
Opinión
La esclavitud y la IA
Vivimos una nueva revolución, la de la inteligencia artificial, que no se hará sobre el trabajo esclavo, sino a costa de buena parte del trabajo humano

El mundo ha avanzado siempre a costa del trabajo ajeno. Del sudor de la frente de los esclavos se alzaron imperios legendarios, pirámides y colosos, bibliotecas que aún perduran en los anales y armadas capaces de arrasarlo todo. De los asirios a los persas, de los egipcios a los romanos, de los mongoles a la dinastía Quing, todos expandieron sus fronteras doblegando a pueblos y naciones. Aztecas, mayas e incas hicieron lo propio con los pueblos a los que sometían antes de la Conquista. Y de ahí hasta hoy, los últimos grandes imperios se han forjado sobre la opresión humana, del británico, el ruso o el francés. Hace bien poco pude visitar con unas semanas de margen el origen de la esclavitud en Senegal y su destino, en las plantaciones de Luisiana. En la Casa de los Esclavos, en la isla de Goré, frente a las costas de Dakar, de donde partían los barcos negreros franceses, británicos y portugueses hacia América, comenzaba todo.
Allí, entre las paredes encaladas de color tierra se puede sentir el sufrimiento de miles de familias separadas para siempre, ya desde las celdas en las que estaban hacinados. Y es que durante 400 años llegaron a América cerca de doce millones de africanos para trabajar en las haciendas y plantaciones del Nuevo Mundo. Nada de esto hubiera sido posible sin un sistema previamente asentado en el corazón de la propia África.
A miles de kilómetros, en las fértiles llanuras de Luisiana, en una hermosa hacienda de caña de azúcar a pocos metros de Mississippi, pude palpar también el dolor de cuantos sobrevivían a la trata y acababan trabajando de por vida como animales para las familias que luego convirtieron a Estados Unidos en el nuevo imperio dominante. Porque solo de esas fortunas salió el ingente capital capaz de doblegar al resto.
Ahora, sin embargo, vivimos una nueva revolución, la de la inteligencia artificial, que no se hará sobre el trabajo esclavo, sino a costa de buena parte del trabajo humano. Dario Amodei, CEO de Anthropic y creador de una de las inteligencias artificiales más potentes del mundo, ha advertido de que la IA eliminará hasta la mitad de los trabajos de oficina en cinco años. Asistimos a un cambio radical en la lógica que hasta ahora dominaba el mundo desde el origen de la propia humanidad. ¿Será más sensata que la que se fundamentaba en el trabajo esclavo? Solo de nosotros depende.
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