Aclaración

Transportes asegura que el error de los trenes de Cantabria y Asturias no ha provocado ningún gasto público

El ministerio aclara que el fallo ha sido detectado antes de iniciar la fabricación de los convoyes

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha querido salir al paso de ciertas informaciones que han apuntando a que elerror con las medidas que va a retrasar la llegada de las nuevas unidades de Cercanías y Media Distancia a Cantabria y Asturias ha provocado pérdidas a las arcas públicas. El departamento que dirige Raquel Sánchez ha explicado que el fallo en la definición del dimensionamiento del tren se detectó aún en la fase de diseño, con lo que ”ningún tren se había fabricado aún y tampoco se ha producido ni incurrido en ningún gasto público por esta situación”. Es decir, el error “lo que implica es un rediseño que supone un retraso en la fabricación”.

El Mitma ha explicado que desde que se adjudica la fabricación de un tren hasta que el primero de ellos está preparado para circular por las vías, el proceso va superando una serie de fases. La primera es la de diseño, en la que el fabricante define cómo será el tren “sobre el papel”, atendiendo a los condicionantes que tendrá que cumplir según la línea para la cual se fabrica y las prestaciones que se quiere que tenga.

Definido el tren sobre el papel, se fabrica un único tren “prototipo” y comienza la fase de pruebas de este prototipo. Estas pruebas sirven para comprobar que el tren diseñado cumple todas las prescripciones técnicas y de seguridad que debe tener. En estas dos primeras fases, añade el Mitma, lo normal es que se tengan que hacer ajustes en el diseño, “y más aún en líneas como las de ancho métrico, donde hay numerosas singularidades”, aclara. Finalmente, si el prototipo supera satisfactoriamente las pruebas, se comienzan la fase de fabricación de todos los trenes que incluya el contrato.

En el caso del contrato de los trenes de Asturias y Cantabria, Transportes asegura que los problemas se detectaron cuando el proceso se encontraba aún “en las etapas más preliminares de la fase de diseño, ni siquiera se había llegado a desarrollar lo suficiente como para tener una definición sobre el papel” y tampoco se ha producido ningún gasto por la fabricación de trenes.

El Mitma ha explicado que se han puesto en marcha los mecanismos necesarios para corregir el error, “que no son inmediatos ya que es una situación singular que requiere de un diseño a medida para garantizar que los trenes puedan circular por las líneas de ancho métrico, a pesar de que los túneles tengan unas dimensiones más reducidas, pero sin perder prestaciones”. Para ello, ha recordado que se está trabajando en la aplicación del “método comparativo” en el diseño del tren, que no es el habitual dentro de la normativa pero que se justifica en esta situación singular, según aclara.

Transportes ha reiterado que va a realizar una auditoría interna para saber qué ha ocurrido exactamente. Ayer, Raquel Sánchez aseguró que habrá salidas “inmediatas” de Adif y Renfe cuando se depuren las responsabilidades. “No me va a temblar la mano para depurar responsabilidades y evidentemente se van a producir ceses inminentes tanto en Renfe como en Adif para asumir las responsabilidades de este error”, dijo Sánchez.

Gálibos erróneos

El origen del problema de los trenes se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de Cercanías y Media Distancia, principalmente en el norte del país. En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe. La línea FEVE por la que circulan estos trenes, con túneles “más pequeños de lo habitual”, impediría que pudieran entrar si se fabricaban de acuerdo a las medidas trasladadas por Renfe a CAF.

Durante todo este tiempo, todas las partes han estudiado las diferentes soluciones posibles, como aplicar los gálibos establecidos, opción que hubiera obligado a fabricar unos trenes con unas dimensiones mucho menores de las actuales, lo que impactaría en las prestaciones a los viajeros. También se barajó adaptar la infraestructura, pero eso hubiera derivado en unos plazos largos de ejecución y unos costes elevados; o aplicar una excepción. Finalmente, se ha optado por el denominado “método comparativo”, que consiste en la utilización de un tren que actualmente circula por las líneas como referencia para los nuevos trenes, que Renfe aportará. CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en la aplicación de este método y el contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia. Por su parte, Adif también tendrá que aportar los datos de caracterización de la infraestructura y comprometerse a mantenerla en los mismos parámetros. En concreto, la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) tendrá que autorizar la aplicación de este método que no recoge la normativa española pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos.

Retraso en la fabricación

Se estima que la construcción de los trenes se demorará en torno a tres años, y todavía falta arreglar algunos trámites para que la solución pactada pueda llevarse a cabo. La ministra Sánchez ha asegurado que el nuevo modelo estará diseñado en verano, para empezar a fabricarlo inmediatamente. “Vamos a hacer todos los esfuerzos para acortar al máximo el tiempo de fabricación y de producción. Somos conscientes todos de que tenemos que hacer un esfuerzo ingente todos para poder corregir ese retraso que inevitablemente se va a producir”, declaró la ministra.

El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes serían el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.