Nos sobra energía

Hace unos años, tuve la posibilidad de conocer de primera mano el interés por parte del gobierno Japonés de invertir en nuestro país para crear proyectos demostrativos de ciudades sostenibles. Cuando pregunté por qué habían elegido España, la respuesta fue clara: tras un análisis a nivel mundial, habían visto el gran potencial como país que teníamos desde un punto de vista de generación de energía renovable, lo que junto al desarrollo económico e industrial, la posibilidad de disponer de personal cualificado con un coste laboral competitivo y no menos importante, la posición geográfica e impacto geoestratégico, hacían de España un país en el que invertir…

¿Pero realmente tenemos ese potencial como generadores de energía renovable? ¿Y qué supondría desarrollarlo y sacar ventaja de ello? Estas son dos preguntas claves que nos tenemos que hacer. Porque aprovechar ese potencial nos garantizaría una mayor independencia energética, cada vez más necesaria, ya que actualmente dependemos mayoritariamente de combustibles fósiles altamente contaminantes, dependientes a su vez de un mercado especulativo que genera una alta incertidumbre y elevados precios que repercuten a su vez en los precios de producción y transporte de cualquier servicio y producto.

Por supuesto, supondría una mayor contribución a una economía descarbonizada y también circular, al basarse en el aprovechamiento de recursos naturales renovables, además de que ayudaría a la consecución de los objetivos climáticos. También basar nuestra estrategia energética en la generación y uso de energías renovables, se traduciría en un mayor apoyo a la economía local y en especial al medio rural. Asimismo, porque ahora más que nunca existe la mayor oportunidad en lo que a ayudas para su implementación y desarrollo se refiere, a las que podríamos optar y aprovechar para “repotencializar” a España como país.

Y es que es así como se denomina el reciente plan de la Unión Europea “REPowerEU”, que busca repotencializar Europa ganando una mayor independencia energética y avanzar con rapidez en la transición ecológica. De ahí que el plan RePowerEU haya incrementado el objetivo aún más, de manera que en el 2030 el 45% del total de energía consumida en Europa deberá de ser energía renovable.

Un ejemplo del impacto de aprovechar el potencial lo podemos ver en Italia, que desde el 2020 subvenciona el 100% del coste de instalación para el autoconsumo más un 10% extra correspondiente de los costes bancarios o de estudio de haberlos. Más de 120.000 instalaciones que han generado más de 150.000 puestos de trabajo. Una iniciativa basada en el autoconsumo, conscientes de que los hogares generan el 11,5% del total de CO2, contribuyendo así a un desarrollo económico, social y ambiental. ¿Qué pasaría si lo hiciésemos en España?

Pero volviendo a la pregunta de si somos un país con gran potencial, si nos paramos a pensar por un momento, son pocos los países que pueden presumir de disponer de tantas horas de luz, sol (es decir, energía fotovoltaica), aire (energía eólica), de estar rodeados de costa (energía oceánica) y por ende, tener en nuestro territorio un elevado número de ríos (energía hidráulica). Pero además, tenemos un gran potencial de generación de biocombustibles avanzados procedentes de residuos agrícolas, industriales, urbanos y de cultivos no alimentarios y somos el tercer país a nivel europeo con mayor masa forestal, lo que hace que España pueda producir biomasa equivalente a 13 millones de toneladas equivalentes de petróleo al año, aunque no aprovechemos ni la mitad. Aprovechamiento de biomasa que por otro lado ayudaría a reducir los incendios forestales.

Luego a simple vista, parece que sí tenemos un gran potencia en la generación de renovables, lo que a su vez nos posiciona como potencial generador de hidrógeno verde, al necesitar de esta para su producción.

Para terminar un último dato. En 2021, España se situó en el 8ª país a nivel mundial en capacidad instalada renovable, y en la posición 13ª en cantidad de energía renovable generada, pero el ratio de eficiencia es decir, producido frente a instalado nos sitúa en el puesto 130 de 186 países. Luego es evidente que tenemos todavía mucho potencial y nos sobra energía, pero ¿sabremos aprovecharla?