Empresas
Las «ferrovial» que se fueron sin que Moncloa moviera un dedo
Hace justo un mes que Mediaset España se fusionó con su matriz holandesa
El camino que ha tomado Ferrovial es por el que han transcurrido otras 22 multinacionales europeas, según han explicado en varias ocasiones desde la constructora. Una vía sobre la que el Gobierno tiene amplia información a través del ICEX y de la oficina comercial en La Haya, que en un extenso documento de este mismo año recogen que Países Bajos ocupa el tercer puesto en inversión acumulada recibida del extranjero, con 2,6 billones de dólares, y el segundo puesto entre los países que más invierten en el exterior, con una inversión acumulada de 3,4 billones de dólares en 2021. Sin embargo, Países Bajos no se encuentra entre los principales puestos en cuanto a captación de inversión extranjera directa.
En cualquier caso, destaca el superávit de capital en Países Bajos, con más de 700 millones de dólares de diferencia entre los flujos de entrada y salida de capitales. «Gran parte de la inversión extranjera que llega a Países Bajos no entra en el flujo circular de la renta de la economía neerlandesa, sino que es canalizada de un país a otro mediante las sociedades vehículo o de propósito específico. Alrededor del 63% de la inversión externa recibida por Países Bajos se canaliza directamente a otros destinos, y el 37% restante se mantiene en el país como inversión productiva, de acuerdo con la oficina de estadística neerlandesa».
Con estas perspectivas, el ICEX admite en las conclusiones de su último informe sobre inversiones en Países Bajos de febrero pasado que «el competitivo panorama fiscal favorece la presencia de multinacionales extranjeras en el país, que aportan grandes flujos comerciales y de inversión al mismo». «Como consecuencia, el gobierno de Países Bajos contempla como pilares fundamentales la promoción del comercio y la cooperación, así como la transparencia y la sostenibilidad en las prácticas de estas empresas»,
reconoce.
Este camino fue recorrido el pasado 15 de marzo, por Mediaset España y su matriz, MediaForEurope (MFE), controlada por la familia Berlusconi y Vivendi. Para ello, los accionistas de la propietaria de las cadenas Telecinco y Cuatro ampliaron su participación el verano pasado en Mediaset para hacerse con el 44% del capital que no controlaban. La opa logró hacerse con casi el 83% de la filial española para fusionarla con la neerlandesa.
Hace ahora un mes, el 91% de los accionistas de Mediaset aprobaron la operación de fusión por absorción de la filial española. Un proceso que, como en el caso de Ferrovial, podría hacerse efectivo en el segundo trimestre del año.
El presidente de Mediaset España, Borja Prado, ha defendido que la fusión es «el cauce más seguro para la pervivencia y expansión de la compañía» y para acceder a las mismas expectativas de negocio de los actuales operadores globales. El directivo considera que, con la transacción, se va a crear un grupo de medios más grande, diversificado, con acceso a una audiencia conjunta de más de 100 millones de espectadores.
En un país como Italia, donde el peso empresarial del Estado es mayor incluso que en España y donde el ecosistema empresarial es más cerrado que el español, la decisión de Mediaset de trasladarse a Países Bajos en junio de 2019 y crear MFE tras hacerse con un 9,6% del grupo de medios alemán ProSiebenSat, fue otro jarro de agua fría que sumar al que se produjo en 2016, cuando el tataranieto de Giovanni Agnelli, fundador de FIAT, materializó el traslado de Fiat-Crysler a Países Bajos.
De las 100 empresas más grandes del mundo, 80 ya están allí. Firmas japonesas como Sony y Panasonic; la saudí Aramco, la mayor petrolera del mundo; las estadounidenses Netflix, Coca-Cola, Warner o Viacom concentran allí sus ingresos en Europa.
La fiscalidad no es siempre el principal motivo. De hecho, el tipo general del impuesto de sociedades en Países Bajos es del 25,8%, para beneficios antes de impuestos superiores a 200.000 euros, y del 19% para beneficios antes de impuestos inferiores a dicha cifra. Este impuesto está en la media de los establecidos a nivel mundial, (25,43% ponderado por el PIB de cada país). La media del impuesto de sociedades en los países de la UE-27 es de 21,16%, por lo que Países Bajos estaría por encima.
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