Fiscalidad

España ya es el país europeo más caro para contratar empleados

Las empresas españolas se sitúan a la cabeza de la UE en pago de cotizaciones sociales, más de un punto por encima de la media comunitaria, que sumado al coste del SMI coloca a nuestro país junto a Francia a la cabeza del mayor coste empresarial

Yolanda Diaz y María Jesús Montero en el pleno del Congreso, reunido excepcionalmente en el Senado.
Yolanda Diaz y María Jesús Montero Alberto R. RoldánLa Razón

Las cotizaciones sociales que pagan trabajadores y empresarios en España tienen todavía un menor peso que en otros países de la UE con mayor carga contributiva a la Seguridad Social, pero las empresas deben pagar un porcentaje mayor por sus trabajadores que sus homólogas europeas. En concreto, los empresarios españoles pagan 1,2 puntos más que la media, mientras que los trabajadores abonan una cantidad menor. Para evaluar el verdadero peso de las cotizaciones sociales –lo que pagan a la Seguridad Social empresas, empleados y autónomos–, debe tenerse en cuenta el alcance de la presión fiscal empresarial, que según los datos de Eurostat, está en un nivel superior al de la media de la Unión Europea.

En concreto, la recaudación del Impuesto sobre Sociedades supuso en España un 2,7% del PIB y las cotizaciones empresariales, un 9,5% del PIB, que combinadas suponen un 12,2%, mientras que la media de la UE es de un 3,3% en Sociedades y de un 7,1% en cotizaciones a cargo de las empresas, lo que señala que España está 1,8 puntos por encima de la media europea Si se hace el análisis sobre el porcentaje que aportan las empresas al total de la recaudación en España, las cotizaciones empresariales suponen un 25,2% del total de la recaudación, mientras que en la UE la media es del 17,7%, es decir, 7,5 puntos porcentuales más. Por su parte, el Impuesto sobre Sociedades supone un 7,2% del total frente a un 8,1% en la UE. En conclusión, nuestras empresas aportan un 32,4% frente a un 25,8% de media en la UE, 6,6 puntos más. Si a las cotizaciones sociales, se le suma el IRPF, el IVA y el resto de impuestos, un trabajador medio pagaría anualmente más del 50% de su salario completo a Hacienda.

En el caso de los contribuyentes sujetos al tipo máximo, España se sitúa entre los países donde el IRPF es más progresivo. Por ello, el efecto conjunto del IRPF con las cotizaciones a la Seguridad Social eleva la cuña fiscal hasta el 59,5%, lo que significa que el salario neto que finalmente recibe el empleado constituye el 60% del coste laboral., lo que sitúa a España claramente por encima de la media de la OCDE, que es del 47%. Esta «cuña fiscal» más alta en el caso español debido al peso de las cotizaciones que se aplica a las empresas supone «una traba a la competitividad de la economía y a la creación de empleo por el aumento de estos costes», advertía esta semana el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en su último informe de competitividad fiscal.

Presión fiscal España y UE
Presión fiscal España y UEA. CruzLa Razón

Además, España lideraría a los países de la UE en los que es más caro contratar, junto a Francia, si se tienen en cuenta las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) –que está ya 10 puntos por encima de la media europea– y de las cotizaciones sociales, con la diferencia de que en el caso francés se garantiza una mayor seguridad jurídica en el empleo, un sueldo más elevado y una mejor calidad contractual, por lo que en España sería más caro contratar en términos reales. Así, el coste del SMI bruto más las cotizaciones sociales equivalen en el país vecino al 30,8% del PIB por trabajador, mientras que en España está sólo seis décimas por debajo, en el 30,2% del PIB por ocupado.

En 2023, los costes laborales se han disparado un 5,3%, el porcentaje más alto de los 15 últimos meses y suman 10 trimestres consecutivos con aumentos interanuales superiores al 5%, según ha constatado Cepyme en su último indicador de las pymes. Desde el cuarto trimestre de 2021, este tipo de costes sociales se ha disparado por encima del 11% para las sociedades más pequeñas y un 10% para las medianas. Una situación que va a crecer tras la activación del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), vigente desde este año, que ha debutado con un tipo de cotización del 0,7%, del que el 0,58% corresponde a la empresa y el 0,12% al trabajador. Sumando la sobrecuota del 0,7% del MEI vigente al tipo de cotización por contingencias comunes, el tipo total al que deben hacer frente empresas y trabajadores se sitúa ya en el 29% de media.

Los últimos datos publicados por el INE sobre el Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA) confirman que los costes de los empleadores se dispararon en 2023 y cerraron el cuarto trimestre con un índice del 115,6, el mayor de la serie. El coste salarial–que incluye las remuneraciones totales del trabajador (salario base complementos y horas extras)– se elevó un 4,8%, mientras los otros costes –las percepciones no salariales y las cotizaciones del empleador a la Seguridad Social– crecieron un 9% anual en el último trimestre de 2023 y un 7,7% de media durante el año.

El Instituto Juan de Mariana en su «Impuestómetro 2024» pone un ejemplo gráfico sobre el impacto del aumento de las contribuciones sociales en el salario medio de un trabajador en España, establecido en 34.989 euros. Según analizan, sus cotizaciones sociales a cargo de la empresa ascenderían a 8.157 euros, a lo que se deben añadir las cuotas a cargo del trabajador, que suman otros 1.731 euros a la «cuña fiscal». En total, después de pagar las cotizaciones sociales, el salario definitivo se queda en 25.101 euros. Es decir, que el 28,26% se destina al pago de las cuotas sociales, lo que nos coloca por encima de la media de la Unión Europea, situada en 27,35%.