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De Guindos presume de gestión para entrar al BCE

El ministro resalta su experiencia y saca pecho por los logros de España ante el Parlamento Europeo como aval para ser el vicepresidente de Mario Draghi.

El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, hoy en Brusela
El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, hoy en Bruselalarazon

El ministro resalta su experiencia y saca pecho por los logros de España ante el Parlamento Europeo como aval para ser el vicepresidente de Mario Draghi.

«El que actualmente tiene mayor antigüedad en el Eurogrupo». Así se presentó ayer Luis de Guindos en Bruselas ante el Parlamento Europeo en su puesta de largo para tratar de convertirse en el próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). El ministro de Economía, Industria y Competitividad tiró de galones y presumió de experiencia y buena gestión al frente de la cuarta mayor economía del euro como el mejor aval posible para acceder al segundo escalafón de la institución monetaria de Fráncfort.

«He participado en todas las reuniones en las que se han trazado las líneas maestras de grandes proyectos como la Unión del Mercado de Capitales o la Unión Bancaria, cuyos principales hitos han sido la puesta en marcha del Mecanismo Único de Supervisión y del Mecanismo Único de Resolución», recordó. De Guindos señaló que estas nuevas herramientas se han demostrado muy útiles y eficaces durante la reciente resolución y venta de Banco Popular, el pasado mes de junio, en una operación que se realizó «sin necesidad de utilizar dinero público, sin afectar a los depositantes y sin contagiar al resto del sistema financiero español o europeo».

De hecho, el ministro se esforzó en resaltar que la independencia del BCE no se verá mermada si él acaba siendo la mano derecha de Mario Draghi y puso como ejemplo el rescate bancario. «Mi experiencia durante este tiempo no ha hecho sino corroborar la importancia de defender esta independencia, no sólo en el BCE sino en cualquier supervisor. Tampoco he interferido nunca en la gestión de las entidades españolas que han sido nacionalizadas en los últimos años», dijo. En este sentido, incidió en que «no he sido nunca parlamentario en España ni he ido jamás en una lista electoral» y que si es elegido para ir al BCE abandonará el cargo de ministro. «Defenderé con la misma convicción y rotundidad» los valores de la eurozona «para que el BCE pueda cumplir de forma eficaz con su mandato de estabilidad de precios». Asimismo, se mostró convencido de la necesidad de seguir avanzando en la integración económica y monetaria «mediante la combinación simultánea de medidas de reducción y medidas de mutualización de riesgos».

Además de presentarse como el responsable de economía más veterano de la eurozona, De Guindos sacó pecho de los logros económicos de España en los últimos años. «Cuando tomé posesión como ministro de Economía, a finales de 2011, el proyecto del euro estaba en entredicho y había serios riesgos de ruptura. La economía española estaba en el centro de todas las preocupaciones de la zona euro, dada la situación crítica en la que se encontraba». Una situación que hoy es «radicalmente diferente» gracias a las medidas adoptadas por el Ministerio de Economía.

Aunque De Guindos emprendió ayer la recta final hacía la vicepresidencia del BCE, la carrera de fondo comenzó hace años, después de que el propio ministro perdiera su candidatura como presidente del Eurogrupo a favor del holandés Jeroen Dijsselbloem, en julio de 2015, y tras el varapalo que supuso la salida de España del núcleo duro de la institución monetaria en el año 2012, al expirar el mandato de José Manuel González-Páramo. La elección se producirá el próximo lunes día 19 de febrero y aunque el aspirante español es el favorito en todas las quinielas el proceso puede ser más largo de lo inicialmente esperado.

De Guindos compareció ayer ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara a puerta cerrada, al igual que su único contrincante, el irlandés Philip Lane, gobernador del banco central de su país. Tras sus respectivas intervenciones, los coordinadores de los grupos políticos han consensuado un mensaje común en una carta que deberá ser enviada al presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, antes de la crucial reunión del próximo lunes.

A priori, De Guindos cuenta con los apoyos suficientes para ser designado (eso fue lo que transmitió en Madrid la pasada semana, cuando expiraba el plazo) y con dos importantes hándicaps a ojos de los eurodiputados: no es mujer y su puesto como ministro de Economía y Finanzas puede alejarle de la imagen cacareada independencia proclamada sin cesar por parte del Banco Central Europeo. El propio presidente de la institución, Mario Draghi, no ve con buenos ojos otorgar la vicepresidencia al candidato español por este último motivo. Pero aunque la institución monetaria debe emitir un informe, al igual que sucede con el rol del Parlamento Europeo, esta opinión no es vinculante. Lane cuenta como ventaja su currículum como banquero y su buena reputación. Como escollo, Irlanda es un país pequeño y la infrarrepresentación de España en los puestos clave durante los últimos años hace presagiar que el momento del candidato español ha llegado. Moncloa y el ministerio de Economía han dado por hecho el triunfo de la candidatura española tanto en público como en privado y ningún país, al menos en público, apoya la candidatura de Lane.