
Pensionistas
Félix Rodríguez (65 años), camionero: "Después de trabajar 50 años, me jubilaré con una pensión de solo 1.120 euros"
De acuerdo con el modelo laboral español, los trabajadores por cuenta propia poseen una gran desventaja frente a los contratados por cuenta ajena en términos de pensión de jubilación

El colectivo de trabajadores autónomos en España enfrenta un entorno altamente desafiante para emprender y sostener su actividad. La presión fiscal se hace notar desde el primer momento, con cuotas mensuales que muchos consideran elevadas y que deben abonarse incluso en periodos de baja facturación. A ello se suma una carga burocrática notable, que exige cumplir con trámites de alta, contabilidad, facturación, cotizaciones y obligaciones fiscales sin el apoyo directo que suele recibir un asalariado. En este escenario, la autogestión se convierte en una obligación: el autónomo debe ser profesional, comercial, gestor y contable al mismo tiempo, lo que añade un nivel de complejidad que en ocasiones disuade a quienes contemplan lanzarse por cuenta propia.
Además de los retos fiscales y administrativos, los autónomos han de prever su futuro con un panorama laboral menos protegido que el del trabajador por cuenta ajena. En el sistema de pensiones, por ejemplo, su situación muestra vulnerabilidades específicas, pues la cuantía de su pensión dependerá de la base de cotización que elegirán a lo largo de su vida laborar y de los años cotizados. Para los autónomos la base reguladora de la pensión se calcula sumando las bases de los últimos veinticinco años y dividiéndolas por 350, sin que el sistema integre lagunas de cotización como ocurre en otros regímenes. Esta fórmula pone especial énfasis en la cotización sostenida y elevada, algo que muchos autónomos no logran por diversas razones.
Al comparar la pensión de jubilación del autónomo con la del trabajador por cuenta ajena, la diferencia resulta significativa. Mientras que los trabajadores por cuenta ajena, afiliados al régimen general, pueden acceder a pensiones medias que se aproximan a los 1.600 euros al mes, los autónomos suelen situarse muy por debajo de esa cifra. Las causas de esta brecha están vinculadas principalmente a que muchos autónomos cotizan por la base mínima o tienen periodos sin cotizar suficientemente, lo cual reduce la base reguladora y, por tanto, la pensión resultante. En suma, ser autónomo implica tanto asumir las oportunidades de independencia como enfrentarse a un sistema de protección más exigente al jubilado.
Un camionero autónomo expone su caso
Felix Rodríguez, camionero que está a punto de retirarse, tal y como ha detallado Noticias Trabajo, afronta un dilema interna debido a la cuantía que recibirá en su pensión de jubilación. Tras ser despedido hace ya tres décadas de la antigua empresa en la que ejercía, decidió adentrarse en el difícil camino del autónomo y, desde entonces, ha cotizado siempre el doble que los autónomos que pagan la cuota más reducida a la Seguridad Social. De esta manera, lo previsible sería pensar que su pensión sería considerablemente mayor, pero la realidad es bien distinta. "Todos los compañeros que conozco han cotizado lo mínimo. Pero yo, desde el principio, acordé con mi mujer pagar el doble para cobrar una pensión que me permitiera vivir sin estrecheces económicas", indica.
Por el contrario, su planificación se vio truncada por el sistema español, tras la última visita que hizo a la administración. "Después de trabajar 50 años, me jubilaré en febrero con una pensión de solo 1.120 euros. Es mucho menos de lo que esperaba", revela el transportista. Pero el problema del asunto no solo termina con la suma que cobrará tras su retiro, sino en el retraso del mismo por el siguiente motivo. "Al menos tendré un ingreso extra mensual de 300 o 400 euros. Aun así, no podré jubilarme en septiembre, cuando cumplo 65 años, sino en febrero, ya que antes debo terminar de pagar dos créditos, que ascienden a 900 euros al mes, que pedí para comprar dos furgonetas", informa.
Cuánto cobra un autónomo si se jubila en 2025
El caso de Felix Rodríguez es la consecuencia del sistema actual. En 2025, la pensión de jubilación de los autónomos en España seguirá estando determinada por la base de cotización y los años que hayan cotizado durante su vida laboral. En 2024, la pensión media de los trabajadores por cuenta propia rondaba los 970 euros al mes, reflejando que muchos autónomos optan por cotizar por la base mínima, lo que reduce la cuantía de su futura prestación. Para este año, las pensiones mínimas contributivas se han incrementado un 6%, situando las referencias en 1.127,6 euros al mes para autónomos de 65 años o más con cónyuge a cargo y en 874,4 euros al mes para quienes no tienen cónyuge alguno a cargo.
Para los autónomos menores de 65 años perciben la misma cantidad si tienen cónyuge a cargo y 818 euros al mes si no lo tienen, distribuidos en 14 pagas. Además, el Gobierno ha previsto que las pensiones mínimas se revaloricen anualmente siguiendo el índice de precios al consumo, garantizando así el mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados. Esta situación subraya la relevancia de planificar bien las cotizaciones y elegir adecuadamente la base, ya que estas decisiones determinan de forma directa la estabilidad económica del autónomo al llegar a la jubilación.
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