Finanzas

Bolsos de inversión, más rentables que la Bolsa y el oro

El Birkin, el modelo más icónico de Hermès, acumula una rentabilidad promedio anual del 14% en los últimos cinco años, frente al 10% del S&P o el dorado metal. En el mercado de reventa, los precios se disparan, duplicando incluso su valor

El Diamond Himalaya Birkin tiene un valor de más de 360.000 euros
El Diamond Himalaya Birkin tiene un valor de más de 360.000 eurosDreamstime

El mundo de los bolsos de lujo ha experimentado en los últimos años una importante evolución, pasando de ser simples accesorios de moda a convertirse en verdaderos activos financieros. Marcas icónicas como Hermès y Chanel no solo dominan la industria de la moda, sino que también han encontrado un lugar protagonista entre quienes buscan rentabilizar la adquisición de estas codiciadas piezas, muchas de las cuales ya se elevan a la categoría de coleccionismo. Dada esta tendencia, se podría decir que quien tiene un Birkin posee un tesoro, y no es ni mucho menos en sentido figurado. Según un estudio de Baghunter, el valor del icónico bolso de Hermès ha aumentado un 500 % en las últimas dos décadas, superando el rendimiento de activos tradicionales, como el oro o las acciones.

El modelo más emblemático de la casa francesa debe su nombre a la actriz y cantante Jane Birkin. Británica de nacimiento, conquistó el corazón de los franceses y fue musa de Serge Gainsbourg, de quien también fue pareja. Pero, aparte de su indudable legado artístico, su nombre quedará para siempre unido al bolso más célebre y codiciado de todos los tiempos, una pieza que no deja de ganar estatus financiero. Su revalorización anual promedio entre 2018 y 2023 ha sido del 14 %, llegando al 25 % en el caso de los modelos más exclusivos, tal y como recoge el último «Knight Frank’s Wealth Report». Una rentabilidad que supera el rendimiento del 10 % registrado por las acciones del S&P y el oro, demostrando que se trata de una inversión que resiste la inflación.

La historia del bolso más icónico del mundo comenzó en 1981, en un vuelo entre París y Londres en el que viajaba Jane Birkin. Casualmente, junto a ella se encontraba Jean-Louis Dumas, entonces director creativo de Hermès. La artista llevaba un bolso de paja del que constantemente se le caían objetos, por lo que comentó en tono irónico que no existía un bolso capaz de mantener organizada la vida de una mujer. Dumas tomó nota de este comentario y propuso a la firma diseñar un bolso de lujo que no solo fuera funcional, sino que también tuviera un diseño sofisticado, elegante y exclusivo. Inspirándose en la tradición de los baúles de viaje de Hermès, Dumas se puso manos a la obra, y el resultado fue un bolso de color marrón, confeccionado en piel de vaca, que entregó personalmente a Jane Birkin en 1984.

En términos de precios, un Birkin básico, confeccionado en cuero estándar como el Togo o Clemence, puede oscilar entre 8.000 y 12.000 euros. Los modelos de piel exótica, como los de cocodrilo o avestruz, tienen precios que empiezan en los 20.000 euros, alcanzando fácilmente los 100.000 o más, dependiendo de la edición y los detalles exclusivos. Pero donde se dispara el precio es en la reventa, con incrementos de entre un 50% y un 100 % sobre el precio original y, sobre todo, en subastas. Los modelos más lujosos, como el Himalaya Birkin en piel de cocodrilo Niloticus, que incorpora detalles en oro o platino, pueden llegar a los 200.000 euros. Incluso, por la versión con diamantes, el Diamond Himalaya Birkin, se pagan hasta 360.000, una cantidad nada desdeñable que, sin embargo, es una minucia comparada con el valor de algunas piezas «excepcionales», como los más de dos millones que se han llegado a pagar por el «sac-bijou» en oro blanco y rosa, que cuenta con 2.712 diamantes engarzados, o por un Birkin 20 Sellier Neige perteneciente a una colección que representa la fachada de la casa Hermès.

