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El falso mito de la austeridad

Hasta en los momentos más duros de la crisis, el gasto público en España siempre se mantuvo un 10% por encima del de 2007, con las pensiones subiendo un 23% desde entonces

La idea de la austeridad extrema que ha calado en el discurso social y político choca con la realidad de las cifras, como el 23% que han subido las pensiones en los últimos diez años / Foto: Jesús G. Feria
La idea de la austeridad extrema que ha calado en el discurso social y político choca con la realidad de las cifras, como el 23% que han subido las pensiones en los últimos diez años / Foto: Jesús G. Ferialarazon

Hasta en los momentos más duros de la crisis, el gasto público en España siempre se mantuvo un 10% por encima del de 2007, con las pensiones subiendo un 23% desde entonces.

José Emilio Boscá, Rafael Doménech y Javier Ferri son tres prestigiosos economistas que han demostrado –y se han atrevido a publicarlo, aunque ha pasado algo inadvertido– que las políticas de austeridad adoptadas en España para afrontar la crisis, «los llamados recortes», fueron más suaves que la creencia general instalada en la sociedad. Los expertos eluden afirmaciones provocativas o sorprendentes, pero las conclusiones desgranadas en un artículo –es cierto que muy técnico–, titulado «Nueva evidencia sobre el impacto de la austeridad en Europa y lecciones para España» aparecido en el blog especializado «Nada es gratis», son concluyentes.

Boscá, Doménech y Ferri documentan que el gasto público en España, incluso en los momentos más duros de los ajustes –«recortes»–, siempre estuvo un 10% por encima del que hubo en el último año de expansión, es decir, 2007. Todavía más. «A finales de 2018, las previsiones de la Comisión Europea sugieren que el gasto público corriente per cápita –en términos reales– superará en más de un 15% el nivel anterior a la crisis, por encima de Estados Unidos y Reino Unido», escriben. Y, por si hubiera dudas, precisan que esto se explica, en una parte «muy importante por el aumento discrecional del gasto y por la decisión de mantener o incluso mejorar alguna partidas clave del Estado del Bienestar».

Desmontando una idea

Las tesis de estos tres expertos van en contra de la idea que se ha asentado en una buena parte de la sociedad española, que ha entendido que ha sido sometida a grandes políticas de austeridad. La diferencia es que, frente al sentimiento generalizado y las permanentes proclamas de algunas fuerzas políticas, Boscá, Doménech y Ferri aportan datos difícilmente rebatibles, como lo demuestra el que ningún experto se haya apresurado a criticarlos, aunque sí parece haberse adoptado sobre ellos un extraño silencio –que incluye especialistas y políticos–, apenas paliado por un escrito de Luis Garicano, que ahora encabeza la candidatura de Ciudadanos al Parlamento Europeo.

José Emilio Boscá es catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y coautor del modelo de equilibro general dinámico que utiliza el Ministerio de Economía para la simulación de políticas macroeconómicas. Rafael Doménech es el jefe de Análisis Macroeconómico del BBVA, además de profesor de la misma Universidad. Por último, Javier Ferri, también docente en la universidad valenciana, es investigador asociado de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), uno de los centros de estudios económicos más prestigiosos de España.

Los tres economistas ilustran este muy técnico estudio con ejemplos también muy claros y comprensibles. Así, afirman que «para el conjunto del sistema, entre diciembre de 2007 y noviembre de 2018, la pensión media ha aumentado un 23,1% en términos reales». Por otra parte, desmontan la teoría o la posible percepción de que las cantidades –muy elevadas– destinadas al pago de las prestaciones por desempleo en los peores momentos de la crisis, hubieran tenido «su contrapunto de austeridad en un recorte enorme del gasto público en servicios fundamentales, un mensaje –escriben– que ha calado en el discurso social y político» en España.

Boscá, Doménech y Ferri van contracorriente y se enfrentan a lo que llaman un «relato distorsionado», pero demuestran que «la evolución en términos reales del gasto público corriente en Educación y Sanidad» incluso en los años de mayor ajuste –recortes– «se mantuvo a un nivel similar al del último año del ciclo expansivo (2007) y en 2017 superaba ya en un 8% el nivel de 2007». La tendencia ha continuado en 2018 y la conclusión es que el gasto en Educación y Sanidad no sólo no ha bajado, sino que es mayor que el que había antes del inicio de la crisis, aunque también hay que admitir que es algo inferior al que hubo en el año de mayor gasto de la historia, 2010. En cualquier caso, los datos destrozan las teorías catastrofistas del desmantelamiento del Estado del Bienestar español, incluso en los peores momentos de una crisis económica sin precedentes, «en la que la renta per cápita llegó a caer un 10,6%», como apuntan los expertos autores del estudio.

70.000 millones más de gasto

El mito de la austeridad extrema se difumina. Los datos de la Contabilidad Nacional, más allá del informe de Boscá, Doménech y Ferri, son apabullantes: el gasto total ha pasado de 421.813 millones en 2007 a 491.291 en 2018. Los recursos destinados a Sanidad suman 71.198 millones en 2018, casi 10.000 más que en 2007. Algo parecido ocurre con Educación, 43.336 millones en 2007 frente a 47.199 en 2018. Por no hablar de la protección social: 138.843 millones en 2007 y 199.816 en 2018. Además, en 2012, el año más duro del ajuste, el gasto total fue de 460.593 millones, de los que 64.685 fueron para Sanidad, 47.137 para Educación y 182.728 para protección social.

Es decir, nada de desmantelamiento del Estado del Bienestar y tampoco de austeridad, más allá de las creencias generales o de la opinión que quieren imponer –y aprovechar– algunas fuerzas políticas. Es el mito de la austeridad. Tiene buena salud, pero no deja de ser otro mito, es decir, una narración de una historia oral de hechos fabulosos e imaginarios.