Derechos laborales
Consecuencias legales del absentismo laboral en España: ¿qué te puede pasar si no vas al trabajo y no lo justificas?
El Estatuto de los Trabajadores recoge que las “faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo” son motivo de despido disciplinario
Al rededor de 1,5 millones de personas en España no acuden a su puesto de trabajo, según el último informe de la Fundación Civismo.
Aunque buena parte de estas ausencias están justificadas, el absentismo injustificado, es decir, faltar sin motivo ni aviso, continúa siendo un problema que puede tener consecuencias legales graves para el trabajador. Desde descuentos salariales hasta el despido disciplinario, la legislación española es clara sobre qué ocurre cuando un empleado incumple sus obligaciones laborales sin justificación válida.
Qué dice la ley sobre el absentismo laboral
El Estatuto de los Trabajadores recoge en su artículo 54.2.a que las “faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo” son motivo de despido disciplinario. Esto significa que una empresa puede rescindir el contrato sin indemnización si demuestra que el trabajador ha incumplido gravemente su deber de asistencia.
Hasta 2020, las empresas también podían despedir por absentismo justificado cuando las ausencias médicas superaban un número determinado, pero esa medida fue eliminada por el Real Decreto-ley 4/2020 y la Ley 1/2020. Desde entonces, solo las ausencias injustificadas pueden derivar en sanción o despido.
Qué consecuencias tiene faltar al trabajo sin justificar
La primera consecuencia de faltar sin avisar es económica. La empresa puede descontar del salario las horas o días no trabajados, ya que no se considera sanción, sino un ajuste natural del sueldo al tiempo realmente trabajado.
Si las ausencias se repiten o causan perjuicio al funcionamiento del negocio, pueden imponerse sanciones disciplinarias, como amonestaciones o suspensiones de empleo y sueldo. En los casos más graves, cuando el comportamiento se considera reiterado o deliberado, la empresa puede aplicar un despido disciplinario sin derecho a indemnización.
Para que este despido sea válido, debe comunicarse por escrito, detallando los hechos y las fechas concretas. Si la empresa no cumple con los requisitos formales o no puede probar la gravedad de las ausencias, el despido puede ser declarado improcedente, lo que obligaría a la empresa a readmitir al trabajador o indemnizarlo.
Qué no puede hacer la empresa ante una ausencia
No todas las faltas son sancionables. Las bajas médicas, los permisos retribuidos, o las ausencias derivadas de causas protegidas por ley, como maternidad, paternidad o situaciones de violencia de género, están amparadas por el marco legal. En estos casos, cualquier sanción sería nula.
Además, las empresas están obligadas a actuar con proporcionalidad. No pueden recurrir al despido como primera medida si no existen antecedentes o advertencias previas. Las sanciones deben estar contempladas en el convenio colectivo y respetar los derechos fundamentales del trabajador.
La legislación también prohíbe multas económicas arbitrarias, reducción de vacaciones o recortes en el descanso como forma de castigo. Todo procedimiento disciplinario debe basarse en pruebas documentadas, notificaciones formales y la posibilidad de que el trabajador presente su justificación médica o personal.