De esta forma, este bolso, que recientemente ha celebrado su 40 aniversario, ha trascendido el simple concepto de accesorio de lujo para convertirse en un objeto de deseo codiciado y, además, muy rentable. Tan exclusivo es que el dinero no basta para poder colgarse esta «joya» de la marroquinería, realizada íntegramente a mano por los artesanos de Hermès. Las listas de espera para obtener un Birkin pueden extenderse hasta dos años, lo que no solo aumenta su aura de objeto único, sino que también hace que su valor de reventa se dispare, aunque, para ello, se debe contar con un amplio historial de compras en la firma. «La política de Hermès es que si no eres un cliente que habitualmente gasta en otros productos, como decoración para el hogar, joyas o zapatos, raramente te propondrán comprar un Birkin. La única posibilidad es la boutique de París, donde debes participar en una “lotería” el día anterior para ver si tienes suerte y así poder pedir el bolso que deseas. Obviamente, en el momento en que te conceden estos modelos y sales por la puerta, puedes venderlo a un precio mucho más elevado», explica Rosana Rodríguez, asesora de imagen y experta en bolsos de inversión.

El Hermès Kelly es otro bolso emblemático de la marca, que se ha ganado su lugar en el Olimpo de los bolsos de lujo más codiciados. Su nombre original era Sac à dépêches, pero fue rebautizado en honor a Grace Kelly, quien lo popularizó en los años 50, sobre todo cuando, ya convertida en princesa de Mónaco, lo utilizaba para ocultar a los paparazzi el incipiente embarazo de su primera hija. Su precio en tienda parte de los 8.000 a 10.000 euros, dependiendo del tamaño y los materiales, pero los modelos de pieles exóticas pueden superar fácilmente los 20.000. Al igual que los Birkin, algunos modelos de Kelly, especialmente los realizados en piel de cocodrilo o los más raros, pueden llegar a la centena de millar. En el caso de «rarezas ultraexclusivas», se disparan astronómicamente en pujas, como los dos millones que se pagaron por un Kelly de oro rosa y diamantes, del cual solo existen 16 unidades en el mundo. Los modelos antiguos de Kelly, especialmente aquellos en perfecto estado o considerados «vintage», pueden llegar a triplicar su valor original en subasta o en plataformas de lujo de reventa.

Mención aparte merece la versión más pequeña del bolso, conocida como «Mini Kelly», actualmente el modelo al que es más difícil acceder. Pese a sus reducidas dimensiones, en las que apenas cabe un smartphone, en el mercado secundario los modelos estándar en cuero Epsom o Chèvre se ofertan por un valor en torno a los 30.000 a 40.000 euros, cuando su precio en tiendas de Hermès varía entre los 9.000 y los 11.500, dependiendo de la región y las fluctuaciones de precio.

Otro bolso icónico que ha ganado relevancia en el mundo de las inversiones es el Chanel 2.55. Fue creado en 1955 por Coco Chanel (más concretamente, en febrero, de ahí su nombre) al estar cansada de sostener siempre el bolso en la mano. Para paliarlo, introdujo la cadena de eslabones, que permitía llevarlo al hombro o cruzado.

Pese a que el modelo, inspirado en los bolsos militares, vio la luz hace casi 70 años, el 2.55 continúa siendo uno de los bolsos más deseados a día de hoy, lo que se evidencia en su constante revalorización. Posteriormente, Karl Lagerfeld actualizó el 2.55, introduciendo la «doble C» en el cierre, y lo rebautizó como Chanel Clásico. El valor de este Chanel nuevo oscila entre los 4.700 y 7.500 euros, dependiendo del material y el tamaño. Sin embargo, los modelos «vintage» (de más de 20 años) en buen estado de conservación pueden llegar a venderse por el doble o triple de su valor original. Y es que estos modelos «antiguos» destacan por la calidad de las pieles empleadas y por los detalles de oro de 24 quilates. Los bolsos «vintage» bien conservados tienen un atractivo especial entre coleccionistas e inversores. Los modelos de edición limitada o aquellos hechos con materiales especiales, como la piel de cocodrilo o de serpiente, pueden alcanzar precios mucho más altos. Cabe destacar que la casa francesa dejó de confeccionar sus bolsos en estos materiales en 2018, lo que los convierte en verdaderas «raras avis». «Un Chanel Clásico en pitón, edición limitada, comprado hace tres años por 6.000 euros, puede venderse hoy en día por un mínimo de 12.000. Lo mismo ocurre con un Chanel Diana Vintage Caviar, un modelo con más de 30 años, que hace cinco años se podía conseguir por 2.500 euros y actualmente sobrepasa los 10.000, lo que los convierte en inversiones seguras a largo plazo», señala Rosana Rodríguez.

