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Datos, cómo rentabilizar el recurso más abundante y valioso que generamos
En 2025, el volumen generado en el mundo alcanzará los 175 zettabytes. Una buena gestión pasa por poder seleccionar aquellos de calidad para aprovechar realmente todo su potencial
Suena el despertador en nuestro móvil. Son las 7:00 horas. Apagamos la alerta y revisamos, como todos los días, los periódicos online, gestiones con mi banca personal, mensajes que nos hayan llegado durante la noche o todas las redes sociales en las que tenemos presencia, por si ha habido alguna novedad. Puede incluso que hagamos algo de ejercicio y elijamos, para ello, las tablas de cualquier experto digital que nos guste, o que organicemos nuestra agenda del día con la ayuda de la inteligencia artificial. Para ir al trabajo, hacemos uso de algún servicio de geolocalización para desplazarnos. ¿Le resulta familiar? Para las 10:00 habremos dejado ya una importante huella digital imborrable de datos personales en la red. Al final de la jornada, toda esa información única y rastreable de nosotros mismos se habrá multiplicado exponencialmente. Y así un día tras otro.
Si en 2018 el volumen de datos generado en el mundo era de 33 zettabytes, se estima que en 2025 alcanzará los 175 zettabytes. Pero, ¿a dónde va toda esa información? Y, lo más importante, ¿cómo sacarle partido? Ignacio Jiménez Pinillos, director de Data en Minsait (Indra) asegura que hoy en día la tecnología está preparada para ese ambicioso abordaje. «Desde un punto de vista de ‘‘tratamiento’’ de esos datos, sí que estamos en disposición de almacenar y procesar, siendo la nube un perfecto aliado para los centros de datos». No obstante, subraya, la mayor dificultad reside precisamente en enfrentarse a la obtención de un valor real sobre esa gran cantidad de información digital que dejamos por la red.
La tecnología ha avanzado, «pero nos falta aún mucha conciencia sobre una adecuada gestión, sobre cómo obtener un dato de calidad y en la aplicación de un adecuado Gobierno del Dato». Contamos con un universo digital muy amplio de fuentes de información y una gran variedad de canales, a lo que además se suman otras trazas menos estructuradas, como son documentos, transcripciones, audios, vídeos, imágenes…. Todo es información. Por ello, el reto ya no es «gobernar» el dato; «debemos ir más allá, a lo que denominamos Gobierno del Conocimiento, que pueda gestionar de forma óptima todos los activos de información que puedan tener valor para mejorar la experiencia del usuario, ofrecer mayor personalización y/o conocer sus preferencias. Y aquí tenemos que ser muy prácticos, no es cuestión de recopilar y almacenar información en grandes repositorios de forma arbitraria, sino de contar con información que nos ayude a generar una acción eficiente y responsable posteriormente», subraya Ignacio Jiménez.
Un potencial sin explotar
Las grandes organizaciones y las nativas digitales son las que, por la viabilidad de sus propias actividades, con más agilidad están llevando a cabo una analítica extendida al amplio ecosistema de información que pueden estar recopilando. La descomunal cantidad de documentación con la que suelen encontrarse a menudo abruma antes de empezar y por eso, recuerdan desde Minsait, la importancia de plantearse la finalidad de lo que se busca en estos procesos: mejorar los modelos de retención, evolucionar la calidad del servicio, optimizar la atención al cliente... Además, recuerda el experto de la compañía digital, «por si esto no fuera ya complicado de partida, tenemos que sumar la falta de profesionales preparados y especializados en aprovechar el potencial de toda esa información y transformarla en una ventaja competitiva».
Los marketplaces de datos se están convirtiendo en piezas clave que proporcionan, además de un acceso único a todos los activos de información, una ordenación y mecanismos de explicabilidad para un entendimiento de esos activos único por parte de todos. Un enfoque centrado en datos «necesita de organizaciones bien preparadas y que puedan hacer una gestión más eficiente e integral de los mismos», para que realmente sea un activo de valor y contribuya a la toma de decisiones. «La tecnología solo es algo que ayuda en ese contexto. Lo importante es tomar conciencia de la importancia de los datos que se manejan y sacarles partido, que debe ser el objetivo final. Hoy en día, los datos ya se estructuran de forma mucho más dinámica gracias a la digitalización, pero realmente todavía hay pocas compañías que se hayan organizado de forma adecuada para aprovechar el verdadero potencial que tiene el dato», mantiene el responsable de Minsait.
En este sentido, en un contexto digital donde la Inteligencia Artificial se ha convertido en el nuevo paradigma de las Tecnologías de la Información, a menudo se olvida que los datos son la gasolina necesaria para dar movimiento a esa revolución y la base para definir nuevos casos de uso. «Los resultados de la Inteligencia Artificial se basan en todas esas fuentes de datos para recomendar, emitir decisiones o agilizar operaciones. Por eso es importante definir los intereses bajo una buena estrategia, con el fin de que la información que manejamos, nos ayude a una mejor explotación y aprovechamiento de la misma, y poder sacar un beneficio real de todo su potencial», concluye Ignacio Jiménez.
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