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¿Anticipa la decisión de Draghi la próxima crisis?

La decisión de no subir tipos augura problemas para la economía, según los expertos

Billetes de 500 euros
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La decisión de no subir tipos augura problemas para la economía, según los expertos.

La próxima crisis económica está servida. Ayer, la OCDE advirtió de que la economía europea apenas crecerá un 1% y que países como Italia seguirán en recesión. Hoy, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), con su vicepresidente Luis de Guindos a su derecha a modo de notario monetario, ha explicado que la economía europea vive “un periodo continuado de debilidad y de incertidumbre dominante”. Draghi, el sumo sacerdote monetario europeo, ha hablado, como siempre, en el lenguaje críptico de los bancos centrales, aunque sí ha aclarado que, por ahora, los tipos de interés no subirán. Una buena noticia para quienes están endeudados, pero un mal augurio para la actividad económica. En mensaje de Draghi, asentido por Guindos como esfinge obligada por el protocolo, unido a las previsiones de la OCDE, significa que una nueva crisis económica está aquí mismo, sin que algunos países hayan logrado recuperarse del todo de la Gran Recesión. En otras palabras, el futuro económico más inminente se complica y las medidas anunciadas por el BCE, como dar más liquidez a los bancos, “no servirán para mucho” en opinión del Martin Wolf, el gran gurú y predictor del “Financial Times”. “El BCE ha ido ciertamente mucho más lejos de lo que pensamos que debería”, apunta en el mismo medio Paul Diggle, reputado analista de Aberdeen Standar Investment. Todo, aparentemente, es muy complicado. Draghi y la OCDE hablan para los mercados y los expertos. Sin embargo, la traducción de su mensaje es simple: los problemas están aquí y eso significa crisis y, en último término, que será muy difícil que el paro baje más en países como España que, aunque van mejor que los de su entorno, no son inmunes a la situación general.

Las bolsas captaron instantáneamente el mensaje de Draghi y, por ejemplo, los bancos se dieron un pequeño/gran batacazo, proporcional a sus expectativas. En España, el Sabadell cayó un 7,25%; Bankia, un 5,33%, mientras que los demás oscilaron entre el 3,86% de Caisxabank y el 2,85% del BBVA, entidad que afronta la semana que viene su Junta General con el fantasma de los espionajes telefónicos y no telefónicos sobre la mesa. El negocio central de los bancos consiste en captar dinero a cierto precio y prestarlo a uno mayor -es lo que se llama “margen financiero”-, pero con tipos de interés negativos es una tarea casi imposible. Por eso sufren en bolsa. Pero es sólo un reflejo de que la economía no va bien y, sobre todo, que se prevé que no vaya bien. Eso sí, no hay predicción infalible, pero los nubarrones en el horizonte económico -la “incertidumbre dominante”- de la que habla Draghi no anuncia nada bueno. Mientras, en España todo el mundo vive pendiente de las próximas elecciones y nadie contempla adoptar medidas, aunque sólo sea por si acaso.