Para garantizar su valor, es importante que los bolsos de inversión se utilicen con sumo cuidado, ya que cada arañazo, roce, mancha, daño en las esquinas o en el interior reduce su cotización.

«En el caso de poseer bolsos de estas marcas u otras, lo mejor es contar con una persona experta que se ocupe de la venta y así obtener la mejor ganancia para el propietario. Lo mismo ocurre en el lado opuesto, cuando lo que se desea es adquirir una de estas piezas, ya sean los modelos icónicos o los “unicornios” (extraordinariamente exclusivos), garantizando así la búsqueda del mejor modelo existente en ese momento en el mercado», recomienda la experta.

Para el resto de mortales

Los Hermès y Chanel, pues, parecen inalcanzables para el común de los mortales, pero existen otras opciones. Aunque no todos los bolsos entran en la categoría de inversión, hay modelos en el mercado considerados clásicos, que no pasan de moda y que pueden retener valor. El Lady Dior, por ejemplo, es un bolso que se ha destacado históricamente en el mercado de lujo. Creado en 1995 para la princesa Diana, se ha mantenido como uno de los modelos más exclusivos de la firma francesa. Su precio nuevo varía entre los 4.200 y 6.000 euros, según el tamaño o la piel. Sin embargo, los modelos antiguos, especialmente aquellos en perfecto estado y con detalles especiales, pueden alcanzar valores mucho más altos en el mercado de reventa, en algunos casos aproximándose a los 10.000 euros. Las ediciones limitadas, especialmente las de temporadas especiales, están mucho más cotizadas, y algunas versiones en colores especiales o materiales poco comunes se revalorizan rápidamente.

El Speedy de Louis Vuitton fue considerado un bolso accesible, pero su popularidad ha ido en aumento, especialmente con las ediciones limitadas y las colaboraciones exclusivas con artistas como Jeff Koons. El precio de un Louis Vuitton Speedy en tienda comienza alrededor de los 1.500 euros para los modelos básicos de lona, pero algunos de edición limitada alcanzan los 5.000. En el mercado de reventa, algunos modelos de Speedy vintage pueden alcanzar hasta el doble de su precio original, dependiendo de la rareza y el estado de conservación.

El Fendi Baguette, por su parte, se hizo mundialmente famoso gracias a la serie de televisión «Sexo en Nueva York», donde el personaje de Carrie Bradshaw lo llevaba como su bolso favorito. Desde entonces, se ha consolidado como uno de los modelos más emblemáticos de Fendi. Este bolso tiene un precio inicial en tienda de alrededor de 2.000 euros, pero las ediciones especiales o los modelos de colección pueden superar los 5.000.

El Balenciaga City es uno de los modelos más famosos de la marca. Se popularizó en la década de los 2000 y, desde entonces, su revalorización ha sido constante. Su precio en tienda ronda los 2.300 euros para los modelos básicos, aunque los de edición exclusiva pueden superar los 4.500. En la reventa, los precios de los Balenciaga City «vintage» pueden llegar fácilmente a los 6.000 o 7.000 euros, dependiendo, una vez más, de la condición y la edición.

Goyard es la firma de bolsos más «misteriosa» del mundo. No hace publicidad, no colabora con influencers ni participa en desfiles. Sus artículos se pueden adquirir únicamente en sus tiendas físicas (tan solo hay 32 en el mundo) y, aunque tiene página web, no ofrece información sobre los precios.

Pero no es necesario gastar una elevada cantidad para rentabilizar la adquisición de un bolso. Esto ocurre con la marca Telfar, cuyo precio oscila entre los 150 y 300 euros. Según el informe Clair, elaborado por Rebag, que establece un índice de tasación de varios artículos de lujo, los bolsos de Telfar registraron el año pasado un mayor porcentaje de retención de valor, en concreto, del 228 %. Este índice mide cuánto valor conserva un bolso de lujo en el mercado de reventa con el tiempo. Este informe también elabora un índice de valor de marca, proporcionando una referencia útil para los compradores interesados en elegir marcas que mantengan o aumenten su valor con el tiempo. El último ranking estaba encabezado por Hermès y Goyard.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo los bolsos de lujo han pasado de ser simples accesorios de moda a verdaderas inversiones financieras, que se equiparan, cuando no superan, a los activos tradicionales.