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Duralex: el “revival” de la icónica vajilla ochentera por excelencia que estuvo al borde del precipicio

La compañía, que estuvo en quiebra en 2020, crece con fuerza tras actualizar su imagen sin perder su esencia de ofrecer productos cotidianos, asequibles y resistentes

Vajilla verde de Duralex
Vajilla verde de DuralexLa Razón

Seguramente, el adjetivo que mejor define a los productos de Duralex y el primero que le viene a la cabeza a cualquier usuario de la popular e icónica vajilla francesa es resistente. Y esa misma resiliencia que muestran sus vasos o sus platos es la que ha demostrado la compañía para superar el momento más delicado de su dilatada historia que arrancó en 1945. Tras no haber podido superar la crisis que arrastraba desde 2017, cuando tuvo que reducir plantilla y producción tras no haber podido adaptarse a los nuevos tiempos y a la feroz competencia del sector, la compañía se declaró en suspensión de pagos el 23 de septiembre de 2020en lo que parecía el fin de los míticos platos y vasos que en los ochenta del siglo pasado llenaban los estantes de las cocinas de las familias de clase media española.

Vasos fabricados por Duralex
Vasos fabricados por DuralexLa Razón

Una inversión insuficiente en su planta de producción en los últimos 15 años, así como un importante falta de recursos para las áreas comerciales y de márketing y una nula inversión en la marca había dejado a Duralex al borde del precipicio. Pero, como sus productos, Duralex no se rompió. El 1 de enero de 2021, International Cookware -hoy La Maison Francaise du Verre (LMFV)- adquirió el negocio y los activos de Duralex con una idea clara: relanzar la marca adaptándola a los tiempos aprovechando para ello las fuertes sinergias empresariales e industriales que les podía proporcionar Pyrex, que fabrica productos de cocina en vidrio borosilicato.

Para volver a poner la marca en órbita y reconectar con los clientes, además de aprovechar la potencia empresarial que les aporta LMFV, los nuevos gestores de Duralex han actualizado su imagen “sin perder su vínculo con el pasado”, explica Asier Ayo, director para el centro y el sur de Europa y Latinoamérica de LMFV. “El reto ha sido pasar de un producto popular a un icono pop (que hoy se expone en el Moma de Nueva York). Conectar con las nuevas generaciones sin renunciar a ser un producto para todos, para todos los días”, añade. Ayo asegura que la calidad y la durabilidad de los productos de Duralex sigue siendo la misma que en los 70, pero dotados de una imagen acorde a los tiempos.

Anuncio de Duralex de los años 70
Anuncio de Duralex de los años 70La Razón

La transición a un diseño del siglo XXI pero sin perder las señas de identidad que hicieron icónica y reconocible a la marca en el siglo XX está resultando, de momento, triunfadora para Duralex. La empresa, que emplea a 250 personas, cerró 2021 con unas ventas de 23,4 millones de euros y su plan de negocio pasa por duplicar su cifra de negocio en 2024. “Este año creceremos un 32% y el 2023 mantenemos nuestras expectativas de crecimiento en un 25%”, explica Ayo. Y eso que la coyuntura no es la mejor. La compañía tuvo que detener el pasado mes de octubre la producción en su fábrica de La Chapelle-Saint Mesmin hasta abril debido a los altos costes del gas y la electricidad, que se han multiplicado por 18 y 22, respectivamente. “Haber seguido fabricando en esas condiciones podría haber puesto en riesgo el futuro de la compañía”, explica Ayo. Para la reanudación, la empresa se ha cubierto en el mercado de futuros con la compra de electricidad y gas a precios “razonables” para el resto del año. Para reducir su factura energética, también ha tomado iniciativas que le han permitido reducir un 20% su consumo y busca alternativas como el hidrógeno, el biometano o los infrarrojos para el túnel de templado.

Mientras el horno permanece hibernado -aunque consumiendo el 50% de su energía habitual porque no se puede apagar para evitar que el fondo de lava del que sale el vidrio se solidifique-, Duralex atiende a los 110 países en los que está con su “stock”. Uno de estos mercados es España, el segundo más importante tras Francia. El 10% de su facturación proviene de sus ventas a este lado de los Pirineos y Ayo, aunque espera elevarlas al 16% en 2024. “El plan de relanzamiento de la marca en España no se verá afectado por este parón de producción”, asegura. Para Duralex, se trata de un país fundamental que, por ejemplo, se utiliza como piloto para los proyectos de innovación de la marca. “La fantástica acogida por parte de los consumidores que han visto renacer esta marca se vio premiada en octubre con el lanzamiento al mercado del icónico color verde, que dejó de producirse hace más de 20 años”, concluye Ayo.