Fraude

Bruselas propone más controles y compensaciones para evitar fraudes en pagos electrónicos

Los pagos electrónicos han crecido exponencialmente desde 184.000 millones de euros en 2017 a 240.000 millones

Una tarjeta de crédito Visa sobre un teclado de un ordenador
Una tarjeta de crédito Visa sobre un teclado de un ordenadorPhilippe WojazerREUTERS

La Comisión Europea propuso este miércoles reforzar los métodos de identificación a la hora de efectuar pagos electrónicos para combatir el fraude, así como ampliar los casos en los que el proveedor está obligado a compensar a los usuarios víctimas de los mismos.

Las medidas forman parte la revisión de la directiva sobre servicios de pago presentada por el Ejecutivo comunitario para adaptar unas normas que datan de 2015 a un entorno en el que los pagos electrónicos han crecido exponencialmente (de 184 millones de euros en 2017 a 240 millones en 2021), han surgido nuevos proveedores como las "fintech" y aparecido nuevas y "sofisticadas" formas de fraude en la UE.

"Queremos reforzar más la protección de los consumidores, también en casos de fraude, asegurar que el mercado europeo de pagos sigue funcionando correctamente a la luz de nuevas tecnologías (...) e impulsar oportunidades para los proveedores no bancarios de pago permitiéndoles el acceso a todos los sistemas de pago con adecuadas salvaguardas", resumió el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.

Bruselas plantea en primer lugar mejorar el sistema de autenticación fuerte (SCA, en inglés) por el que se verifica la identidad de los clientes al realizar una transacción, puesto que, si bien ha permitido reducir el fraude -en un 50% entre 2020 y 2021 en los pagos con tarjeta- ha sido "insuficiente" para atajar ciertas formas de fraude, según la Comisión.

La institución quiere atajar en particular los casos de suplantación de identidad, en los que los defraudadores utilizan el teléfono o correo electrónico del banco o se hacen pasar por un trabajador del mismo para inducir a los clientes a realizar un pago.

Para ello, propone obligar a que en todas las transferencias el banco tengan que verificar que el nombre del receptor coincide con el número de cuenta antes de completar la operación, algo que Bruselas ya había planteado para las instantáneas.

Plantea asimismo ampliar el derecho a indemnización, de modo que el cliente sea compensado si falla esta verificación y tenga derecho a recuperar todo su dinero si es víctima de una suplantación de identidad, sujeto a condiciones como presentar una denuncia ante la policía o que no haya una "negligencia grave" de su parte, por ejemplo, que haya caído más de una vez en la misma estafa.

También con la vista puesta en el consumidor, Bruselas propone mejorar la transparencia sobre los posibles cargos cuando se saca dinero de un cajero o sobre el tipo de cambio aplicado en transferencias fuera de la UE, así como acelerar el desbloqueo de fondos cuando se efectúe una retención y que las sumas retenidas sean proporcionales al coste final que se espera.

Por el flanco de la industria, la Comisión propone que los proveedores de servicios de pago no bancarios, como las "fintech", puedan acceder a los sistemas de pagos de la UE, algo que estas empresas llevan tiempo reclamando, puesto que ahora dependen en gran medida para ello de los bancos, que son al mismo tiempo sus competidores.

La nueva norma endurecería las condiciones bajo las que los bancos pueden rechazar abrir una cuenta a estas empresas.

En este sentido, la Comisión presentó una segunda propuesta para regular el acceso a los datos financieros de los usuarios que prevé que los bancos tengan que compartir esta información con otros usuarios, como otras instituciones financieras o "fintech", pero estipula que el cliente tenga que dar su consentimiento expreso para ello.