Sector aéreo

Francia quiere acabar con los vuelos "low cost"

Propondrá a la UE una tarifa mínima para billetes de avión por el medioambiente

Imagen de un Boeing 737-800 de Ryanair despegando.
Imagen de un Boeing 737-800 de Ryanair despegando.Paul HannaREUTERS

Francia continúa con su particular cruzada contra el sector aéreo por sus emisiones contaminantes. Después de prohibir los vuelos internos que puedan ser sustituidos por el tren, el Gobierno de Emmanuel Macron apunta ahora a uno de los segmentos con mayor negocio del sector: el de los vuelos de bajo coste que, a su entender, no contribuyen a la lucha contra el cambio climático.

Para revertir esta situación, el ministro francés de Transportes, Clément Beaune, ha explicado que tiene intención de proponer al resto de países de la Unión Europea la fijación de "una tarifa mínima" para los billetes de avión, ya que considera que algunos precios actuales no tienen en cuenta el impacto en términos medioambientales. En una entrevista al semanario "L'Obs" publicada este jueves, Beaune justifica su iniciativa con el argumento de que "billetes de avión a 10 euros a la hora de la transición ecológica ya no es posible" porque "no refleja el precio para el planeta".

Las declaraciones de Beaune apuntan directamente a las compañías "low cost", que ofrecen algunos billetes a precios muy bajos, especialmente en las promociones, si bien la realidad es que las tarifas de estas compañías también se han visto empujadas al alza por la inflación. Ryanair, principal aerolínea de este segmento europea, ha incrementado el precio medio de sus billetes durante su primer trimestre fiscal -abril-junio- un 42%, hasta los 49 euros.Como explicó la country manager para España y Portugal, Elena Cabrera, en una entrevista a LA RAZÓN a primeros de agosto, "ya es muy complicado volver a los 9,99 o 10,99 euros por trayecto".

Más impuestos

El ministro francés, que avanzó que formalizará la propuesta a sus homólogos europeos "en los próximos días", afirma en la entrevista que asume "totalmente la imposición de impuestos a las actividades contaminantes para invertir en esta transición ecológica". Su Gobierno tiene previsto incluir en los presupuestos del año próximo un incremento de un impuesto llamado "de solidaridad" que gravará los vuelos con salida en Francia, con lo que se espera financiar los 300 millones de euros anuales (326,26 millones e dólares al cambio actual) que el Estado dedica cada año para favorecer esa transición verde en el sector aeronáutico.

La propuesta de Beaune llega después de que Francia publicase en mayo un decreto que prohíbe los vuelos internos que se puedan reemplazar por servicios ferroviarios de menos de dos horas y media de duración. Una medida, en todo caso, más cosmética que efectiva dado que, en la práctica, sólo se ha suprimido un vuelo con origen en el aeropuerto parisino de Orly dado que el resto de rutas domésticas son en conexión y no les afecta el decreto.

Rechazo del sector

Esta iniciativa sobre los vuelos internos ha sido duramente cuestionada por la organización la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que considera que, si se aplicara en toda Europa, se acabaría con el 24% de los vuelos, pero sólo se reducirían un 3,8% las emisiones. Un estudio de PwC para Iberia añade, además, que eliminarlos generaría problemas de conectividad y pérdidas económicas. El informe calcula que por cada millón de viajeros que toman estos vuelos, se generan 102 millones de euros de PIB y 1.802 empleos.

El plan "España 2050" presentado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también aboga por la supresión en un futuro de estos vuelos en España. Sin embargo, desde el sector, en línea con lo expresado por IATA, consideran que se trataría de una medida más cosmética que efectiva. Iberia cree que esta iniciativa desincentivaría la inversión en el avión eléctrico, para el que este tipo de trayectos constituye el banco de pruebas ideal. Además, desde la patronal de las aerolíneas, ALA, consideran también que apenas tendría efectos en la reducción de emisiones pues sólo permitiría recortar un 2%. En el caso español, además, el crecimiento de la red de alta velocidad está permitiendo la paulatina y natural transición del avión al tren las rutas en las que compiten. Según los datos de (ALA), mientras que en el primer trimestre de 2019 los pasajeros que optaron por el avión para viajar en los corredores de Barcelona, Alicante, Málaga, Valencia y Sevilla rondaron los cuatro millones, en el mismo periodo de este ejercicio han caído en picado, más de un 75%, hasta los 922.050.