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Gonzalo Bernardos, economista, aconseja a la población: “Hagan lo posible por comprar una vivienda”
Comprar una vivienda es el mejor plan de pensiones, según el economista Gonzalo Bernardos. Una meta cada vez más inalcanzable para los jóvenes, atrapados en un alquiler que impide ahorrar en un mercado con precios desbocados
El sueño de la casa propia se ha convertido para una inmensa mayoría de los jóvenes españoles en una auténtica carrera de obstáculos. El problema, sin embargo, no reside tanto en el precio final de los inmuebles como en un escollo previo que resulta a menudo insalvable: la incapacidad para reunir el capital necesario para la entrada y los gastos de gestión. La falta de ahorro previo se erige así como el gran muro que separa a toda una generación del acceso a la vivienda.
De hecho, las cifras del Instituto Nacional de Estadística son demoledoras y confirman esta tendencia. Apenas un 29% de los españoles menores de 30 años ha conseguido comprar una propiedad, un porcentaje notablemente inferior al que se registraba hace apenas tres lustros. La brecha generacional en el mercado inmobiliario es cada vez más profunda, dibujando un panorama desolador para quienes aspiran a emanciparse.
En este contexto, el mercado del alquiler funciona como una «trampa mortal» que ahoga cualquier capacidad de ahorro. Los elevados precios de los arrendamientos consumen una parte tan grande de los sueldos que impiden a las familias acumular el colchón financiero imprescindible para dar el salto a la compra. Se perpetúa así un círculo vicioso del que es muy difícil escapar: se vive de alquiler por no poder comprar, y no se puede comprar porque el alquiler lo impide.
Asimismo, la tensión del mercado se agrava por un desajuste estructural entre la oferta y la demanda, una realidad que ha puesto sobre la mesa el economista Gonzalo Bernardos, tal y como ha expuesto en La Sexta Xplica. El propio Banco de España ha alertado de que en el país faltan unas 700.000 viviendas para satisfacer la demanda actual, un déficit que presiona los precios al alza y complica todavía más el acceso.
La vivienda como salvavidas para la jubilación
Por todo ello, la recomendación de Bernardos es tajante: adquirir un inmueble no es solo una forma de crear un hogar, sino una estrategia financiera de primer orden. Ante un futuro en el que las pensiones públicas serán, previsiblemente, menos generosas que las actuales, tener una casa en propiedad se convierte en un pilar fundamental para garantizar la estabilidad económica en la vejez, el mejor plan de pensiones posible.
Desde luego, el mercado refleja este valor refugio de la vivienda. Los precios experimentaron una subida del 12,7% a principios de 2025, un dinamismo que demuestra el creciente interés no solo de particulares, sino también de inversores que ven el ladrillo como un activo con el que obtener rentabilidad. Prácticas como el llamado «house flipping» —comprar, reformar y vender rápidamente para maximizar beneficios— son una prueba más de la ebullición del sector.
A pesar de las dificultades, el mensaje del economista es de una claridad meridiana. Sostiene que existen opciones asequibles más allá de los grandes núcleos urbanos y lanza una advertencia final que resuena con fuerza en el complejo panorama actual: «Hagan lo posible por comprar una vivienda».