Consumo

La industria de alimentación y bebidas quiere engordar

La industria de alimentación y bebidas quiere engordar
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El sector presenta una estructura muy atomizada. Más del 90% de las compañías que lo integran son pequeñas y medianas. Su gran reto: expandirse, transformarse digitalmente y apostar por la innovación.

La industria de alimentación y bebidas ha superado, por primera vez, los 100.000 millones de euros en producción, alcanzando el mejor registro de la historia, según los datos del «Informe Económico Anual», elaborado por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). Son cifras que no sólo demuestran que el sector avanza con paso firme y seguro, sino que vienen a confirmar que esta industria puede considerarse uno de los motores de la economía española.

Sin embargo, desde FIAB admiten que el sector tiene un importante reto por delante en cuanto a la dimensión de las empresas que lo conforman, ya que en la actualidad más de un 90% de las mismas son pymes. Al mismo tiempo, añaden que en este proceso, que la industria toma como reto, «la transición hacia una economía más digital, así como la innovación serán palancas claves». El sector de la industria de alimentación y bebidas presenta una estructura muy atomizada. Y ello hace necesario invertir en procesos de dinamización que permitan a las empresas incrementar su tamaño y alcanzar la escala necesaria para afrontar el marco nacional y global. No obstante, desde FIAB destacan que las cifras recogen esta tendencia, después de que los datos de 2016 apuntaran a una disminución de las microempresas a favor del aumento de las medianas.

En 2017, de acuerdo a los datos que se desprenden del Informe Económico Anual, la FIAB aglutinaba a más 29.000 empresas, un 3,5% más que en el ejercicio anterior. Y tanto las medianas (50-500 trabajadores) como las grandes compañías (más de 500) han crecido por encima de la media, a un 4% y a un 5% respectivamente. En cualquier caso, las variables más significativas en torno al sector presentan datos positivos. Así, más allá de las históricas cifras de producción –en concreto y en términos nominales, este incremento se situó en un 2,9%, más del doble que en 2016, lo que le ha permitido encadenar ocho ejercicios de crecimiento de la producción nominal–, se ha logrado un nuevo récord de exportaciones tras el incremento del 9% del último año, y se ha creado empleo hasta el punto de que en esta industria ya trabajan más de medio millón de trabajadores.

Aportación a la economía

Para ser más exactos, la aportación de esta industria a la economía supera los 30.000 millones de euros, su valor añadido bruto se elevó un 4,9% –escalando por encima del conjunto de la economía– y esta cuota ha conseguido que este sector represente ya cerca del 3% de la economía, el 16% del total de la industria y el 20% de la rama industrial manufacturera. «Somos el primer sector industrial, y este año hemos vuelto a consolidar esta posición. Además, nos reconocen por la calidad y el valor diferencial, factores que también forman parte de la marca España», sostienen fuentes de la FIAB, desde donde desglosan las variables responsables de los récords de facturación y empleo logrados por esta industria. En este sentido, en primer lugar destacan el aumento del consumo por encima de los 100.000 millones de euros, aupado tanto por el crecimiento dentro del hogar (+0,8%) como fuera (+2,5%). También hacen referencia al incremento de los esfuerzos en el mercado exterior y que este año ha llevado a consolidar otra cifra histórica. «Todos estos factores han redundado en el impulso del emprendimiento y el crecimiento del tejido empresarial en un millar de nuevas empresas, lo que se traduce en un aumento del empleo», agregan.

El buen comportamiento de las variables relacionadas con la producción, el empleo y la internacionalización de las empresas que integran el sector señala que los deberes se han hecho. De forma paralela, consolida el carácter estratégico que tiene esta industria para la economía española.

Finalmente, teniendo en cuenta que el sector de la alimentación y las bebidas aporta riqueza, empleo y crecimiento, «cualquier medida que menoscabe nuestra capacidad de desarrollo supone una amenaza. Cuestiones como las imposiciones fiscales sobre ingredientes seleccionados sin base científica o las trabas en el comercio internacional que impiden competir en igualdad de condiciones al resto de países son algunas prioridades que están sobre la mesa», remarcan desde FIAB. Y puntualizan que hace unos ellos y el sector en su conjunto lanzaron el Marco Estratégico donde se fijaron cuatro grandes retos con el horizonte puesto en 2020.

La industria revela que continúa, por tanto, en un proceso de mejora de la eficiencia, apostando de forma decidida por la creación de valor y la internacionalización y promoviendo un proceso de dinamización de las empresas, en aras de obtener un tamaño suficiente que les permita competir en los mercados globales y hacer frente a los cada vez más complejos retos a los que nos enfrentamos. «FIAB trabaja para que la industria de alimentación y bebidas sea la locomotora de la economía, el empleo y la imagen de España, siendo competitiva en cualquier mercado global, atrayendo el mejor talento, basada en su seguridad, calidad y desarrollo científico y tecnológico», sentencian.