Empresas

Registro horario: ¿estado policial o dictatorial?

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha acusado a Yolanda Díaz de querer imponer un "estado policial para las empresas" con la regulación del nuevo registro horario

Yolanda Diaz (Sumar). Comparecencia, a petición propia, del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez ante el Pleno del Congreso de los Diputados al objeto de informar sobre los presuntos casos de corrupción que afectan a su partido
Yolanda Diaz (Sumar)Alberto R. RoldánLa Razón.

Coincido en parte con lo que ha dicho Josep Sánchez Llibre, el presidente de la patronal catalana. Y escribo que, en parte, no como crítica, sino porque creo que se ha quedado corto. Ha acusado a Yolanda Díaz de querer imponer un "estado policial para las empresas" con la regulación del nuevo registro horario. También ha avanzado que se opondrá de todas las formas posibles. Me parece muy bien. Pero estamos solo ante otro paso mas en ese proceso de acoso que yo calificaría de dictatorial. Ahí va algunos ejemplos: ahora una empresa, sea grande, mediana o pequeña, debe contar también con un protocolo para evitar el acoso sexual y con otro para garantizar la no discriminación a miembros del colectivo LGTB. Estando de acuerdo en los objetivos, resulta, además, que ambos documentos los tienen que redactar consultoras, o como se quieran denominar, que no son lo que entendemos como asesorías laborales tradicionales, lo que supone un coste adicional, que se suma a todos los demás. Por no hablar de la carga burocrática y de la "híper" regulación a la que están sometidas las empresas. De los autónomos, mejor no hablar, porque su situación se complica todavía más.

Luego están las cargas sociales, cada día más pesadas y, finalmente, por no hacer la relación exhaustiva, los impuestos de todo tipo y condición, aunque en este último caso no se vean afectadas solo las empresas y personas jurídicas, sino también las físicas. Me consta que Sánchez Llibre ya se ha referido a todo lo anterior en otras ocasiones, pero no está demás insistir una y otra vez. Y eso por no hablar de la cantidad ingente de dificultades que debe soportar alguien que decide crear una empresa, que termina volviéndose loco, además del tiempo que se necesita. Se ha anunciado en múltiples ocasiones la creación de ventanillas únicas o como se quieran denominar, pero su efectividad ha sido más bien escasa, aunque es verdad que la situación varía dependiendo de las comunidades autónomas. En resumidas cuentas, que ejercer de autónomo o de pequeño y mediano empresario se ha convertido en estos momentos casi en un acto de heroísmo. Para terminar, una vez escuché a un empresario decir lo siguiente: "no quero ayudas; solo deseo que bajen los impuestos y que reduzcan la carga burocrática, ósea el papeleo". Pues eso.