Economía

La falta de consenso político pasa factura al crecimiento, advierte BBVA Research

La escasez de vivienda asequible constituye un cuello de botella para mejorar el bienestar de la población joven y para atraer capital humano, advierte

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados
Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los DiputadosAlberto R. RoldánLa Razón.

BBVA Research percibe que las perspectivas de crecimiento global muestran una desaceleración moderada, del 3,3% en 2024 al 3,0% en 2025 y al 3,1% en 2026. Aunque la política fiscal, unas condiciones monetarias menos restrictivas y el impulso del cambio tecnológico actúan como factores de apoyo, la actividad seguirá limitada por el proteccionismo, las restricciones migratorias, la incertidumbre y las tensiones geopolíticas.

"Los datos recientes apuntan a que el impacto negativo de los vientos de cara será más gradual de lo previsto hace tres meses", señalan los economistas del servicio de estudios. En Estados Unidos (EE. UU.) se mantiene la previsión de crecimiento del 1,7% para 2025, y se revisa ligeramente a la baja hasta el 1,8% para 2026. En la zona del euro, el PIB aumentará un 1,3% este año —más de lo esperado en junio— gracias al avance registrado en el primer semestre, y un 1,0% el próximo, si el estímulo del gasto en defensa logra compensar el efecto de la subida arancelaria.

En España, la revisión de la serie histórica del PIB, junto con la evolución de los indicadores disponibles hasta el momento, muestra una economía más resiliente de lo esperado. La previsión de crecimiento del PIB es del 3,0% para 2025 y del 2,3% para 2026. La ausencia de una desaceleración más intensa se explica por el buen comportamiento de las exportaciones, especialmente las de bienes, y por el sólido avance de la demanda interna.

Aunque las ventas de bienes a EE. UU. se han visto afectadas por el aumento de los aranceles y la apreciación del euro frente al dólar —superior a la prevista—, las exportaciones al resto del mundo continúan creciendo. Además, la firma del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y la economía estadounidense reduce la incertidumbre para las empresas y familias afectadas.

Persisten los riesgos

A pesar de ello, persisten riesgos significativos. Las políticas económicas de EE. UU. siguen siendo una fuente de inestabilidad, junto con la incertidumbre sobre la sostenibilidad del crecimiento en algunos sectores clave y los obstáculos que limitan la inversión, la fuerza laboral y la productividad.

"El impacto del aumento de los aranceles sobre el comercio con EE. UU. ha sido negativo, en línea con lo esperado, y no se puede descartar que continúe siéndolo en el futuro, a pesar del acuerdo firmado. Esto se debe a la volatilidad que ha mostrado la política económica del país y a que podrían agotarse algunos de los factores que ayudaron a mitigar los efectos durante los primeros trimestres", señala el informe.

A ello se suma la incidencia que tiene en los exportadores la apreciación del euro frente al dólar y la consecuente pérdida de competitividad. Además, el crecimiento previsto del PIB en la eurozona, aunque revisado al alza, sigue siendo relativamente bajo, lo que limita el incremento de las ventas de bienes al exterior. En relación con ello, el avance del turismo extranjero empieza a mostrar signos de agotamiento, debido en parte a la contención de la demanda europea.

Asimismo, las ganancias de competitividad derivadas de la inversión en energías renovables podrían ralentizarse en un entorno de elevada incertidumbre regulatoria y de incremento de costes. El sector del automóvil enfrenta, por su parte, la presión de los cambios en las preferencias de los hogares, la falta de infraestructuras que faciliten la transición hacia el vehículo eléctrico y el aumento de la competencia externa.

Por otro lado, la falta de vivienda asequible constituye un cuello de botella para mejorar el bienestar de la población joven y para atraer capital humano. “La escasez de mano de obra en algunos sectores y regiones, junto con la atonía de la productividad laboral, lastran la capacidad de crecimiento a futuro”, advierte el documento.

Finalmente, la reducción del déficit público en los próximos años dependerá de la aplicación de medidas estructurales una vez se agote el efecto del ciclo económico sobre dicho desequilibrio. “La fragmentación política y la falta de consenso continúan afectando negativamente a la actividad”, concluye BBVA Research.