde el 1 de abril.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos indicaron a Efe que las medidas de respuesta al impacto de la guerra “claramente están limitando el alza de los precios” y destacan que la entrada en vigor de la limitación de los precios de la electricidad en el mercado mayorista “proporcionará un seguro adicional ante posibles alzas del precio de la energía en los mercados internacionales”.

Inflación subyacente: récord desde 1995

Tras conocerse el dato del IPC avanzado, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, declaró que el Gobierno pronto tomará la decisión de extender las medidas aprobadas en el plan nacional de respuesta ante las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, para contener la inflación. En este sentido, afirmó que espera que esta semana se autorice la «importante medida» que ha de topar el precio del gas en el mercado mayorista. Con ello se aspira no solo a deshinchar los precios energéticos, sino de toda la cesta de la compra, ya que la energía y los carburantes llevan meses tirando del coste de todos los productos básicos.

Esta tendencia queda reflejada en la inflación subyacente (índice que no tiene en cuenta los elementos más volátiles de la cesta de la compra como los alimentos frescos o la energía), que aumentó en mayo medio punto, hasta el 4,9%, su valor más alto desde octubre de 1995. De este modo, la subyacente se sitúa casi cuatro puntos por debajo de la tasa del IPC general. Este dato es incluso más preocupante que la tasa general debido a que para los economistas y el Banco Central Europeo (BCE) evidencia que la inflación se está convirtiendo en un problema estructural.

En tasa mensual, el IPC registró en mayo un repunte del 0,8% respecto a abril, la mayor subida de la tasa mensual del IPC para un quinto mes del año desde 2018 y que contrasta con el descenso del 0,2% de abril.

Según el Ministerio de Asuntos Económicos, se mantiene la previsión de que «la inflación irá desacelerándose progresivamente durante la segunda parte del año», aunque no descartan «oscilaciones durante los meses de verano, derivados de posibles efectos base y teniendo en cuenta la alta incertidumbre derivada del contexto económico global». Estas declaraciones dejan la puerta abierta a nuevas subidas. Sin embargo, el pasado 5 de mayo, la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, se mostró convencida de que la inflación ya había tocado techo y que iría bajando hasta situarse el año que viene en el entorno del 2%, una predicción que no se ha cumplido ya que la bajada de abril fue solo puntual.

El Banco España revisará el PIB a la baja y la inflación al alza

El Banco de España revisará en el mes de junio a la baja la previsión de crecimiento del PIB para este año 2022, que estimó el pasado mes de abril en el 4,5%, y al alza la inflación, que calculó en el 7,5%, ha avanzado este lunes Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España. Gavilán reconoció que el dato adelantado de IPC, que sitúa la tasa interanual en el 8,7% en mayo, les ha sorprendido por haber subido más de lo previsto. En este sentido, señaló que se están produciendo datos «contrapuestos» en la evolución de los precios por el alza de la inflación subyacente (excluye energía y alimentos elaborados) y por la tendencia a la baja que se refleja en el precio de la energía. En este contexto inflacionista, Gavilán hizo hincapié en que es necesario un pacto de rentas entre sindicatos y empresarios para «evitar una espiral inflacionista».