Distribución
Aceite de oliva por debajo de 10 euros en el segundo semestre... si la lluvia lo permite
Desde el sector apuntan que si la primavera es pluviométricamente normal, la cosecha podría dar un alivio a los precios, aunque en ningún caso bajaría a 6 o 7 euros por litro
El precio del aceite de oliva trae de cabeza a cientos de miles de familias en España, un país en el que es costumbre cocinar con él... aunque cada vez menos. Los astronómicos precios que ha alcanzado en los últimos meses tras subir más de un 70% en el último año, superando ya los 11 e incluso los 12 euros por litros en los supermercados dependiendo de las marcas, han llevado a muchos hogares a reducir de forma notable su consumo. Estos precios nunca antes vistos seguirán altos durante un buen tiempo. Sin embargo, podrían dar un ligero respiro a partir de la segunda mitad del año... si la climatología lo permite.
Según explican fuentes del sector del aceite, «si se dan unas condiciones climatológicas habituales para primavera, con las lluvias normales, lo lógico es que la expectativa de una mejor cosecha de la esperada en principio haga que bajen los precios». El presidente de Deoleo, Ignacio Silva, ya dijo días atrás que las lluvias de los primeros días del año habían ayudado en este sentido. Pero la clave sigue estando en lo que ocurra en primavera y en que la sequía que azotó a España con dureza el año pasado no se vuelva a repetir con similar crudeza.
Por debajo de diez
En tal caso, desde el sector consideran que se podría alcanzar una producción en el entorno de las 800.000 toneladas que podría aflojar un poco los precios, incluso por debajo de los 10 euros el litro, aunque lejos, eso sí, de los tres o cuatro euros en que llegó a estar tiempo atrás. Para eso, añaden, tendría que darse una cosecha cercana a los dos millones de toneladas, lo que, a día de hoy, parece inviable porque requeriría de un periodo de lluvias bastante excepcional.
Si finalmente se registrasen estas condiciones y hubiera una mejor cosecha, el precio bajaría porque el sector tendría que dar salida a lo que tiene almacenado para dar entrada a la nueva producción. Y al aumentar la oferta de producto en el mercado, los precios bajarían. «El aceite de oliva tiene fecha de caducidad y no se pueden hacer grandes “stocks” para jugar con ellos. Especialmente en España, donde hay una gran rotación de producto», explican.
La escasez de producto es la que en estos momentos está provocando que los precios se encuentren disparados. El precio es la única herramienta de la que dispone el sector para regular una demanda que en el acumulado de octubre y noviembre se hundió un 33%, según datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comerciales (Anierac). Con ella, se consigue equilibrar la oferta y la demanda, aunque a las empresas no les sirve para equilibrar las cuentas. Deoleo, por ejemplo, perdió 9,7 millones de euros en la primera mitad de 2023 debido a que la escalada de precios produjo una reducción de sus ventas del 21,9% que el traslado parcial que hizo a sus clientes de su incremento de costes no pudo compensar.
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