
Economía
Lorena Álvarez, economista, da un sencillo consejo financiero: "Con esta prueba vais a tener una visión muy realista de vuestra capacidad de ahorro"
Un nuevo método, basado en los ingresos y saldos bancarios de los últimos cinco años, promete revelar la verdadera capacidad de ahorro de las familias y servir como punto de partida para una mejor planificación financiera personal

Dividir el dinero neto acumulado en el último lustro entre el total de los ingresos percibidos en ese mismo periodo. La operación es así de sencilla, pero el resultado es una de las verdades más incómodas y reveladoras para cualquier economía doméstica. Este simple porcentaje es, en esencia, la radiografía más honesta de la capacidad de ahorro real, despojada de percepciones subjetivas y autoengaños. Es la prueba definitiva para confrontar lo que se cree ahorrar con lo que de verdad queda en el bolsillo.
Para llegar a esa cifra, el primer paso exige un ejercicio de memoria y recopilación. Consiste en calcular el total de ingresos brutos de los últimos cinco años. En este cómputo deben incluirse no solo las nóminas, sino cualquier otra fuente de dinero que haya entrado en la cuenta, desde pagas extra y bonificaciones por objetivos hasta las rentas de un alquiler o ingresos esporádicos. La clave es obtener una visión completa del músculo financiero durante ese tiempo.
Asimismo, el otro dato fundamental es el ahorro neto generado en ese mismo lustro. Su cálculo es aún más directo: basta con restar el saldo bancario que se tenía hace exactamente cinco años al que se tiene en la actualidad. Esta metodología, diseñada por la economista Lorena Álvarez en su canal de YouTube, busca ofrecer un diagnóstico financiero preciso para entender los hábitos de consumo y la gestión económica personal sin filtros.
De hecho, el propósito de este ejercicio es puramente constructivo. Según la propia economista, «Con esta prueba vais a tener una visión muy realista de vuestra capacidad de ahorro». No se trata de un examen con aprobados o suspensos, sino de obtener una base sólida sobre la que empezar a trabajar de cara al futuro.
Una herramienta para el futuro, no un juicio al pasado
Por este motivo, un resultado bajo no debe interpretarse como un fracaso, sino como una llamada de atención tremendamente útil. Conocer el comportamiento financiero real es el punto de partida indispensable para poder trazar un plan de mejora, establecer nuevas metas y, en definitiva, tomar conciencia de en qué se va el dinero mes a mes.
En definitiva, este cálculo se convierte en un valioso mapa que permite identificar patrones de gasto, detectar posibles fugas de capital y adoptar costumbres de ahorro que sean realmente efectivas. Conocer la tasa de ahorro real es el primer paso para poder tomar las riendas del futuro económico con un conocimiento de causa mucho más profundo.
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