Movilidad

Adif y Renfe destituyen a dos cargos por el error con los trenes de Cantabria y Asturias que no caben en los túneles

La ministra había anunciado el sábado salidas inmediatas por el caso

Raquel Sánchez prometió el sábado salidas “inmediatas” de Adif y Renfe por el error con las medidas que va a retrasar la llegada de nuevos trenes de Cercanías y Media Distancia a Cantabria y Asturias. Y las primeras cabezas han rodado hoy mismo. Adif ha anunciado la destitución del titular de su jefatura de Inspección y Tecnología de vía como “medida preventiva”, a la espera del resultado de la auditoría anunciada por Sánchez. Por su parte, Renfe ha anunciado también el cese de su actual responsabilidad en Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones del que era gerente de Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros en el momento de la gestación del proyecto de trenes de vía estrecha.

En el caso de Adif, la compañía ha asegurado que esta decisión permitirá la participación de otra persona en el grupo de trabajo que se va a crear en el seno del Mitma para cerrar con celeridad el diseño del tren licitado por Renfe, mientras se realiza la auditoría. Adif y Renfe han asegurado que colaborarán “con absoluta transparencia” en la auditoría del Mitma y valorará sus conclusiones para proceder a los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomiende.

El origen del problema con los trenes de este pedido se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de Cercanías y Media Distancia, principalmente en el norte del país. En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe. La línea FEVE por la que circulan estos trenes, con túneles “más pequeños de lo habitual”, impediría que pudieran entrar si se fabricaban de acuerdo a las medidas trasladadas por Renfe a CAF.

Durante todo este tiempo, todas las partes han estudiado las diferentes soluciones posibles, como aplicar los gálibos establecidos, opción que hubiera obligado a fabricar unos trenes con unas dimensiones mucho menores de las actuales, lo que impactaría en las prestaciones a los viajeros. También se barajó adaptar la infraestructura, pero eso hubiera derivado en unos plazos largos de ejecución y unos costes elevados; o aplicar una excepción. Finalmente, se ha optado por el denominado “método comparativo”, que consiste en la utilización de un tren que actualmente circula por las líneas como referencia para los nuevos trenes, que Renfe aportará. CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en la aplicación de este método y el contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia. Por su parte, Adif también tendrá que aportar los datos de caracterización de la infraestructura y comprometerse a mantenerla en los mismos parámetros. En concreto, la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) tendrá que autorizar la aplicación de este método que no recoge la normativa española pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos.

Retraso en la fabricación

Se estima que la construcción de los trenes se demorará en torno a tres años, y todavía falta arreglar algunos trámites para que la solución pactada pueda llevarse a cabo. La ministra Sánchez aseguró el fin de semana que el nuevo modelo estará diseñado en verano, para empezar a fabricarlo inmediatamente. “Vamos a hacer todos los esfuerzos para acortar al máximo el tiempo de fabricación y de producción. Somos conscientes todos de que tenemos que hacer un esfuerzo ingente todos para poder corregir ese retraso que inevitablemente se va a producir”, declaró la ministra.

El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes serían el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.

El Mitma, ante las informaciones que han apuntando a que el error ha provocado pérdidas a las arcas públicas, aclaró el domingo que el fallo en la definición del dimensionamiento del tren se detectó aún en la fase de diseño, con lo que “ningún tren se había fabricado aún y tampoco se ha producido ni incurrido en ningún gasto público por esta situación”. Es decir, el error “lo que implica es un rediseño que supone un retraso en la fabricación”.