Banca

Las dos caras del informe de la CNMC: "Sabadell no es un operador insustituible ni imprescindible" pero "hay riesgo de empeoramiento de condiciones comerciales a los clientes"

Competencia asegura que el Sabadell ha perdido cuota de mercado en crédito a las pymes, pero alerta sobre una posición de "monopolio y duopolio observada en determinados códigos postales"

BBVA Sabadell
BBVA SabadellIlustracíonLa Razón

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha hecho públicas sus conclusiones sobre la OPA de BBVA al Banco Sabadell, en la que dio luz verde a que se inicie una fase 3, que quedará ahora determinada por el Consejo de Ministros, tras elevarlo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, una vez concluida la polémica consulta pública. En su informe, Competencia avala la operación porque a la hora de medir el impacto que tendría en el crédito a las pymes, el Sabadell "no es un operador fundamental e insustituible" porque hay varios que pueden sustituirle para garantizar que haya competencia en el mercado. Por contra, también advierte de que "la situación de monopolio y duopolio observada en determinados códigos postales impide descartar la existencia de un riesgo de empeoramiento de condiciones comerciales a los clientes particulares para determinados productos".

Son las dos caras de un informe en el que parece pesar más el apoyo a la OPA que las objeciones. En el texto que se ha publicado hoy, los expertos de la CNMC apuntan entre sus conclusiones principales que Banco Sabadell "no tiene carácter insustituible" ni es "imprescindible en el negocio del crédito a las pymes" porque hay varios operadores, "incluidos medianos y pequeños", que garantizan que haya competencia, además de que está perdiendo cuota de mercado desde 2021.

En concreto, la Dirección de Competencia detalla que, por el lado de la oferta, "no puede aceptarse el carácter insustituible de Sabadell ni que BBVA sea su competidor más cercano, ni puede aceptarse la alegada irrelevancia de los terceros operadores en el mercado de crédito a pymes, puesto que existen numerosos operadores medianos y pequeños que ya compiten en el mercado de crédito a pymes y que, conjuntamente, representan una cuota relevante y creciente en todas las regiones españolas, también en las más afectadas por la concentración".

Además, justifica que, con arreglo a datos del Banco de España, el Sabadell "pierde cuota de mercado en crédito a pymes en favor de otras entidades en todas las comunidades autónomas". Asimismo, sus precios son "similares" a los de BBVA y su modelo de negocio "no difiere" de los modelos tradicionales de la industria. "La inversión de Sabadell en los últimos años en materia de transformación digital no ha sido superior a la de sus competidores directos", señala.

Incide en que las cuotas de mercado en el crédito a pymes -en base a los datos del ejercicio 2023- muestran que el Sabadell es la tercera entidad en Cataluña, por detrás de CaixaBank y Santander, y en Galicia, donde ocupa la misma posición, debajo de Abanca y Santander. En el resto de autonomías, Sabadell es la quinta o sexta entidad por volumen de crédito concedido a pymes y sólo es segunda en Asturias. La CNMC destaca que el Sabadell es superado en la mayoría de regiones por su competidores directos y por bancos medianos y regionales, como Kutxabank en el País Vasco, la Caja Rural de Navarra en Navarra y La Rioja, Cajamar en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, Abanca en Galicia, Bankinter en Madrid, Ibercaja en Aragón o Banca March en Baleares.

El informe insiste en que estos datos permiten "descartar que el mercado nacional vaya a pasar de cuatro a tres operadores", como ha señalado el Sabadell en sus alegaciones e informes, y "hace necesario relativizar sus alegaciones sobre el alto nivel de concentración del mercado".

Para el regulador, esto confirma que buena parte de las operaciones que pierde Sabadell lo hace frente a entidades que no son el BBVA, el Santander o CaixaBank, lo que a ojos de Competencia prueba que las entidades medianas y pequeñas "son ya actualmente una competencia efectiva" para el banco que preside Josep Oliu. Unas razones que le bastaron a la CNMC para dar su visto bueno a la operación a finales de abril, a la vista de los compromisos adquiridos por el BBVA para garantizar el crédito a pymes y las condiciones de clientes.

Eso sí, aunque a nivel nacional, Competencia descarta un problema bancario, en el caso de Cataluña sí que localiza una elevada concentración que puede ser contraproducente para los clientes, por lo que decidió imponer condiciones adicionales para esta región, al elevarse hasta en un 40% la cuota de mercado que alcanzaría la posible fusión entre BBVA y Sabadell, frente al 30% de CaixaBank o el 20% que alcanzaría el Santander.

Para Competencia también existen algunas sombras que deben tenerse en cuenta, sobre todo por las conclusiones obtenidas del test de mercado que se realizó entre bancos, instituciones y organizaciones empresariales y civiles, que confirmó la existencia de "riesgos de empeoramiento de las condiciones comerciales para los clientes del Sabadell". Según argumenta el informe, este test ha confirmado "un posible problema de competencia" por la "situación de monopolio y duopolio observada en determinados códigos postales impide descartar la existencia de un riesgo de empeoramiento de condiciones comerciales a los clientes particulares para determinados productos", siendo la región catalana una de las zonas geográficas con mayor afectación.

Según detalla el texto, "excepto en determinados productos (cuentas, crédito al consumo) y en poblaciones más grandes, en aquellos ámbitos geográficos donde la resultante adquiera un importante poder de mercado, se considera que existirá un perfil de clientes que sería más vulnerable a un empeoramiento de condiciones comerciales consecuencia de la operación".

Es destacable la respuesta de una de las entidades consultadas, CaixaBank, que confirma este empeoramiento de las condiciones de los clientes del Sabadell al no ser "descartables efectos no deseados en banca minorista en aquellas áreas o regiones en donde Sabadell y BBVA puedan tener una presencia preponderante", lo que puede provocar "un eventual empeoramiento de algunas condiciones comerciales para aquellos clientes particulares ubicados en municipios o códigos postales en los que el nuevo grupo bancario pase a ser el único presente".

Asimismo, la CNMC ha desvelado que el BBVA remitió hasta en siete ocasiones un listado de compromisos para obtener el visto bueno de la autoridad, al tiempo que el Sabadell planteó desde un primer momento que debían considerarse pymes aquellas empresas con una facturación de hasta 250 millones y acabó pidiendo medidas estructurales y condiciones, que la CNMC rechazó. El regulador admite que los problemas identificados no carecen de relevancia donde se han identificado, pero son, "en efecto, puntuales y localizados y se han analizado con un criterio garantista. No puede concluirse que los problemas derivados de la operación presenten un carácter indefinido y revistan una naturaleza tal que solo puedan ser resueltos mediante compromisos estructurales".

También rebate las críticas del Sabadell a la metodología utilizada con el test de mercado, al que recuerda que "no se ha omitido información en el test realizado, sino que se ha decidido, como en otros casos, que solo determinados compromisos requieren de la opinión de terceros para valorar su eficacia e idoneidad", y le enumera que se ha hecho con una amplia participación, con 13 entidades de banca tradicional, cuatro de banca no tradicional y 18 asociaciones, de las que 16 son asociaciones de empresas y en particular de pymes. No es posible, lógicamente, incluir a todos los agentes del mercado".

Después de que el ministro de Economía elevara al Consejo de Ministros la decisión sobre la OPA, el Gobierno cuenta con un plazo hasta el 27 de junio para decidir si impone requisitos adicionales a la operación. En caso de que siga adelante, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) deberá dar todavía luz verde para que se inicie el periodo de aceptación, que durará entre 30 y 70 días, una ventana en la que los accionistas del Sabadell deberían decidir si aceptan la oferta del BBVA o no.