Guinea Ecuatorial se posiciona como un destino estratégico para la inversión extranjera en África Central. Con una ubicación privilegiada en el Golfo de Guinea, modernas infraestructuras y una creciente apertura económica, el país busca atraer inversores dispuestos a aprovechar su potencial.

España, con lazos históricos, culturales y comerciales con Guinea Ecuatorial, tiene ante sí una oportunidad de recuperar el liderazgo que en los últimos años han ido ocupando otras potencias como China y Francia.

Bajo el título «Guinea Ecuatorial, puente de entrada a África: una economía emergente con oportunidades de inversión», LA RAZÓN organizó un foro en el que expertos económicos y jurídicos conocedores del país debatieron sobre las oportunidades de inversión que ofrece la que fuera colonia española hasta 1968.

Con una ubicación privilegiada y la zona económica exclusiva más extensa de África Central (314.000 km2), Guinea Ecuatorial se perfila como un punto de acceso clave al continente para todas las empresas internacionales.

Así lo remarcó en su intervención Agustín Manrique de Lara, presidente de Honor de la Confederación Canaria de Empresarios. «Su ubicación estratégica dentro de la CEMAC (Unión Económica y Monetaria de África Central) da a Guinea Ecuatorial acceso preferencial a un mercado regional de más de 50 millones de consumidores, convirtiéndolo en una plataforma ideal para expandir operaciones en la zona».

Más allá de su posición geográfica, Guinea Ecuatorial ha realizado en la última década fuertes inversiones en infraestructuras, dotándose de la segunda red portuaria más grande de África, aeropuertos modernos y una extensa red de carreteras que facilita el comercio y la logística. «Estas son ventajas competitivas clave para cualquier inversor que busque un punto de entrada sólido a África Central», subrayó Manrique de Lara.

Más allá del petróleo

Guinea Ecuatorial ha experimentado un crecimiento económico destacado en la última década gracias a sus abundantes recursos petrolíferos. Sin embargo, el país está dando un paso más allá, apostando por la diversificación económica y abriendo un abanico de oportunidades en sectores clave como la agricultura, el turismo, las energías renovables y la economía digital.

Según el Banco Mundial, el PIB de Guinea Ecuatorial ha mantenido un crecimiento promedio del 6% en los últimos diez años, reflejando su estabilidad y compromiso con el desarrollo sostenible. Un crecimiento económico que ha venido acompañado de un esfuerzo por mejorar su marco regulatorio.

José F. Estévez, vicepresidente ejecutivo del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, destacó los avances en seguridad jurídica para atraer inversores: «El país cuenta con un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APRI) vigente desde 2015, lo que garantiza que cualquier inversión extranjera esté protegida por el arbitraje internacional de Washington. Además, el decreto 72 de 2018 permite a las empresas extranjeras operar sin necesidad de un socio local, algo poco común en África y que supone una gran ventaja competitiva».

Otro de los avances regulatorios ha sido la creación de la Ventanilla Única Empresarial (VUE), una iniciativa para reducir la burocracia y facilitar el registro de empresas reduciendo el capital mínimo necesario a tan solo 150 euros. Además, en 2021 el país aprobó una ley anticorrupción para fortalecer la transparencia y mejorar la gobernanza corporativa, recordó F. Estévez.

Nodo logístico clave

Las inversiones extranjeras en Guinea Ecuatorial están en plena expansión, destacó Ainhoa Garriga, abogada colaboradora en asuntos de Guinea de Cremades & Calvo-Sotelo. Señaló ejemplos recientes de acuerdos internacionales, como el firmado con Turquía para la modernización y digitalización de sus puertos, un contrato de 25 años que generará miles de empleos y modernizará las infraestructuras del país.

También resaltó los convenios establecidos con la República Centroafricana y Chad para el transporte de mercancías a través de los puertos guineanos. «Estos acuerdos consolidan a Guinea Ecuatorial como un nodo logístico clave para África Central, reforzando su papel como puerta de entrada para el comercio regional», matizó Garriga.

