Vista

La grandeza de la diversidad

Instinto protector

Óscar Herencia, Director General de MetLife en Iberia
Óscar Herencia, Director General de MetLife en Iberialarazon

¿Qué pasaría si todas las personas fuéramos iguales? El mundo sería aburridísimo

Cada uno de nosotros tiene su propia identidad, su particular forma de entender las cosas, de sentir cada vivencia. En ello radica la grandeza de la diversidad, de entender que cada uno aportamos nuestro granito de arena para lograr una sociedad mejor y ayudar a que nuestro entorno sea cada vez más rico, al tiempo que crecemos en nuestra propia individualidad.

En la medida en que tratemos de parecernos entre nosotros, eliminamos las posibilidades de desarrollar los verdaderos talentos. El auténtico equilibrio radica en aceptar nuestras diferencias, respetarlas e impulsarlas. Reconocernos distintos y valorar aquello que nos diferencia, nos proporciona los pilares sobre los que construir una verdadera igualdad de oportunidades y un aprovechamiento real de nuestras capacidades.

Estar rodeados de personas de distintos orígenes, costumbres, trayectoria personal, cultural o profesional... aumenta la perspectiva. Y en el mundo empresarial, contar con diferentes experiencias y ofrecer nuevos puntos de vista se torna fundamental. Las nuevas ideas, distintas formas de afrontar los retos laborales, fomentan la relación entre compañeros de trabajo, ayudan a tener clientes más satisfechos y a impulsar el crecimiento de las empresas hacia nuevos horizontes.

La diversidad en las empresas es un paso natural que proviene de la propia mezcla cosmopolita que convive en los principales núcleos urbanos. La diversidad de individuos, independientemente del ámbito en el que se encuentren, genera desarrollo y riqueza: la convivencia de personas de distinto género, de diferentes creencias, habilidades, hace que cada uno de ellos deje su huella, realice una aportación positiva que fomenta, en conjunto, el desarrollo cultural, social o económico del colectivo en el que se encuentran.

Ser conscientes de esta diversidad, potenciarla y saber aprovecharla en las compañías nos permite aportar un valor añadido y una motivación colectiva que no tiene comparación. La famosa diseñadora francesa Coco Chanel sostenía que "Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente", y llevaba toda la razón.

Apreciar las diferencias, conocer el valor de la heterogeneidad, es el primer paso para lograr un mundo más tolerante e inteligente y, en las empresas, supone una mayor ventaja competitiva y un servicio más personal para el cliente, que se encontrará siempre representado en la empresa de cuyos servicios disfruta.

Óscar Herencia, Director General de MetLife en Iberia