Cae la inversión inmobiliaria

Decían que lo peor de la crisis había pasado, pero estamos viendo que no. La caída de la inflación por debajo del 2%, unas semanas antes de las elecciones, fue un mero espejismo estadístico, o puro maquillaje, según la oposición. La realidad es que la subida de precios no da tregua, encadenando ya tres meses consecutivos de alzas, de manera que en septiembre se colocó en el 3,5%, con una subyacente del 5,8. Muchos ciudadanos argumentan que les parece poco, a la vista de los precios que hay que pagar en el mercado por el aceite, el azúcar o decenas de alimentos más. Y con la espada de Damocles de los carburantes, que se han vuelto a poner a precios inasumibles, esta vez sin subvención.

Teniendo en cuenta que el petróleo ha retomado su tendencia alcista, superando los 96 dólares el Brent, las perspectivas no pueden ser optimistas. Si sube el petróleo suben las gasolinas y el gas y sube todo, como bien sabemos por experiencias pasadas.

Aunque lo que preocupa de verdad ahora es la caída del sector inmobiliario. Nada menos que del 60%, por debajo de los 6 mil millones en transacciones, cifra que nos lleva al nivel de la crisis financiera de hace una década, menos del volumen de negocio del 2020, el año más duro de la pandemia. Lógico porque la firma de hipotecas se ha reducido en casi un 20%, seis meses seguidos en negativo, debido al alza en los tipos. Situación que afectará al sector de la construcción, que en nuestro país sigue siendo fundamental para el crecimiento de la economía.