Por otro lado, Guinea Ecuatorial ha lanzado su Agenda 2035, un plan de desarrollo alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que prioriza cinco sectores estratégicos: Economía verde (energías renovables y sostenibilidad); Economía azul (pesca y explotación marina); Economía amarilla (innovación y tecnología); Turismo (desarrollo de infraestructura y atracción de inversión hotelera) y Digitalización (modernización de procesos y conectividad).

En términos de conectividad, el país ha priorizado la modernización de sus infraestructuras con 8 puertos, 5 aeropuertos y una red vial de casi 4.000 km en óptimas condiciones.

Su acceso a energía fiable y su creciente desarrollo en telecomunicaciones refuerzan su potencial como hub digital y logístico en la región. José F. Estévez destacó dos desafíos clave para que Guinea se convierta en un hub tecnológico regional: «Guinea ha invertido en infraestructuras de primer nivel, pero debe mejorar su economía digital y su sistema bancario. La conectividad sigue siendo un reto en un país donde el 80% es selva. Además, el sector financiero necesita reforzarse para facilitar el acceso al crédito empresarial».

Atracción del turismo

En el ámbito turístico, Guinea Ecuatorial combina selvas tropicales, playas vírgenes, parques protegidos y una biodiversidad excepcional, elementos que la convierten en un destino emergente para el ecoturismo. Sin embargo, Manrique de Lara lamentó que en términos de conexión áerea, España no mantenga un vuelo directo con Guinea Ecuatorial. «Canarias podría desempeñar un papel clave en esa conexión».

España ha tenido históricamente una fuerte presencia en Guinea Ecuatorial, con empresas que han participado en sectores clave como infraestructuras, energía y telecomunicaciones. De este modo, las compañías españolas han contribuido al desarrollo del país, construyendo carreteras, hospitales y edificios gubernamentales lo que han convertido a España en un socio estratégico en la modernización de Guinea.

Sin embargo, en los últimos años la inversión española ha descendido debido a la creciente competencia de empresas chinas y francesas, así como a cierta percepción de inseguridad jurídica.

«Guinea está deseando que las empresas españolas inviertan, pero las dudas parecen estar del lado español»

A pesar de ello, Guinea Ecuatorial sigue viendo a España como un socio prioritario. «Guinea está deseando que las empresas españolas inviertan, pero las dudas parecen estar del lado español», lamentó José F. Estévez. «Resulta incomprensible que no haya cadenas hoteleras españolas en el país ni vuelos directos entre España y Guinea, cuando existe un interés real en fortalecer los lazos comerciales», insistió.

Abiertos a la colaboración

Ainhoa Garriga resaltó que Guinea Ecuatorial no ha esperado a España y ha diversificado sus alianzas económicas con otras potencias: «El país ha seguido su camino sin depender de España. Ahora que busca atraer inversión extranjera, España no es el primer país en aprovechar estas oportunidades. Guinea sigue abierta a la colaboración, pero otros ya han visto su potencial antes que nosotros».

En este aspecto, Manrique de Lara, recordó que «la empresa española siempre ha sido deseada. Hay buena experiencias, como la construcción por parte del grupo ACS del hospital de Malavo o la presencia de Indra como un actor clave en temas de digitalización y modernización administrativa». «Tenemos que convencernos de que Guinea es una oportunidad para las inversiones españolas, el país está deseando recibirnos. Guinea quiere cooperación con España, pero si no ocupamos ese espacio, lo harán otros. El tiempo dirá si España logra recuperar su liderazgo inversor en Guinea Ecuatorial o si, una vez más, deja pasar una oportunidad», recordó Estévez al final de su intervención.

El tiempo dirá si España logra recuperar su liderazgo inversor en Guinea Ecuatorial o si, una vez más, deja pasar una oportunidad estratégica en África, recordó Estévez al final de su intervención.