
Absentismo
Las bajas de más de un año se duplican: 9,3 de cada 1.000 trabajadores
Las bajas de 1 a 15 días crecen un 50%: de las 3,5 millones en 2018 a las 5,8 millones de 2023, lo que implica 25 millones de jornadas de trabajo perdidas

El absentismo laboral es uno de los grandes lastres de la economía española que, sin embargo, no deja de crecer. Las cifras continúan al alza desde la pandemia y estudio tras estudio los datos son más preocupantes por el número de horas de trabajo perdidas, lo que lastra la productividad y la competitividad, y por el coste multimillonario tanto para la Seguridad Social como para las propias empresas.
El último informe presentado deja claro que las bajas por incapacidad temporal aumentan sin cesar en España en todos los procesos, ya sean cortos o largos.
En concreto, las bajas laborales que llevan en vigor con más de un año de duración se han duplicado en apenas cinco años, al pasar de las 83.000 registradas en 2018 a los 167.000 procesos del pasado ejercicio, según revela un estudio de Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Esto implica que 9,3 trabajadores de cada 1.000 empleados se encuentran de baja laboral de larga duración, frente a las 5,2 personas registradas cinco años antes.
Este incremento se traduce en un «mayor número de jornadas perdidas, con un impacto cada vez más significativo en el absentismo laboral», remarca el documento.
El estudio refleja que el 56,1% del total de estos procesos en vigor de larga duración a finales de 2023 corresponden a diagnósticos relacionados con algún tipo de dolor (las denominadas «algias»: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, etc.) o problemas vinculados a la salud mental.
Estas patologías han aumentado su incidencia en la incapacidad temporal en nada menos que ocho puntos porcentuales en los últimos cinco años, ya que en 2018 concentraban el 48,3% de las bajas de larga duración.
En concreto, las dolencias que provocan dolor causaban el 35,2% de las bajas de larga duración en 2018 y ahora representan el 38%. Por su lado, la incapacidad temporal por problemas de salud mental ha aumentado cinco puntos porcentuales, ya que representa el 18,1% del total de procesos en vigor de larga duración.
En el lado contrario, los diagnósticos más objetivables como la traumatología y la oncología han reducido su peso en las bajas por IT, un 3% y un 1,9%, respectivamente. Además, pese a su retroceso, todavía un 3,2% de procesos de larga duración carece de diagnóstico concreto.
Desigualdad por regiones
Canarias, Galicia y Cataluña son las regiones donde más bajas en vigor de más de 12 meses se registran, con valores que superan los 11 procesos de incapacidad temporal por cada 1.000 personas trabajadoras protegidas a finales de 2023, frente a los 9,3 casos de media para el conjunto del país.
De igual manera, destaca el aumento en Galicia, que en 2018 se encontraba entre las regiones con menos casos registrados, con solo 4,8 por cada 1.000 trabajadores. Tanto Galicia como Canarias y País Vasco han duplicado con creces el indicador de prevalencia de las bajas de larga duración en los últimos cinco años.
En el lado contrario, las Islas Baleares y Madrid, junto a La Rioja, registran la menor prevalencia de bajas por incapacidad temporal por cada mil personas trabajadoras, con cerca de 7 casos por cada 1.000 trabajadores.
A pesar del incremento registrado en los procesos de larga duración, lógicamente son más abundantes aquellos con una resolución más corta. Así, el 70% de los procesos por incapacidad temporal finalizados en 2023 se concentran en el tramo de las bajas con una duración comprendida entre 1 a 15 días, seguidos a distancia de los procesos entre 16 y 90 días, que suponen otro 20%.
Los tramos siguientes, que cubren periodos cada vez más extensos, hasta los que superan el año de duración, se integran en el 10% restante, pero comprenden más días acumulados de baja.
El aumento de los procesos es generalizado en todos los tramos de duración, pero mucho más acentuado en el caso de los procesos de más de 12 meses.
La incidencia de las bajas finalizadas de 1 a 15 días ha crecido un 50%. Mientras en 2018 se registraron 3,5 millones de bajas de este tramo más corto, en 2023 se han registrado 5,8 millones de episodios, lo que supone 25 millones de jornadas de trabajo perdidas.
Por su parte, los procesos de larga duración, pese a suponer solo un 2,4% en el total de los procesos finalizados en 2023, representan el 34% de las jornadas perdidas totales. Los 200.000 procesos de más de un año de duración finalizados en 2023 supusieron 110 millones de jornadas perdidas, un 87% más que en 2018.
38 días de media
Estos procesos finalizados de larga duración, aunque mucho menos frecuentes que los más breves, cuadruplican las jornadas de trabajo perdidas correspondientes a los procesos de 1 a 15 días de duración. Por ello, este avance de las bajas de larga duración explica la mitad del crecimiento registrado en las jornadas perdidas totales y resultan el verdadero quebradero de cabeza del sistema.
Por lo que respecta a la duración media de los procesos finalizados, en 2023 se situó en 38 días, aunque existe una gran heterogeneidad por regiones.
Extremadura y Galicia encabezan el ranking de comunidades autónomas con una duración media de procesos finalizados en 2023 por encima de los 60 días. Por el contrario, en Baleares, Madrid, Cataluña y Navarra la duración media está por debajo de la media nacional y ronda los 30 días.
✕
Accede a tu cuenta para comentar